El 6, 7 y 8 de marzo los trabajadores pateamos el tablero y abrimos un nuevo momento en la realidad nacional. Fuimos miles tomando las calles de la Capital y copamos las principales ciudades del país. Se estima que hubo casi un millón de trabajadores movilizados durante las tres jornadas contra el gobierno.
Dijimos ¡Basta! ¡Esto no va más! No aguantamos más los despidos, las suspensiones, los tarifazos, los ataques a los convenios de trabajo, el aumento de los precios, los techos salariales. Por eso marchamos contra la violencia machista y los ataques a las condiciones de vida de nuestras familias. No soportamos más que el gobierno se nos ría en la cara diciendo que todo mejora y que no comprende la razón de las protestas.
¿En qué país viven? Si la pobreza no para de crecer y sólo en un año hay 600.000 nuevos indigentes según un estudio de la UCA. O acaso no registraron que esta semana hubo más de 1000 cortes y ollas populares de los movimientos sociales porque la mano no da para más. Para colmo, tienen la idea de llevar el IVA del 21% al 25%, lo que va a seguir reventando el bolsillo obrero y popular cuando esto se traslade a los precios de todo lo que consumimos.
Dicen que no hay plata para los docentes, pero acaban de aumentarle un 31% el sueldo a los militares y quieren darle un 47% a los legisladores. No paran de amenazar y atacar a los maestros por los medios, mientras le perdonaron las deudas a las mineras, al campo y a las empresas de servicios. Ni que hablar de los millones de dólares que les pagan a los usureros de la deuda. Es decir, tienen plata para los buitres y no para los docentes. (ver pág. 6 y 7)
Sin embargo, a pesar de los aprietes los maestros no paran de pelear. Los paros tienen alta convocatoria y las movilizaciones son masivas. Fueron 50.000 docentes en La Plata para responderle a la gobernadora Vidal. Y por ello debemos redoblar la solidaridad para defender la escuela pública y que ganen los docentes.
El paro lo arrancamos desde abajo
Finalmente el triunvirato de la CGT le tuvo que poner la fecha. El 6 de abril los trabajadores vamos a parar el país contra el gobierno de Macri.
Luego del desborde del acto del 7, cuando tuvieron que correr como cobardes, no tenían otra alternativa. Aunque se hagan los distraídos y ahora quieran demostrar firmeza todos sabemos que se lo arrancamos desde abajo. Fuimos las bases desde los gremios movilizados las que lo impusimos.
Así los trabajadores obtuvimos un enorme triunfo y el gobierno quedó más débil que antes al ver como sus aliados de la dirigencia sindical tuvieron que flaquear. En un mismo día los trabajadores les dimos un golpe al gobierno y a los garantes de la “paz social”que venía dejando pasar el ajuste. (Ver págs. centrales)
Esto no sucede sólo en nuestro país. En México, es contra Peña Nieto. En Brasil, contra Temer. Y en EEUU y en el mundo viene creciendo la lucha contra Trump. En buena parte del continente suenan los tambores que indican que nos preparamos para la batalla, que vamos a conflictos muy duros que preparen la huelga general que enfrente los brutales ataques de los gobiernos patronales. (Ver pág. 14)
Hay que tomar la lucha en nuestras manos
No hay que confundirse. No podemos depositar ninguna confianza en estos dirigentes. Ellos van a intentar que el paro solo sirva para descomprimir la situación y siempre nos terminan entregando. Tampoco podemos caer en la trampa a la que nos quieren llevar de esperar hasta las elecciones para castigar con el voto. Para eso falta mucho. ¡Estamos en las calles y no nos saca nadie hasta que respondan a nuestras demandas!
Y eso sólo lo lograremos si tomamos la lucha en nuestras manos. Debemos impulsar asambleas en todos los lugares de trabajo para imponer desde abajo que el paro sea con movilización y con plan de lucha.
Necesitamos impulsar comités de huelga por empresa, escuela o lugar de trabajo votado desde las bases y buscar el apoyo del conjunto de la población que está siendo afectada por el ajuste. Hay que preparar la jornada previamente con volanteadas y piquetes buscando la coordinación.
Hay que seguir el ejemplo de los obreros de la General Motors que rechazaron el acuerdo firmado entre la empresa y la dirigencia vendida del SMATA que aceptaba los 350 despidos disfrazados como suspensiones, uniendo la lucha de toda la planta y coordinando con todos los sectores. Así es como votaron en una asamblea con 1300 compañeros parar el próximo 30 de marzo con la CGT San Lorenzo, empujando la coordinación de las luchas en la zona. (ver pág. 4)
Esto empieza a mostrar como entran en escena los grandes batallones del movimiento obrero, que empiezan a arrastrar tras de sí en la lucha al resto de los sectores populares. El ejemplo de los petroleros de Chubut, que le dieron vuelta la propuesta de la conducción y rechazaron los despidos, va en el mismo sentido. (Ver pág. 5)
Al cierre de esta edición, las dos CTAs tienen todavía convocado un paro nacional para el propio 30 de marzo al cumplirse 35 años de aquella gesta obrera que empezó a marcar la salida de la última dictadura. Más allá de esta convocatoria, es necesario que ya mismo salgan a convocar para el 6 y unir la pelea.
Como parte de esta misma pelea, el próximo 24 de marzo hay que reventar la Plaza de Mayo y todas las plazas del país. Hay que aprovechar la jornada para enterrar a quienes a 41 años de la dictadura militar todavía intenta negar el genocidio. Debemos ser miles contra la represión y parar la persecución a los que luchan. (Ver pág. 3)
Plan de lucha hasta derrotar el plan Macri
Las cartas están echadas. El gobierno no para de atacar a los trabajadores y no piensa aflojar. La lucha lo obligó a postergar el tarifazo del transporte, pero los despidos no cesan y vuelven a la carga para reventar los convenios en nombre de la productividad e imponerle el techo salarial a los docentes. Quiere doblegarlos para disciplinar al conjunto de los trabajadores.
No lo podemos permitir. No hay que darle ningún respiro al gobierno. Sabemos que todo tiempo que le demos al gobierno lo utilizará para aplicar el ajuste.
Los trabajadores ya nos expresamos en las calle y debemos seguir movilizados hasta derrotar definitivamente el plan económico.
Solo la unidad de los trabajadores en la lucha puede darle una salida obrera y popular a la crisis. El PSTU se pone al servicio de esa tarea. Te invitamos a que te sumes a esta pelea.