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EL FALLO DE LA CORTE Y EL ¿GOLPE BLANDO?

La sentencia de la Corte Suprema de Justicia, dándole la razón a Rodríguez Larreta en el caso del DNU de Alberto Fernández en la cuestión de la presencialidad agrega un elemento más a la crisis política del país. 

Desde el Gobierno salieron a denunciar a la Corte “por tomarse atribuciones que le corresponden a la política”, y Cristina llegó a hablar de “que ahora los golpes no son como antes”, dejando a entender que lo de la Corte sería algo así como un “golpe blando”.

Más allá que cuatro o cinco jueces atornillados a sus sillones, decidan sobre los contagios y muertes entre la comunidad educativa, sin siquiera tomar las opiniones de infectólogos o la experiencia internacional y mucho menos de la propia docencia ni de madres y padres, es una demostración de lo putrefacta que es la Justicia al servicio de los poderosos y al mejor postor.

¿División de poderes?

Pero, los que ahora se rasgan las vestiduras por una supuesta “división de poderes” que es “atropellada”, son los mismos que la utilizaron y utilizan cada vez que tienen que resolver los “conflictos” con la clase obrera y sectores populares. Se victimizan como “atacados por la derecha” para polarizar falsamente y hacer su campaña electoral, sin embargo, en su propio Gobierno también hay represión a las luchas y desalojos en Guernica o Rafael Castillo y se sostiene la persecución a luchadores: un caso emblemático es el de Daniel Ruíz y César Arakaki, en el que sigue en pie una causa-farsa armada por Macri y tienen encarcelado a nuestro compañero Sebastián Romero, desde hace un año por protestar contra la Reforma Jubilatoria. También siguen encarcelados Milagro Sala y Luis D elía.

En esta democracia de los ricos, no existe la división de poderes. Hay un solo poder, el de los ricos empresarios, banqueros, oligarcas y multinacionales que deciden, protegidos por este poder judicial y el legislativo que defiende “su” propiedad privada. Por eso Vicentín estafa al Banco Nación y no pasa nada. Macri habilitó la más grande fuga de capitales, benefició a los oligarcas, nos endeudó y estafó. Paolo Rocca despide, flexibiliza ilegalmente, pero ninguno es perseguido ni va preso. Los presos y perseguidos son de un solo lado: de nuestros compañeros obreros, luchadores, personas sin un pedazo de tierra, la gente humilde. 

La única democracia real

Los trabajadores no podemos depositar ninguna confianza en esta “democracia”. Tampoco en el Parlamento ni en unos jueces que ganan millones por año nos pueden representar. Habrá democracia y justicia el día que los trabajadores y el pueblo podamos elegir y revocar a jueces o diputados. Eso solo será posible en un Gobierno Obrero y Popular, un gobierno socialista.