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Polémica con el PTS y la izquierda en Jujuy

La conflictividad social en Jujuy tomó una importancia crucial para el conjunto de la vanguardia
obrera y popular. No solo que se mostró el rol de una institución como la Asamblea Constituyente al servicio de los grandes empresarios y del saqueo de los recursos naturales. Sino también el verdadero rol del Estado como una maquinaria contra la clase obrera, los pueblos originarios, los jóvenes y las mujeres.
Una situación como esta, en medio de la fiebre del litio, reveló quién es quién de los partidos patronales y también pone a prueba a la izquierda, particularmente la que tiene mayor presencia en la provincia. Todos recordamos de las elecciones 2021 donde Alejandro Vilca del PTS se convirtió en un fenómeno inédito. Sacar conclusiones sobre este proceso es fundamental no solo por lo que pasó, sino fundamentalmente por lo que vendrá.

Aspectos de un debate sobre la intervención en este tipo de procesos
Para los revolucionarios cada lucha, por más simple que sea debe transformarse en
política. En el sentido de que cuestione el poder del Estado, las ataduras al mismo de las
organizaciones obreras y las ataduras que imponen los cuerpos orgánicos sindicales. Eso
implica desarrollar la pelea por la unidad de los sectores en lucha con coordinaciones
democráticas que fijen ese horizonte claro de confrontación y de lucha por el poder en manos
de la clase obrera y sectores populares.
En un momento de la lucha de clases, como el de Jujuy actualmente, crear esos
organismos que unifiquen y construyan un pliego único de reclamos es una tarea de primer
orden para poder centralizar la pelea y que no se disperse, para lograr una verdadera unidad
en la lucha. Con el objetivo de llevar adelante las tareas necesarias para ganar, es decir tirar al
Gobierno de Morales y la Constitución acordada con el PJ, al servicio de las multinacionales.
En ese sentido la izquierda presente en la pelea tenía desde el primer momento la
tarea fundamental de dar el puntapié inicial para crear esta coordinación aprovechando los
lugares de representación sindical y política. Pero lamentablemente en las primeras semanas
de conflicto si bien se planteaba en declaraciones la necesidad de una gran asamblea
provincial, la preocupación central fue la participación en la Constituyente. Por eso recién se
concretó un primer llamado en pos de realizar esa asamblea provincial a fines de junio, en un
punto más bajo del conflicto y, por la demora, con un alcance más limitado que si se hubiera
llamado en el punto más álgido. En política los tiempos son importantes, y creemos que se
perdió una oportunidad, de la que hay que sacar conclusiones en función de la continuidad de
la pelea planteada.


Ante la represión: ¿Qué postura debemos tener?
Quedó claro ante el pueblo jujeño de qué son capaces las fuerzas represivas del Estado, como
también quedó claro que las movilizaciones por pacíficas que sean, igualmente serán
reprimidas.
Frente a esta realidad los trabajadores tenemos el derecho y la necesidad de defendernos. El
pueblo de Jujuy movilizado tomó en sus manos la defensa espontáneamente, con lo que tenía
a mano. Eso es muy valioso y un gran ejemplo para resistir, pero para derrotar la represión y
lograr nuestras reivindicaciones esa defensa no puede ser librada a la voluntad individual o la espontaneidad del momento. Se debe organizar la autodefensa en asambleas y cortes mediante comités o la forma más adecuada, y hasta la izquierda debería proponer que se incorporen en cada estatuto de sindicatos y movimientos. Lamentablemente nada de esto es política del PTS ni de ninguno de los partidos del FIT-U y se limitan a hacer eje en denunciar la represión, lo cual es correcto, pero de por sí solo insuficiente si se pretende derrotarla. Es necesario enfrentarla política y físicamente, y eso se organiza. Parte de esto mismo, que tiene como objetivo destruir el aparato represivo, es la necesidad de tener una política concreta para dividir la base policial de los oficiales, para lograr lograr que se niegue a reprimir. En Jujuy esto se dio en algunos casos espontáneamente, corrieron los videos con maestras dirigiéndose a policías de base para desmoralizarlos, y tuvieron algunos resultados, como que la policía pensionada marchara con los estatales por el tema salarial. Pero una vez más la política del PTS y el conjunto de la izquierda de solo plantear la disolución del aparato represivo sin tener política para quebrarlo, la desaprovechó.


Una primera conclusión
Sacar conclusiones de este proceso es fundamental porque es educativo para la vanguardia
obrera y popular, tanto en cuanto a la continuidad de la lucha de Jujuy y las que vendrán, como de la campaña electoral que ya empezó. Sin utilizar los amplios espacios en los medios de comunicación para plantear el programa revolucionario (aunque no sume votos) y en este sentido la denuncia al régimen, la necesidad de acción directa independiente y el derecho a defendernos con lo que tenemos a mano de la represión del Estado, y la necesidad de una revolución obrera y socialista, estaremos desperdiciando una gran oportunidad de propaganda a millones de obreros, obreras, jóvenes y sectores populares.