Alberto Fernández, Cristina y Massa van dibujando en el imaginario pizarrón, los nombres de los “jugadores” y sus puestos; como en el futbol, el equipo de ministros, muestra cómo van a “jugar”. Si las versiones de los diarios se confirman, estaríamos frente a una nueva versión del “mejor equipo de los últimos 50 años”. La lista, en varios casos, está compuesta de viejos amigos del sector financiero y banqueros, amigos de los industriales y de las petroleras. Amigos de los yanquis, amigos de los burócratas sindicales, amigos o de buena llegada con el “campo”. Los nombres definitivos de los Ministros serán anunciados pocos días antes de la asunción, pero han trascendiendo algunos.
Un “equipo” para pagar la deuda a los banqueros y buitres
Alberto Fernández aseguró que la deuda contraída por Macri será pagada. Según algunos diarios el gobierno de Alberto pagará con las reservas hasta abril y negociará nuevos plazos de pagos. Esa definición marcará el rumbo del nuevo gobierno. Y los funcionarios que se nombren cumplirán ese objetivo. Por eso los nombres que suenan son el de Guillermo Nielsen, ligado al sector financiero y el FMI quien entre otras cosas anticipó que es necesaria una “reforma laboral”, entre otros ajustes. En ese equipo también jugaría Matías Kuflas autor de la frase: “el dólar a 60 está bien” y que “los compromisos de este gobierno hay que cumplirlos 100%”. Por otra parte Alberto envía “señales” al mercado” nombrando a el hijo de Lavagna en el INDEC, mostrando que “hay coincidencias en lo que hay que hacer en economía”.
Otro que tiene su historia es Claudio Moroni, funcionario de Menem y Duhalde y que suena para Ministro de Trabajo aunque parece que a Moyano no le gusta pero sí a Daer; En minería iría el actual ministro del área en San Juan, Alberto Hensel, donde las mineras hacen muy buenos negocios contaminando el ambiente con cianuro y demás. Felipe Solá, uno de los responsables políticos del asesinato de Kosteki y Santillán y de la segunda desaparición de Julio López y de buena llegada con el campo, sería el Canciller. Diego Gorgal, hombre de Sergio Massa, admirador de la “mano dura”, promotor de la baja en la edad de imputabilidad, ocuparía la jefatura del nuevo Consejo Nacional de Seguridad, un ente “autárquico” que le daría varios años de estabilidad en el cargo ¿Para qué servirá ese Consejo? Jorge Arguello ex embajador en EEUU de los Kirchner sería ministro del área social, y ahora negocia con sus amigos de los fondos buitres y agentes de Donald Trump para que este mantenga “su apoyo” al Fernández dentro del FMI.
Hasta ahora, parece que los ministerios estarán plagados de “pagadores seriales”, tradicionales ajustadores, amantes de la mano dura contra los jóvenes, contaminadores y chupamedias del imperialismo. ¿Qué podemos esperar de todos ellos?
Un “Pacto Social” para frenar y traicionar a los trabajadores
Los empresarios, la dirigencia sindical traidora y también el futuro gobierno saben que a pesar de que muchos trabajadores han votado con expectativas a los Fernández no será fácil imponerles nuevos ajustes, en jubilaciones, salarios, reformas laborales. Es que quienes los votaron, vienen de llevar adelante infinidad de luchas y esperan mejorar el nivel de vida, que reabran las fábricas y que haya trabajo, entre otras cosas. Y no hay “cheque en blanco”.
Nosotros no vemos, que la situación mejore mucho si el objetivo del gobierno será pagar la deuda externa. Y por más renegociación y nuevos plazos para pagar, tarde o temprano deberán seguir ajustando, reduciendo gastos en salud, en educación, en salarios y atacarán las conquistas laborales.
Las patronales están envalentonadas y exigen tener vía libre para despedir sin pagar indemnización ni ningún tipo de aporte patronal.
Por eso para “legalizar” sus exigencias y hacer pasar los ataques están preparando entre los dirigentes de la CGT, los empresarios y el futuro gobierno un “Pacto Social”, o el “Consejo del salario y la producción” o el nombre más bonito que se les ocurra. El objetivo será enchalecar, atarles las manos a los trabajadores para que no pidan aumentos salariales, ni luchen contra los ataques patronales a las condiciones laborales. Como siempre Daer se muestra tan servicial con los patrones asegurando que “no se puede pedir un 35% de aumento de golpe” o que no habrá pedido de bono a fin de año. Mientras las patronales piden más y más, estos burócratas cierran el pico, dejan actuar a los empresarios y dejan abandonadas, las luchas como la de los obreros despedidos de Kimberly, o los de Lodiser. Y en los barrios los comedores populares no dan abasto para saciar el hambre y crece la desocupación y la miseria.
Organizarnos y levantar la guardia
De esta situación no se sale con pactos o acuerdos con quienes ya se llenaron los bolsillos aumentando los precios, súper explotando obreros y despidiendo y ahora hablan de “congelar precios y salarios”.
Los trabajadores debemos prepararnos para lo que se viene, sin confiar en los “buenos empresarios”, el gobierno o los dirigentes sindicales porque ellos querrán hacernos pagar la fiesta de la fuga de dólares a los trabajadores y el pueblo. Como siempre nos pedirán un “esfuerzo a todos” para salir de la crisis.
Debemos ir organizando nuestros propios instrumentos de lucha en cada fábrica, lugares de trabajo, universidades, barrios y escuelas, como asambleas, coordinadoras, comités barriales etc. que nos permitan enfrentar cualquier ataque y hacerles pagar la crisis a los que la generaron