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MURIÓ LUIGGI POETTO

Hace dos días, murió Luis Poetto (Luiggi como todos le decíamos) de un infarto, poco antes de cumplir 65 años. Luiggi nació en Guaminí, en el sur de la provincia de Buenos Aires y junto con su hermano mellizo (José Eduardo – Edu) fueron a estudiar a La Plata. Allí, en la década del ’70, se integraron a la juventud del PST.

Pocos años después, ambos entraron a trabajar en el Ferrocarril Roca. Luiggi se incorporó al sector de conducción de trenes; primero en la seccional Kilómetro 1, como ayudante, y, a partir de 1985, como conductor de trenes eléctricos en Remedios de Escalada, la seccional más grande de La Fraternidad del Roca y una de las más importantes del país.

En todo ese proceso, primero se transformó en un excelente activista y luego en un importante dirigente ferroviario, encabezó la lucha contra la conducción burocrática de La Fraternidad-Escalada y fue electo presidente de esa seccional.

Fueron años de intensas luchas ferroviarias contra el gobierno de Carlos Ménem, a cuyo calor se multiplicó el surgimiento de direcciones sindicales combativas en seccionales de La Fraternidad, Señaleros  y la Unión Ferroviaria, que coordinaban entre sí y, al mismo tiempo, desafiaban a las burocracias nacionales de los sindicatos ferroviarios.

El punto culminante de estas luchas fue la huelga de 1991, lanzada por el Plenario de Seccionales Ferroviarias en Lucha, en febrero de ese año. La huelga fue primero por aumento de salarios y luego por la reincorporación de los numerosos cesantes con que respondió la empresa, en represalia. Duró 45 días (la más larga en la historia de la lucha de los ferroviarios en el país) y terminó con un triunfo de los trabajadores ya que se obtuvo el aumento salarial y fueron reincorporados la inmensa mayoría de los cesantes. Un resultado extraordinario en un contexto en que el gobierno derrotaba otras huelgas importantes como la de los trabajadores telefónicos y SOMISA.

La fuerza y la duración de la huelga se explica porque tuvo características muy especiales que la diferenciaron claramente de aquellas que dirigía la burocracia sindical: a)  fue una huelga construida desde la base, de abajo hacia arriba, que las bases tomaron como propia, con toda su fuerza; b) se aplicó a fondo el método de democracia sindical y todas las definiciones debían ser aprobadas por las asambleas de base de las seccionales. Cada seccional enviaba un delegado al Plenario que se reunía periódicamente y consideraba los mandatos y resolvía. El Plenario había elegido una Comisión de Enlace (que representaba a todas las líneas y sectores) que centralizaba e implementaba lo votado; c) fue una huelga activa con muchísimos activistas que incluyó movilizaciones y actos, un fondo de huelga para cubrir las necesidades económicas de los cumpas y  se iba permanentemente a los barrios, escuelas y empresas para buscar la solidaridad y el apoyo de los trabajadores y la población (algo que se consiguió ampliamente); d) se “rompiron las paredes” de la división en varios sindicatos ferroviarios. Los Plenarios y la Comisión de Enlace representaban una organización común. Incluso en seccionales como Tolosa se realizaban asambleas conjuntas de fraternales y señaleros; d) más allá de las distintas vertientes ideológicas y partidarias, había una profunda unidad política en torno a un punto la lucha era contra el gobierno de Carlos Ménem y la burocracia sindical asociada, y por la defensa del ferrocarril estatal contra el plan de reducción y privatización que quería implementar el gobierno.

A partir de su ubicación sindical en la seccional Remedios de Escalada, Luiggi fue uno de los grandes  dirigentes de estas luchas y de esa huelga. Baste decir que fue electo como uno de los representantes del Roca en la Comisión de Enlace.

Pero Luiggi fue además, durante varios años, un militante de la corriente morenista y, en los años de la huelga ferroviari, del MAS, como la máxima expresión del importante peso de nuestro partido en esas luchas. Como militante, también fue un cuadro partidario: primero en la dirección de la zona de Valentín Alsina , luego en la regional obrera de Pilar y como delegado a varios congresos partidarios.

El recuerdo quedaría incompleto si no incluyéramos que cantaba muy bien y, junto con su hermano, formaban un dúo que animaba y divertía las fiestas del MAS en la regional Lanús y del sector de ferroviarios.

La huelga ferroviaria y el Plenario de Seccionales se habían transformado en una referencia para importantes sectores del movimiento obrero y de la vanguardia. Por eso, el gobierno y la burocracia sindical persiguieron con dureza a sus dirigentes y activistas. Luiggi finalmente fue despedido un par de años después.

Sintió el golpe de ese despido y de la crisis del MAS. Abandonó la militancia y volvió a Guaminí para trabajar en pequeño campo de su familia. En los años siguientes,  sufrió tragedias familiares (la muerte de su esposa) y una enfermedad de la piel, y se fue aislando.

Sin embargo, el reagrupamiento de los viejos activistas y dirigentes para conmemorar los 30 años de la huelga, lo sacaron de esa situación. Volvimos a verlo en videos de la página Facebook que se creó, dando sus opiniones con firmeza y convicción. Precisamente este último domingo había participado de una reunión de quienes estaban coordinando un gran asado con ese objetivo. El lunes, en Chacarita, sufrió un infarte en la calle y falleció. Los coordinadores del asado han decidido que este se transforme en un homenaje a Luiggi.

Desde el PSTU rendimos nuestro homenaje a este gran luchador obrero y ex militante partidario, con el que muchos compartimos momentos militantes y de lucha de nuestra clase. Queremos también mandar nuestro apoyo y solidaridad en el dolor a su hermano, a sus hijos y a sus sobrinos.

Camarada Luiggi: ¡Hasts el socialismo siempre!