Asistimos a un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer Trabajadora con un Paro por las Mujeres a nivel internacional. Medida de fuerza que conquistamos hace unos años y que hoy por hoy no es llevada adelante por el conjunto de las organizaciones.
La marcha al Congreso fue multitudinaria, pero con una pequeña baja de asistentes en comparación con 2018 – 2019. ¿Que explica este fenómeno? Creemos que es una multiplicidad de factores.
El rol de la dirección
Por una parte, el colectivo Ni Una Menos y más atrás la Campaña por el Derecho al Aborto, jugaron un rol desmovilizador desde un principio. Hubo un intento de contener la protesta, de, que no se desborde y vaya hacia el Congreso, para que los legisladores “voten bien” a la hora de legalizar una de las demandas que viene levantando el movimiento con respecto a decidir el momento de la maternidad.
Así es que llegaron al colmo de maniobrar la última asamblea preparatoria, de la que se retiraron cuando quedaron en minoría frente a las cientas que planteábamos que debíamos exigirle al Ejecutivo, yendo a Plaza de Mayo. Porque es Alberto Fernández quien presenta un proyecto alternativo al de la Campaña, para legalizar y despenalizar el aborto.
Como las direcciones no solo tienen expectativas, sino que apoyan directamente al nuevo Gobierno, se negaron a marchar a la Rosada, rompiendo la asamblea y desoyendo a la mayoria.
A su vez, se negaron sistemáticamente a exigirle a las Centrales Sindicales el Paro por las Mujeres. Al no generar presión, el paro fue muy débil. Solo se expresaron algunos gremios docentes, donde algunes maestres, frente a la bronca por el inicio “pacífico” encontraron en este paro una via para reclamar su clausula gatillo y la suspensión de clases frente a la pandemia. Otros gremios como el subte, hicieron paro de dos horas, solo para las mujeres. Bajo la política de paro de mujeres se esconde una lógica carnera y funcional a las patronales. Genera mayor carga de trabajo para los varones, y no afecta las ganancias. Nos divide por género y debilita la pelea por nuestras exigencias. Los sindicatos deben tomar nuestras demandas como parte de los pliegos generales. Y las centrales sindicales y federaciones estudiantiles deben colocarse a la cabeza de esta lucha.
La única manera de terminar con la opresión es la unidad de les trabajadores contra el machismo y el capitalismo, que se aprovecha de la opresión para explotarnos mejor.
Expectativa en el proyecto de Fernández
El 1º de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, Alberto afirmó que estaría presentando un proyecto para hacer legal el aborto. Este anuncio causó revuelos, pero sobre todo simpatía en quienes lo votaron. Es que esta consigna es levantada por cientos de miles desde hace años y particularmente en 2018 donde tomó amplia relevancia, al llegar el debate al Congreso.
El anuncio no es casualidad. Fernández desde que asumió tiene una tarea central, que es sacar a les trabajadores de donde estuvieron la mayoría de los años del macrismo: las calles. Para llevar adelante la renegociación con el FMI es mejor un pueblo calmado que uno movilizado. Y el movimiento de mujeres es clave en esto. El discurso lo dio una semana antes del 8 de Marzo, justamente para realizar lo que causó. Expectativa en su nuevo proyecto y bajar la movilización del Día de la Mujer. Con esta promesa, muches vieron que no era necesario movilizarse.
En caso de lograr la legalización del aborto, será una enorme conquista. Ganada absolutamente en las calles y no por la “buena predisposición” del Frente de Todos que hoy lo utiliza para desmovilizar. Si existe “decisión política” de Fernandez, ¡que lo saque por DNU YA! No podemos esperar los tiempos del Congreso. Debemos seguir movilizades hasta lograr el proyecto que necesitamos. En principio para luchar contra la objeción de conciencia, si se propone esto.
La violencia hacia la mujer sigue sin resolverse
Las cifras de la violencia de género siguen alarmando en Argentina. En los primeros días del mes de marzo llegamos a tener un femicidio cada 12 horas. La mayoría de las mujeres en manos de sus parejas o ex parejas.
Ante los números barbáricos hay un Estado ausente y una dirección del movimiento inmóvil y callada. Porque esta problemática no estuvo colocada en las principales consignas de la movilización, ni fue levantada por muchas de las organizaciones presentes. Sectores muy importantes de trabajadores muchas veces no se sienten interpelades por las marchas del 8 al no levantar esta exigencia.
Las mujeres que mueren por causa de femicidios son en su mayoría de la clase trabajadora. La violencia se cobra mas vidas por año que otras causales como el aborto clandestino. Pero requiere mucha más inversión estatal para resolverla.
Para terminar con la violencia necesitamos generar planes de concientización contra la violencia en escuelas, sindicatos y barrios. Talleres de autodefensa en todos los lugares de trabajo y estudio. Refugios para víctimas. Subsidios para las mismas y sus hijes. Generar puestos de trabajo genuino para que puedan obtener independencia económica y salir de las casas donde sufren violencia.
Fernandez habla de solidaridad, por la crisis económica en la que se encuentra el país y frente al corona virus. Quienes necesitan con urgencia soluciones no pueden sobrevivir con solidaridad, sino con planes concretos. Debe dejar de pagar la deuda, y en relación a la mujer, declarar la emergencia y destinar presupuesto para combatir la violencia machista. Se puede terminar este flagelo, pero necesitamos voluntad política para ello.
Las organizaciones de izquierda
Por su parte, las organizaciones de izquierda no jugaron un papel diferenciador frente a la política de las direcciones. Ante la negativa del FDT de exigirle al presidente, consideramos que, igualmente, fue correcto marchar de Plaza de Mayo al Congreso. Sin embargo, no se diferenciaron en el acto final, en el que subieron al palco (PO-PTS-MST) y firmaron un documento que es casi pro gubernamental. Sobre este documento nos explayaremos en una nota aparte.
A pesar de todo, logramos llenar las calles con nuestras demandas. La columna del PSTU se destacó por colocar la referencia en la Revolución Chilena en curso, donde las mujeres juegan un rol destacado en todas las líneas. Debemos continuar en las calles, organizades en los lugares de estudio y trabajo para lograr todas las demandas de las mujeres y el conjunto de la clase trabajadora.
La iglesia hizo su 8M
La Iglesia Católica y el conjunto de las iglesias jugaron un rol desmovilizador desde que empezó el debate sobre el aborto legal. Con sus campañas polarizaron al pueblo entero en contra de los derechos de las personas gestantes. Pero esta vez no quisieron quedarse atrás y convocaron una “Misa por la Vida” de las Mujeres en Luján, para ganar nuevamente las calles. Las organizaciones de izquierda les respondimos en la Catedral con un pañuelazo. Porque decidir el momento de nuestra maternidad es un derecho y debe ser legal. Separación de la Iglesia del Estado YA.