El PSTU se va a presentar como querellante de la Causa AFI por el espionaje ilegal contra organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y sociales, opositores y presos políticos.
Durante el gobierno de Macri las oficinas de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) funcionaron como una usina de informes de la actividad realizada por luchadores populares y opositores políticos. Bajo el mando de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, y la supervisión desde la Casa Rosada, los espías se dedicaron a pinchar teléfonos, infiltrarse en reuniones y recopilar información de cientos de personas, como en la época de la Dictadura.
En el caso de los presos políticos, los espías implementaron todo un sistema de cableado y micrófonos para escuchar las conversaciones de los detenidos con sus visitas y abogados. Además, en los penales se revisaron las pertenencias de las visitas que quedaban en custodia del Servicio Penitenciario.
La causa
Con la intervención de la Agencia en manos de la fiscal Cristina Caamaño empezó a salir el agua podrida. Cientos de fichas de militantes, dirigentes políticos, incluso de organizaciones enteras, fueron descubiertas y denunciadas en los Tribunales Federales de Lomas de Zamora.
Dentro de esta denuncia aparece un listado con todos los presos políticos que fueron espiados y entre ellos, aparece nuestro compañero Daniel Ruiz.
Daniel estuvo trece meses detenido de manera injusta por haber sido parte de las movilizaciones del 18 de Diciembre, cuando miles fuimos a enfrentar a la infame Reforma Previsional que implicó un robo a los jubilados.
Nos presentamos como querellantes
Por haber sido damnificados directos del accionar mafioso de la patota de espías macristas es que nos vamos a presentar como querellantes en esta causa.
Como recoge nuestra tradición y la experiencia en el juicio contra Daniel Ruiz, y toda la campaña por la liberación de Sebastián, nos presentamos en este juicio para denunciar al Estado.
Este Estado que utiliza todos sus recursos y millones de pesos para sostener matones y espías a sueldo mientras el pueblo sufre miles de penurias como el hambre y la desocupación.
Muchos gobiernos han pasado prometiendo que iban a acabar con «el sótano de la democracia», pero todos se han servido de él para hostigar y perseguir opositores y fundamentalmente a los que luchan. Todas las fuerzas represivas (policía, prefectura, gendarmería y ejército) tienen sus propios aparatos de inteligencia.
Es hora de acabar con todos ellos, que se abran todos los libros de las agencias de inteligencia y se desmantelen todas estas redes.
Es tarea de todas las organizaciones obreras y populares sumarse a esta denuncia contra el Estado. Luchar, militar y hacer política es un derecho fundamental y lo vamos a defender.
Por eso nuevamente ¡Nosotros los acusamos!