El sábado 16 de octubre, después de varias postergaciones por parte de la Justicia, Sebastián Romero llegó a Rosario para rencontrase con su familia, compañeros, amigos y vecinos del FONAVI de Seguí y Rouillon, uno de los barrios populares de la ciudad.
Sin tener claridad sobre el horario de llegada, los vecinos y vecinas se acercaban a preguntar cuándo llegaría, para ser parte del recibimiento del “Ñoqui”, como le dicen desde su infancia en el barrio.
Pasado el mediodía y con un operativo de la Gendarmería, recién llegada a la ciudad de la mano del flamante ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien dijo que la Gendarmería sería para combatir el narcotráfico. Pero ese sábado estaba para amedrentar a los vecinos que lo único que querían era recibir a uno de ellos, que había encabezado el reclamo por los arreglos edilicios del barrio.
Con la llegada se empezaron a escuchar los aplausos desde los edificios, hasta que entró a su departamento donde fue recibido por su familia y amigos.
Después de los saludos, se organizó un acto donde se hicieron presentes organizaciones como los y las vecinos y vecinas de La Sexta ( otro barrio en lucha), PTS, PO, IS, Cordinadora Antirrepresiva y PO Tendencia, que junto con los vecinos y vecinas del barrio escucharon las palabras de Sebastián, aquí transcribimos fragmentos:
“Amigos, familia, vecinos. La verdad estoy muy contento de estar acá, después de 3 años y 10 meses de haber salido a manifestarme junto a miles de trabajadores y trabajadoras contra una Reforma Previsional que mató de hambre a los jubilados, a los niños, por parte de un Gobierno que tenía una política de ajuste, de hambre, miseria y represión”.
“En estos momentos en que viene una elección, yo soy candidato a senador por el FIT-U. El PSTU, mi partido, llamamos no solo a votar, sino a organizarse y a que nos acompañen en la lucha en las calles, porque acá, en el barrio, quedó bien demostrado que cuando nos juntamos y nos organizamos podemos arreglar nuestros problemas más urgentes”.
“Quiero decirles que hoy vuelvo más fortalecido que nunca, porque gracias a todo el apoyo militante, de los partidos, de los sindicatos combativos, hoy vuelvo a mi casa. Y no vuelvo en libertad, porque el Gobierno Nacional y la Justicia transformaron mi casa en una prisión, pero yo les abro mi casa a todos y a todas para quien se quiera organizar, para aquel que quiera pelear por una vida digna, luchar por mi libertad y la de todos y todas los/las presos/as políticos/as y por el fin de la criminalización de la protesta”