1 DE MAYO: GLORIA A LAS Y LOS LUCHADORES DE AYER Y HOY

136 años de la principal fecha obrera

 

El 1° de mayo de 1886, los trabajadores de Chicago en Estados Unidos comenzaron una serie de paros y movilizaciones exigiendo una jornada laboral de 8 horas diarias. Sin embargo, el sistema republicano y democrático mostró su verdadera cara de guardián del orden patronal, y tendió una trampa a los obreros para reprimirlos, y detener y ejecutar a sus dirigentes. Pero este no sería el final de esa lucha: al contrario, no solo los obreros de Chicago conseguirían la jornada de ocho horas, sino que los dirigentes mártires de esas jornadas se transformarían en un símbolo de la dignidad y resistencia obrera ante la represión patronal.

 

Por aquellos años, los Estados Unidos crecían sin parar, incorporando inmigrantes de a millones a su pujante industria, que los explotaba sin asco, con jornadas de hasta 16 horas. Eso llevó a que una de las centrales obreras llamara a un paro nacional a partir del 1º de mayo de 1886 para imponer la jornada de ocho horas, legalizada para la administración pública de aquel país unos años antes. 

Pero cuando algunas patronales y el gobierno comenzaron a ceder, esa central sindical levantó la medida, dejando solos a los obreros de Chicago -los más explotados- que igual salieron a la lucha ese 1° de mayo, al tiempo que la patronal y sus medios se volvían cada vez más reaccionarios. En una de las marchas, la policía montó una provocación para desatar una represión que dejó muertos, heridos y torturados. Movilización que terminó con un grupo de activistas anarquistas procesados en uno de los juicios más injustos de la historia, siendo condenados a muerte seis de ellos, y otros tres a reclusión perpetua. Pero eso no frenó el rumbo de la historia: la patronal estadounidense entendió que había nacido una fuerza social todopoderosa, contra la que no podía oponerle nada en el tiempo, por lo que terminó cediendo, y al cabo de dos años, todos los empresarios aceptaron la jornada de ocho horas.

Del día de lucha al día de fiesta

El martirio y la victoria de los obreros de Chicago, hizo que su ejemplo heroico se expandiera por el mundo. Así, en 1889, la II Internacional, organizada por los socialistas, puso al 1° de mayo como fecha mundial de lucha por las reivindicaciones de nuestra clase, empezando por la jornada de 8 horas. Así en 1890 fue la primera jornada internacional de movilizaciones, con las que la clase obrera no solo demostraría su unidad y su fuerza alrededor del planeta, sino que empezaría a mostrarse capaz de derrumbar al dominio patronal en todos los países.

Ese nuevo panorama llevó a los ricos y poderosos a ir cambiando de táctica, y pasar del enfrentamiento directo contra todo movimiento obrero, a combinar la represión de los luchadores más duros con la domesticación de los dirigentes más dóciles, desviando el eje de los reclamos de las calles a los ministerios y parlamentos. 

Y con este abandono de la pelea, con este acto de traición, las organizaciones sindicales y políticas de mayor peso fueron alterando el contenido del 1° de mayo, transformándolo de una jornada de lucha a un día de fiesta, quitándole todo su contenido político y todo su carácter de reivindicación obrera.

Recuperar el espíritu de lucha

La decadencia del capitalismo imperialista lleva a la patronal a querer sacarnos el doble de derechos que nos cedió en su momento. Los ataques a la organización obrera están a la orden del día, y la represión y las persecuciones tienden a recrudecer al ritmo de los golpes a nuestro nivel de vida. 

En ese panorama, se hace cada vez más urgente recuperar el carácter que el 1° de mayo siempre tuvo: no solo reivindicar la historia de luchas y las grandes tareas del movimiento obrero, sino poner en primer plano las peleas y necesidades más actuales de nuestra clase, como  el enfrentamiento contra la represión y por la libertad de los presos políticos.

Por eso, desde el PSTU convocamos a hacer de este 1° de mayo un acto por los presos y procesados por luchar, con un acto unitario a las 12:30 hs. en el Parque Lezama, honrando la memoria de los Mártires de Chicago y de todos los que cayeron en la pelea por la dignidad como trabajadores/as, de la única manera posible: haciendo del Día Internacional de los Trabajadores una jornada de lucha.