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8M: por una lucha unificada contra Milei y su plan “motosierra”

Otro 8 de marzo, y la televisión arranca con su campaña de regalos y flores, intentando como siempre modificar su contenido como si solo fuese un día comercial. Esta fecha debe ser un día de lucha contra la opresión machista y contra la explotación que vivimos, que se profundiza por la embestida del gobierno de Milei, Villarruel y Bullrich contra todos los derechos conquistados. Tenemos que ir por más.

Una fecha que reivindica la lucha de las mujeres trabajadoras.

Si bien la ONU y el imperialismo mundial intentaron apropiarse de este día queriendo convertirlo en una celebración hacia todas las mujeres, su origen se remonta siempre a las luchas obreras femeninas, tal como el famoso incendio de la fabrica Cotton en Nueva York de 1908, donde la patronal mató a 129 obreras. Pero fue la gran revolucionaria Clara Zetkin en 1910 quien propone y logra instaurar entre los revolucionarios y obreros del mundo que esta fecha sea el día donde se conmemore a la Mujer Trabajadora, como una jornada de lucha del calendario del movimiento obrero mundial. 

En la actualidad se intenta vender la fecha como un día de empoderamiento individual, donde las mujeres ocupamos puestos importantes en las empresas, emprendemos proyectos y sueños rompiendo el “techo de cristal” y superando las dificultades de un mundo que está organizado bajo la óptica masculina. Pero para las trabajadoras argentinas, las mujeres pobres en los barrios, las estudiantes de cada escuela en el interior, las desocupadas, el techo es una losa sobre nuestras cabezas. No hay manera de pensar siquiera en “empoderarse”, cumplir sueños, pensar en profesiones exitosas, cuando no se puede garantizar el plato de comida, cuando hay que elegir a cuál hijo enviar a la escuela, o de qué manera rebuscárselas para todos los días tener pan y leche en casa. Por eso muchas mujeres se ponen al frente de los comedores o merenderos populares, o son las que tiran las mantas en las plazas del conurbano, improvisando ferias de usados para quienes ir a comprar ropa o calzado ya que ir a un negocio les resulta una tarea imposible. 

Esta es la verdad que nos recorre en Argentina, en contraposición a mujeres como Bullrich o Villarruel, fieles defensoras de los peores intereses de los sectores patronales y represores,  que solo están en el Gobierno para terminar de destruir lo que nos queda. Otro gran ejemplo de que, solo por el hecho de ser mujeres, nada nos emparenta con ellas. Están en la vereda opuesta a la nuestra.

El gobierno de Milei contra nosotras

Son muy duros los golpes que estamos recibiendo. Milei hizo hincapié durante su campaña electoral en sacarle todos los privilegios a la famosa “casta”. Pero lo primero que hizo fue liberar precios de alimentos, servicios, nafta, ropa, útiles escolares, etc. Estas medidas no nos favorecen a quienes trabajamos día a día. Todo sube y los especuladores se llenan de plata. Pero nuestros salarios permanecen inmóviles, y cada vez el consumo baja y baja.  En el país del trigo y las vacas, un kilo de pan y una leche por día implican $3.000.- Comer carne de cualquier tipo es un lujo. Seguirán subiendo los niveles de pobreza, (que hoy es de más de 57%), y por la desnutrición infantil, cada vez más pibes tendrán que abandonar la escuela por no tener zapatillas, útiles escolares o porque tendrán que salir a buscar el mango con sus padres para que toda la familia subsista. De esas cosas nos ocupamos las mujeres. 

Largas colas en los comedores o en las escuelas para buscar los bolsones de mercadería, donde también se ve a padres sin trabajo. La desocupación sigue subiendo: hay despidos y suspensiones por todos lados. Las mujeres somos las primeras en sufrir las consecuencias de esta calamitosa situación. Y las mujeres jóvenes peor aún: la desocupación las golpea más brutalmente. Ni siquiera podemos garantizar un techo digno, alquilar es una tarea imposible habiendo tantos terrenos o casas en desuso, usados para la especulación inmobiliaria.

A la oscuridad no volvemos nunca más

La violencia machista no cesa: los femicidios siguen subiendo pero ya no son noticia en los medios. Les niñes huérfanos desaparecen de la vista de quienes antes se indignaban cuando una piba aparecía en una bolsa. Pero esta no es la única violencia: el intento del nuevo Gobierno de querer eliminar la Ley IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) quiere que volvamos a morir en la clandestinidad, y devolver el negocio a las clínicas privadas que antes monopolizaban la decisión de quienes podían sobrevivir ante la necesidad de abortar. Por eso las ricas abortaban en condiciones dignas, y las pobres morían en el intento. 

El gobierno de Milei sigue transando con las distintas Iglesias en Argentina, y hoy incluso son los intermediarios frente a la pobreza: la comida que el Gobierno no envía a los comedores populares desde diciembre, se les repartió a las iglesias para que administren la pobreza. El intento de eliminar la IVE responde a estos mismos negocios. Siguen en pie y bien firmes los intereses de la casta eclesiástica, de eso no hay dudas. 

En el mismo sentido, ya no hay nuevas incorporaciones al Programa Acompañar, que el ya desaparecido Ministerio de Mujeres y Diversidades de la Nación había implementado para “fomentar la independencia económica de mujeres y sectores LGBTI” que habían sido víctimas de violencia de género. La ayuda equivale a un salario mínimo, el cual es una miseria, pero para las victimas hoy no hay nada1. Se extingue el acompañamiento económico de parte del Estado. La cuestión de la violencia machista ya sea física, psicológica, económica o en cualquiera de sus facetas no es un problema en la agenda del Gobierno. Quieren prohibir el uso del lenguaje inclusivo, como si alguna vez hubiera sido obligatorio o se hubiera impuesto en algún lado, y solo para eso nos mencionan públicamente. Es una barbaridad intolerable.

Apenas enumeramos algunos de los flagelos que tenemos que hacer frente cada día en el trabajo, en las casas, en nuestros lugares de estudio. Es ahí donde muchas veces la solidaridad popular sale a la cancha para poder resistir entre todes. No se puede seguir aguantando esta situación. 

Unir y coordinar nuestras necesidades

La división que se expresó en las elecciones anteriores sigue existiendo entre nosotres. No es cuestión de echar culpas sino de discutir cómo las medidas tomadas o las que se vienen nos perjudican a todes por igual. La CGT y las CTAs llamaron a un Paro General que no sólo no incluyó entre sus demandas ninguna de nuestras necesidades, y siguen sin proponer su continuidad. Los dirigentes sindicales esperan e intentan acuerdos con el nuevo Gobierno, pero nosotres no podemos esperar más. Es urgente un Paro General con continuidad de medidas para enarbolar también las necesidades de las mujeres trabajadoras y las diversidades dentro de nuestra clase. Tiene que ser el comienzo de elaborar un plan obrero de emergencia, que parta de un aumento salarial igual a la canasta familiar y acompañe la inflación. Pleno empleo para todes. Salud, educación, comida para todes. 

Podríamos afirmar que no hay fecha del calendario “feminista” en donde no haya movilización. Ni una Menos, alineada con el gobierno de los Fernández, hace rato abandonó la lucha concreta por fuera de los días de marcha. No alcanza con movilizarse al Congreso de la Nación exigiendo mejores leyes, porque ya vimos que las leyes sobran, pero nunca las hacemos nosotres y siempre se vienen en contra nuestro. El objetivo debe ser cambiar todo de raíz porque este mundo capitalista no tiene arreglo ni nada bueno para nosotres. 

La Revolución no es una utopía: solo el socialismo puede salvar este mundo para nosotres

El cambio que necesitamos empieza por derrotar el proyecto de país de Milei, Villarruel y Bullrich, de hambre, entrega de nuestros recursos y represión que usan para evitar que peleemos por lo nuestro. No alcanza con gritar “La patria no se vende”. Hay que organizarse en cada lugar para poder evitarlo, pero también para defendernos de los ataques machistas, y de la represión que el propio Estado y sus fuerzas represivas desatan sobre el pueblo trabajador. 

La historia de la humanidad nos ha demostrado que cuando los de abajo se mueven hacia el mismo lugar, los de arriba tiemblan y caen. Nuestra fuerza debe organizarse para que al fin podamos gobernar, y las mujeres que padecemos las consecuencias de la barbarie de este sistema seremos vanguardia de esos cambios necesarios. Solo un gobierno de les trabajadores y el pueblo pobre puede hacer esto, quienes no tenemos nada que perder más que nuestras cadenas podemos ir al fondo de la cuestión. Una Revolución dirigida por la clase obrera y que instaure el socialismo es una tarea urgente para defender nuestras vidas y la de nuestras familias.

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¡Mujeres por el Socialismo!

En todo el mundo las mujeres y la juventud luchan por el derecho a vivir, contra los gobiernos que hambrean a los pueblos. Este 8M marchamos por la libertad de las mujeres mapuches, presas por luchar. Marchamos por el triunfo de la resistencia ucraniana. ¡Viva la lucha de las mujeres en Ucrania! Nuestra lucha es una sola: Marchamos por las mujeres y jóvenes palestinas, las cuales se encuentran en la primera línea contra el genocidio televisado de todo su pueblo. ¡Por una Palestina libre, laica y democrática! ¡Destrucción del Estado de Israel!