La guerra en Ucrania es, sin duda, el epicentro de la lucha de clases a nivel mundial. Sin embargo, en nuestro país desde su inicio es casi omitida por el conjunto de la izquierda en la política cotidiana y una expresión clara de eso fue el último 1° de Mayo.
Los revolucionarios y las guerras
Es necesario recordar que las guerras, para los marxistas revolucionarios no son un hecho más. Han sido, a lo largo de la historia divisoras de aguas, así como parteras de revoluciones, pues en la guerra todo adquiere una dimensión brutal. Cabe recordar que fue la postura de la II Internacional frente a la Primera Guerra Mundial (con los diputados votando los créditos de guerra de sus respectivos países) la que definió a Lenin, junto con Trotsky, Rosa Luxemburgo y los socialistas internacionalistas, a romper con ella en 1915, al considerarlo por fuera de los principios. Es decir, que no lo valoraba como una desviación más.
Pero las grandes guerras no solo tuvieron como consecuencia la división, también hay ejemplos de cómo generaron grandes movimientos sociales y políticos amplios unificando alrededor de una tarea común: la guerra de Vietnam (1955 – 1975) es un buen ejemplo de eso. La causa por el fin de la invasión yanqui recorrió y se masificó en todo el mundo, incluyendo no solo al conjunto de la izquierda, sino hasta sectores más amplios. Era impensable un acto u acción que omitiera la cuestión de Vietnam como un tema central.
El internacionalismo, ¿para cuándo?
Hoy en Ucrania estamos ante una nueva guerra de liberación nacional, sin embargo, un sector de la izquierda se ubica en forma neutral (favoreciendo al invasor) y otro, que tiene una posición correcta de apoyo a la resistencia ucraniana la subordina a los acuerdos electorales. Ambas posturas tienen en común la pérdida de la cuestión internacional como el problema central, característico de quienes reivindicamos el legado de León Trotsky.
Seguramente muchos compañeros y compañeras de estas organizaciones piensan que si bien esta bien hablar de lo internacional, es difícil hacer que los trabajadores y trabajadoras entiendan que lo que pasa en Ucrania no es algo ajeno, que tiene consecuencias para nosotros/as, que como clase obrera no tenemos patria y que cualquier victoria de la clase en el mundo nos beneficia acá. Y sí, es difícil, pero es una batalla fundamental contra la ideología dominante que no se puede abandonar, si se quiere abonar la perspectiva revolucionaria.
También compañeros y compañeras seguramente nos podrán decir que el acto del FIT-U fue internacionalista, porque habló un trabajador francés, que es una de las principales luchas del momento a nivel mundial. Sin duda, saludamos la lucha de Francia de la que la LIT-CI también forma parte, pero eso no puede justificar omitir una guerra que lleva ya casi 15 meses.
¿Y el apoyo a la Resistencia?
Como ya mencionamos, desde nuestra perspectiva, el problema de la Guerra de Ucrania debería haber sido un centro de este 1° de Mayo, aun de los que levantan una posición neutral/pacifista, si fueran consecuentes con su internacionalismo. Sin embargo, peor todavía es que, quienes tienen una postura de apoyo a la resistencia ucraniana, llamen a un acto del 1° de Mayo, nada más ni nada menos que el Día Internacional de los Trabajadores, omitiendo el tema de esta tragedia en su convocatoria. Y en sus propios discursos aparece el tema al pasar, como un saludo más, así como el 24 de Marzo firmaron un documento que planteaba “No a la guerra” como política central.
Con los compañeros y compañeras de Izquierda Socialista (IS) y del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) hemos compartido en estos casi 15 meses de heroica resistencia de la clase trabajadora y el pueblo ucraniano, varias actividades en las que hablamos de la importancia de esta guerra y de su resultado para los trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Pero si es así: ¿por qué se pone por encima siempre el acuerdo electoral del FIT-U? ¿Por qué tanto el 24 de Marzo (en el que les propusimos hacer una columna común por el triunfo de la resistencia), como el 1° de Mayo el problema de Ucrania no tiene ningún peso? ¿Por qué ni siquiera aprovechar el acto del FIT-U para polemizar al respecto? ¿Realmente piensan que es más trascendente para la lucha de clases a nivel mundial el problema de si el FIT-U va a las PASO o no, que la guerra de Ucrania y el triunfo o no de la resistencia?
Por supuesto que las elecciones son importantes en la política nacional, por supuesto que como PSTU tenemos postura al respecto de lo que implica ir a las PASO y por qué es un error muy grave. Ahora bien, entender eso como el centro de un día internacional de lucha en un momento donde hay una guerra es, por un lado, darle a lo electoral la centralidad absoluta. Para los revolucionarios no deja de ser una instancia importante pero esencialmente al servicio de la difusión del programa. Por otro lado, es una grave falla poner la política nacional y los acuerdos electorales nacionales por encima de las tareas planteadas por la lucha de clases a nivel internacional. Eso para agrupaciones políticas que pertenecen a corrientes políticas internacionales, es criminal en cuanto a la educación de la vanguardia y la militancia.
Desde el PSTU llamamos a los compañeros y compañeras de IS y el MST a reflexionar y a trabajar juntos en una gran campaña, que atraviese los principales hechos políticos del país alrededor de lo que hoy ordena a nivel mundial: el rechazo a la invasión de Putin, el triunfo de la resistencia obrera y popular y el repudio a cualquier intervención de la OTAN.
¿Y Ucrania?..
La convocatoria política y de lucha del FIT-U para este 1° de Mayo, se realizó bajo las siguientes consignas:
*Impulsamos y apoyamos las luchas obreras, populares, de las mujeres y de la juventud.
*Por la derrota del ajuste y el pacto del gobierno con el FMI apoyado por todos los partidos patronales. Que la crisis la paguen los capitalistas.
*Por un gobierno de las y los trabajadores.
*Viva la lucha de los trabajadores en Francia. Por la huelga general.
*Apoyamos al pueblo peruano contra la dictadura de China.
*Solidaridad con el pueblo palestino agredido por Israel.