Nuestra querida salud pública no se le escapó a Macri de la lista de reformas que revientan los derechos de los trabajadores. Es así que ya se puso en práctica en Guaymallén, Mendoza, la prueba piloto de la CUS (Cobertura Universal de Salud).
¿Qué es la CUS?
El pasado jueves el nuevo Ministro de Salud, Rubinstein, presentó el proyecto en el que pretenden implementar la CUS: partiendo de una gran falacia. Niega el carácter universal del sistema de salud actual, y plantea la necesidad de cobertura de los 15,7 millones de argentinos que según el gobierno actualmente no cuentan con cobertura (prepaga-privada), pero si son atendidos gratuitamente en los hospitales públicos de nuestro país. Plantea una “canasta básica” de cobertura médica, a la que llaman “paquetes de servicios explicitados y priorizados”, que será garantizada por el Estado a través de una “red de prestadores”, para todos aquellos que presenten el “carnet de pobre” de la CUS. No se conocen aún que enfermedades estarán incluidas en ese carnet, pero como toda “canasta básica”, dejará gran parte de las enfermedades por fuera. Quedando así la resolución de nuestras enfermedades a la ley de la oferta y la demanda: si tu enfermedad no está dentro de la “canasta básica”… poniendo estaba la gansa!!!
No alcanzando con eso, disfrazándolo de igualdad en la calidad de atención, el nuevo proyecto plantea la cooperación entre el sistema público y privado, es decir, el Estado financiará esa “canasta básica” en instituciones privadas.
Pero… ¿qué pasaría si esa plata se destinara a mejorar nuestros hospitales públicos?, esos que garantizan la universalidad de nuestro derecho, si se mejoraran los edificios, aumentara el personal, y mejorara la gestión? ¿Qué pasaría si se dejaran de subsidiar clínicas privadas o las Obras Sociales aportaran al sistema público por todas las atenciones a sus afiliados, como corresponde? . Claramente eso iría en contra del proyecto de este Gobierno, como lo fue en contra del proyecto de Gobierno de los K, que nos mantuvieron más de 10 años en emergencia de salud, destruyendo los hospitales públicos y sobre todo dejándole el terreno preparado a Cambiemos para que lleve adelante la CUS. ¡Los K fueron precursores de la reforma del estado!
¡Tenemos que organizarnos y salir a las calles!
Desde el Movimiento por el Derecho a la Salud se está convocando los días 1° y 2 de diciembre a un Congreso Nacional e Internacional por el Derecho a la Salud, que inaugurará con una gran marcha desde el Obelisco hasta el Ministerio de Salud.
Tenemos que hacer asambleas en cada hospital para decidir cómo participar de la marcha y del Congreso, para discutir qué tipo de salud necesitamos y al servicio de quién tiene que estar, si para favorecer el mercado de la medicina privada o para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. El Sindicato de Salud Pública debe ponerse al frente de organizar esta pelea. Pero con eso no alcanza, hay que recorrer los barrios, las escuelas, salir de los hospitales, los trabajadores de salud solos no vamos a poder frenar este ataque. Tenemos que salir con todas la fuerza, junto a la comunidad, a los trabajadores, a nuestros pacientes, para decirle ¡No a la privatización de la salud! ¡No a la CUS! ¡Si a la salud pública gratuita y universal!