Efemérides: otro aniversario del sometimiento
Desde 1492, nuestro continente viene sufriendo la apropiación de sus riquezas a manos de las potencias mundiales: oro o litio, esclavos o Deuda Externa. El orden mundial capitalista se alimenta de nuestros despojos, ya sea en la época en que tenía algo que ofrecer a la humanidad, como en estos tiempos en los que la conduce a la extinción. Sin embargo, la historia de ese saqueo es la historia de los explotados y oprimidos que -casi siempre mal organizados, desorientados o simplemente traicionados- le plantaron y le plantan una feroz resistencia.
Y en este punto es necesario aclarar que para poder llevar a cabo este despojo, las potencias que nos saquean siempre se apoyan en elites criollas, en clases sociales dirigentes nacidas del sometimiento de nuestro continente, sectores sociales que viven de las migas del vaciamiento de sus países: las burguesías, las grandes patronales de nuestros países. Esa es la clase social a la que han venido respondiendo todos los gobiernos hasta la fecha, y que ha perpetuado la postración de nuestro continente. Y a esta clase social, especialmente a sus supuestos “sectores patrióticos” o “progresistas”, se han sometido invariablemente los liderazgos obreros y populares, tomando un camino que solo nos llevó y nos lleva a derrotas.
Del oro al litio
Es cierto que estos sectores se unieron a la lucha por la Independencia cuando los virreinatos se transformaron en un obstáculo para sus negocios. Pero no pasó mucho tiempo hasta que encontraran nuevos amos extranjeros a quienes servir. Nos referimos a las potencias que pasaron de aprovecharse de nuestras naciones mediante el comercio, a exprimirlas mediante préstamos impagables e “inversiones” usureras que fueron acabando con nuestra soberanía hasta llevarnos al punto en el que nos encontramos hoy: a las puertas de una verdadera “recolonización”. Basta ver cualquier informe periodístico sobre el litio para ver como la historia se repite: este mineral clave en la “revolución de la electromovilidad” venidera, es el nuevo botín que se disputan las potencias mundiales. Y los gobiernos burgueses (del signo que sean) solo atinan a garantizar el negociado, sin tener en cuenta el más mínimo interés de los sectores populares de nuestros países.
Terminar el vaciamiento con la Revolución
La razón por la que ninguno de los actuales sectores patronales puede siquiera hacer frente al imperialismo –además de pertenecer a una clase social cuya razón de ser es la entrega de nuestros países- hay que buscarla en la propia naturaleza del capitalismo. Con todo su horror, la conquista de América sentó las bases para un desarrollo científico y tecnológico que permitió un salto en la calidad de vida, pero hoy el orden mundial ya no puede ofrece absolutamente nada. Solo los trabajadores y el pueblo pobre podemos sacar a la humanidad de la decadencia, para lo cual tenemos que arrebatar el poder a los lacayos del capital extranjero, y liberar a nuestro continente de su saqueo para empezar a construir un mundo nuevo. Y a diferencia de la heroica resistencia aborigen (que pese a lo que indica la creencia de la superioridad militar europea, mantuvo a raya a los conquistadores durante siglos), en lugar de hacerlo país por país, debemos luchar unidos, no solo los obreros de toda nuestra región sino los de todo el mundo. Solo así podemos evitar el desastre al que nos lleva el capitalismo.
Pero la salida no es volver atrás la historia, a los imperios inca o azteca, o a las tribus aisladas. Porque pese a la destrucción, la conquista de América permitió que la humanidad avanzara, al unir el planeta en una sola economía. Y sobre esa base debemos partir para construir un mundo nuevo, libre de las injusticias y atrocidades del capitalismo, construyendo una sociedad en la que la economía esté puesta al servicio de las necesidades de toda la humanidad y no solo de la codicia de un puñado de poderosos. Esa es la única manera de reparar el daño causado en estos cinco siglos.
Circo político y corrupción en Mendoza
Después de ver y escuchar a los pseudo-gremialistas de la CGT reunidos en la embajada de Estados Unidos (USA) con el embajador yankee, Marc Stanley, nos preguntamos de qué lado están los que supuestamente defienden al pueblo obrero de las patronales capitalistas y explotadoras enquistadas en el país desde hace más de 100 años. Seguramente los intereses personales pesan más que los ideales. Quizás estos personajes de la CGT nunca se enteraron que durante las dictaduras que gobernaron en el país los servicios operaban de acuerdo a directivas y metodologías que bajaban del imperio del Norte, persiguiendo, secuestrando, torturando y asesinando a verdaderos luchadores sindicalistas y políticos.
¿De qué lado están los medios de comunicación escritos, visuales o digitales que dedican horas y horas en dar detalles del fallecimiento de la reina de Inglaterra, uno de los principales países colonialistas e imperialistas que aún continúan usurpando nuestras Islas Malvinas? Y mientras la atención nacional se enfoca en el atentado a Cristina, llegó a Mendoza la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, para buscar aliados, reuniéndose con el ex gobernador Alfredo Cornejo y asesores de Rodolfo Suárez, el actual. Todo por derecha, como es habitual en estos personajes. Anteriormente lo había hecho el facho desagradable de Javier Milei, que se reunió con todo el entorno del ex intendente mendocino de Luján de Cuyo, Omar de Marchi, quién nunca explicó cómo se apoderó del predio del instituto Próvolo, donde se abusaron y maltrataron a niños y jóvenes hipoacúsicos. En tanto, el aparato represor de Suárez detuvo y encarceló a dirigentes gremiales con apoyo de la Justicia provincial. Justicia que tiene en su interior a un juez, Walter Bento, que está acusado de recibir coimas. Quien también está involucrado en la causa por el asesinato de un importante empresario.
Además en el entorno de seguridad se detuvo al jefe de la Policía Federal, Dino Rossignoli, y otros comisarios por delitos varios. Entonces ¿en qué ámbito se mueve la corrupción y la delincuencia? Dentro de las organizaciones de trabajadores, como los dirigentes atornillados a sus sillones como burocracia sindical, o en las cúpulas gubernamentales.
La suma de los acontecimientos puede resultar atractivo por el sólo hecho de los personajes que intervienen casi como en una ficción. La única realidad es la traición al pueblo obrero y los trabajadores, la represión encubierta a los militantes, los bajos salarios, los aumentos en alimentos, combustibles y tarifas.
La tarea es la lucha por un cambio profundo. Digamos basta de opresión continuemos dando pelea con el PSTU en las calles, fábricas y escuelas. Entonces nos volveremos a preguntar de qué lado estás.