CANDIDATAS AL SERVICIO DEL AJUSTE

A pesar de que las principales candidatas de las alianzas mayoritarias en las elecciones PASO 2021 fueron mujeres, casi nada se ha discutido o propuesto en relación a los derechos de las mujeres de los sectores populares, las más golpeadas por la pobreza, la pandemia y la violencia machista. Tampoco las organizaciones feministas, activas en esta campaña a favor del gobierno de Fernández, hicieron oír su voz. La única sororidad posible es entre ellas, y no con las trabajadoras, las jóvenes precarizadas ni con las mujeres de los barrios populares

Problemas urgentes sin respuesta

E l último informe del Observatorio de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) hecho a principios de este año se siguen reconociendo y ubicando las desigualdades que padecemos las mujeres en el mundo laboral como una situación en la que todavía no se han encarado políticas desde el Estado. Ni siquiera desde el flamante Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación (quien es parte de la elaboración de este mismo informe)[1]. Allí mismo, las tareas domésticas y de cuidado siguen siendo resaltadas como una de las labores que continúan cargadas en las espaldas de las trabajadoras y mujeres más pobres, aun a pesar de trabajar fuera del hogar con magros salarios y precarias condiciones de empleo. Con el Gobierno del Frente de Todos muy poco o nada ha cambiado, a pesar de ubicarse el problema y de pomposos anuncios que no fueron mucho más allá del discurso.

Tampoco se ha mejorado la situación respecto de la violencia machista que azota a las mujeres y sectores LGBTI. En 2020, cruzado a pleno por las consecuencias de la pandemia COVID-19, hubo 251 femicidios, uno cada 35 horas. Además de haber crecido las denuncias y los indicadores de violencia relacionados al mayor encierro y aislamiento de las mujeres que sufren de violencia en el seno de sus propios hogares. En lo que llevamos de 2021, se cuentan 141 femicidios, 1 cada 40 horas, y las cifras de la violencia no tienden a disminuir.

Desde el Gobierno de Alberto Fernández se anunció con bombos y platillos que se avecinaba el “fin del patriarcado”. Sin embargo, ni siquiera se ha comenzado a aplicar el aborto seguro y gratuito en todo el país, a causa de la objeción de conciencia y a que no se ha destinado presupuesto necesario para tal fin. Algo similar ocurre con la Ley de cupo laboral travesti trans. Mucho humo y poca realidad.

Más mujeres en la política y nada cambia. ¿Por qué?

Mientras tanto, han pasado las elecciones PASO y pocas propuestas de solución han dejado respecto de todos estos problemas.

Varias candidatas mujeres han sido figuras centrales en esta campaña y, sin embargo, ninguna ha dicho palabra acerca de los derechos femeninos. Tanto María Eugenia Vidal, ex gobernadora de Buenos Aires (ahora candidata en CABA) de Juntos por el Cambio, como Victoria Tolosa Paz, presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y candidata del Frente de Todos, coinciden en una cuestión central: seguir ajustando al pueblo trabajador para cerrar las negociaciones con el FMI y pagar la Deuda usuraria e impagable. También coincidieron en apoyar los desalojos de Guernica y todos los que se dieron en los últimos tiempos, que en su mayoría estaban encabezados por mujeres jefas de sus hogares que no tenían un pedazo de tierra para vivir. Mientras tanto hay terrenos de sobra que están en manos de unos pocos privados. Si bien Tolosa Paz apoyó la legalización del aborto en Argentina, nunca mencionó en sus presentaciones públicas los problemas que genera la aplicación de la Ley, y es parte de un Gobierno que se ocupa casi nada de ello, dejando así a las mujeres de menos recursos en la misma situación que antes.

Por otra parte, la precandidata a diputada Cinthia Fernández, del partido Unite por la Libertad y la Dignidad (el mismo partido de Milei) se metió por la ventana de los medios, apenas rozando la cuestión de las cuotas alimentarias y el rol de la Justicia. Una idea suelta, si no fuera por su cierre de campaña bailando tango “en tanga” enfrente del Congreso. Tal método de propaganda refuerza la idea de que lo único valioso que las mujeres tenemos para mostrar y ofrecer es nuestro cuerpo, usado en ese caso como objeto y anzuelo para ganar un par de votos más. Cuestionamientos, en general por derecha, a la justicia, puede ser, pero construir y organizarse con las mujeres trabajadoras y de los barrios pobres, ni hablar.

Por su parte, la precandidata Cynthia Hotton, evangelista y antiderechos llevó adelante una campaña a favor de los valores cristianos y contra la Ley de Aborto Legal y el matrimonio igualitario.[2] Intentando pegarse al ejemplo de Jair Bolsonaro en Brasil. Su objetivo es ir fuertemente contra los derechos ya conquistados de las mujeres y sectores LGBTI.

Por una alternativa política de los y las trabajadores/as

La famosa “sororidad” que agitaron las conducciones afines al Gobierno de los Fernández, tales como la colectiva Ni una Menos en el proceso de la Marea Verde por el aborto legal, solo fue espuma que se deshizo al calor de las urgencias que apremian nuestras casas y bolsillos, y de la pandemia, que han puesto al descubierto que las que pagamos los platos rotos siempre somos las trabajadoras que sostenemos en nuestras espaldas todo el peso de hijes, hogares, y de las desigualdades del mundo.

En las elecciones de noviembre no necesitamos candidatas del ajuste, nada bueno vendrá para nosotras de la mano de Vidal o Tolosa Paz. No hay “sororidad” posible con ellas. Si optamos por votar empresarios o a los partidos que los representan, seguiremos cuesta abajo. La única alternativa electoral para nosotras es un voto independiente de los patrones, por eso el PSTU tiene sus candidatas y candidatos en el FITU y te convoca a votarlo.  Al mismo tiempo hacemos un llamado a los demás partidos de izquierda que conforman el acuerdo electoral del FIT-U a rechazar el concepto de “sororidad” que confunde a las trabajadoras al proponerles la hermandad con las patronas que las explotan y atenta así contra la independencia política de la clase obrera.

Para nosotras, de Lucha Mujer y el PSTU, la única salida es con nuestros compañeros trabajadores, que sí son nuestros hermanos de clase, y es tomar en nuestras manos la tarea de decidir como conseguir lo que nos falta, fundamentalmente, cómo cambiar de raíz este sistema capitalista que siempre va contra los que menos tienen. Necesitamos confiar en nuestras fuerzas, hacer una revolución, constituir un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre, para poner los cimientos del sistema que puede garantizarnos vivir dignamente: un mundo socialista.

 

[1]https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/desigualdades_de_genero_en_el_mercado_de_trabajo_argentino_observatorio_srt.pdf

[2] https://www.clarin.com/politica/candidata-evangelista-cynthia-hotton-sale-disputarle-voto-jose-luis-espert-quiere-bloque-religioso-_0_w_PhQXYYT.html