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ANTE LA CRISIS EL FMI EMPUJA EL SOMETIMIENTO

En los próximos días vence un nuevo plazo para renegociar parte de la Deuda Externa con los fondos buitres que compraron y acumularon bonos ya devaluados. Era de esperar que la primera oferta del Gobierno sea rechazada  en una etapa  de “regateo” para que sea aceptada. No nos llama la atención que el FMI, como interlocutor mundial intervenga y opine sobre la conveniencia de llegar a un acuerdo lo más rápido posible. Hay que garantizar el cobro de los usurarios intereses y que nuestro país acceda nuevamente al crédito mundial, para agigantar una “deuda perpetua”, con un Gobierno presionado por el aumento colosal del déficit ante la crisis económica profundizada por la pandemia del coronavirus.

Recordemos que el Gobierno de los Fernández desde que asumió en diciembre 2019 hasta mayo 2020 pagó por intereses unos U$S 5.000 millones para mostrar buena voluntad de renegociar y no entrar en “default” (no pago obligado, no voluntario). Recursos que no destinó a mejorar la calidad de vida de millones de trabajadores y aún en plena cuarentena declarada en marzo.

La Deuda involucrada en la negociación actual ronda los U$S 66.500 millones que vencen en los próximos meses. Recordemos la oferta que hizo el Gobierno: 1. Una quita en el capital del 5,4% del valor de origen, una gran concesión ya que los bonos fueron comprados por los buitres a un 40% a 50% de su valor. 2. Que los nuevos vencimientos se prorroguen a partir del 2030 y un plazo de gracia para empezar a pagar intereses a partir del 2023, es decir que se haría cargo un próximo gobierno 3. Una tasa de interés que progresivamente llegaría al 5%, casi el doble de la que usualmente se cobra en préstamos internacionales.  Actualmente Argentina paga un promedio del 7% usurariamente por su crisis de Deuda perpetua.

Los Fernández para negociar hablan de “sostenibilidad”

A partir de mayo, nuestro país ya entró de hecho en un “default”. Vencían unos U$S 500 millones y no los pagó en plena negociación. La realidad es que el Gobierno quiere pagar pero no tiene liquidez (recursos disponibles) ni solvencia (la perspectiva de conseguirlos) para hacer frente a la enorme estafa de la Deuda Pública nunca investigada, que crece y crece (a diciembre 2019 llegaba a los U$S 400.000 millones). El capitalismo argentino lo que puede hacer entonces es refinanciarla y garantizar fondos suficientes para pagar al contado de millonarios intereses eternamente. Los medios patronales hacen creer al pueblo que el objetivo de la oferta realizada es para cancelar Deuda. Todo lo contrario, es solo definir nuevos términos de su renovación eterna. Para firmar cualquier arreglo los países endeudados deben garantizar un acuerdo a los Acreedores Privados (buitres) y a los Organismos Financieros Internacionales (FMI, Banco Mundial, BID, CAF y Club de París), que por todos los medios adecuarán sus economías capitalistas dependientes para el pago de los intereses que es el verdadero negocio de estos especuladores.

El FMI desespera por un acuerdo

El panorama descripto lo sabe el FMI, que ya es acreedor en cerca de U$S 50.000 millones, y su influencia ante los especuladores internacionales es muy importante. Por eso auspicia que se llegue a un acuerdo y empuja a las partes a bajar sus pretensiones: «Sería consistente (acordar) con el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda con alta probabilidad  que si bien es limitada, existe un margen para incrementar la oferta y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”. Para los Fernández y el FMI “sostenibilidad” es acordar y estirar vencimientos para adelante, pero mientras tanto que se pague el verdadero robo que son los intereses perpetuos a tasas usurarias, de una Deuda ya devaluada, el gran negocio de los acreedores. Para ello espera acordar para adecuar los recursos del Presupuesto 2020 pendiente a las exigencias de este sometimiento. 

El FMI sabe que en plena crisis económica mundial, que se agiganta por la pandemia, el capitalismo debe seguir garantizando sus ganancias. Los especuladores buitres financieros con los intereses de la Deuda y las patronales y sus gobiernos burgueses achicando los salarios, aumentando la desocupación, devaluando la moneda (en nuestro país el dólar ya a $125.-) con sus consecuencias, mayor inflación, más miseria y chantaje a los trabajadores, empeorando las condiciones laborales. Una gran transferencia de recursos hacia las clases millonarias.  Queda para los trabajadores frenar esta barbarie de robo y explotación organizándose para luchar con claridad contra quienes tenemos que enfrentar.