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El vaciamiento deja nuestros barrios bajo agua

Cómo viene sucediendo cada vez que hay una tormenta o lluvia más fuerte de lo normal; las precipitaciones del fin de semana dejaron a buena parte del conurbano inundado, siendo La Matanza y Lanús algunos de los partidos más afectados, dejando cientos de evacuados hacinados durante días en centros de evacuación improvisados en edificios públicos.

No había terminado de llover que, como de costumbre, los dos principales partidos patronales salieron por las redes a acusarse mutuamente; omitiendo o mostrando la inundaciones en distritos k o Pro, según fuera el caso. Con el correr del tiempo, nuevos argumentos aparecieron: mientras desde los sectores ligados a la intendenta kirchnerista de La Matanza señalaban al gobierno de Vidal por la paralización de las obras, Macri (envuelto en una batalla contra los trabajadores de Aerolíneas Argentinas) señalaba como responsable de la falta de obras a las inversiones realizadas en la línea aérea pública…

Un desmanejo de larga data

No faltaron tampoco los intentos de echarle la culpa a “la gente que tira basura y tapa las bocas de tormenta”. Pero lo cierto es que detrás de las causas de las inundaciones está la mano del capitalismo argentino y sus gobernantes: obras públicas inexistentes, o bien mal pensadas y peor ejecutadas (pero con un costo altísimo) llevadas a cabo por empresas corruptas, falta absoluta de planificación urbana en beneficio de los negocios inmobiliarios, y una ausencia de control sobre el agronegocio, en especial sobre el monocultivo sojero, cuyos efectos colaterales favorecen las inundaciones. A esto hay que sumarle el ajuste ordenado por el nuevo amo del país, el FMI, que solo tiende a empeorar esta situación.

En otras palabras, lejos de ser un problema puntual creado por malas administraciones públicas que se soluciona votando a otras; las inundaciones son consecuencia de la razón de ser de todos los gobiernos patronales: permitir que los grandes capitales obtengan ganancias sin importar las consecuencias, que siempre termina pagando el pueblo trabajador.

Por una respuesta obrera y popular a las inundaciones

Por estas razones, no se puede esperar que los gobiernos resuelvan la crisis causada por las inundaciones. Hay que imponer la salida, exigiendo al gobierno indemnizaciones y subsidios para las familias afectadas; y a los hipermercados y empresas de consumo que aporten en forma urgente y gratuita los productos necesarios para asistir a los damnificados. Hay que exigir el pago de los días que los trabajadores no pudieron ir a trabajar por inundación, sin perder premios ni el presentismo. Y hay que garantizar la gratuidad de los servicios de luz y gas a los afectados, al menos mientras dure la emergencia.

Debemos luchar para que la reconstrucción de los barrios y la solución definitiva a las inundaciones la paguen los grandes empresarios, el capital financiero y el FMI, imponiendo el no pago de la deuda, impuestos a las exportaciones y a las grandes fortunas, la nacionalización de la banca para desmontar los chanchullos financieros; y sobre todo, la expropiación de las grandes empresas de obra pública involucradas en casos de corrupción.

Esos objetivos no se lograrán en las urnas: debemos unirnos para imponer con la lucha un gobierno de los trabajadores y el pueblo, basado en las organizaciones obreras y populares, para conseguirlo. El PSTU está al servicio de esa tarea.