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Lecciones que deja Jujuy

Trabajadoras y trabajadores de nuestro país, no podemos perder la pista de lo que pasa en Jujuy hoy. Cada lucha, cada movilización deja enseñanzas y es muy importante que paremos a sacar las conclusiones necesarias de ésta, en particular.


Juntos y unidos por el saqueo
Lo que sucede hoy en Jujuy es un laboratorio de lo que se viene a nivel nacional. El gobernador Morales se juega a imponer una Constitución a la medida de las multinacionales que vienen a llevarse el litio.
Desde el Gobierno Nacional cuestionan la reforma y la represión. Pero el peronismo local respaldó la reforma con 11 de los 13 convencionales que habían elegido. Es más, Rubén Rivarola, que fue candidato a Gobernador del PJ, no sólo apoyó la reforma sino que cuestionó los cortes de ruta, y hoy es candidato a Senador de Unión por la Patria. Massa, el flamante precandidato a presidente, se refiere a la cordillera como una «torta» y ya estuvo negociando la entrega del litio en China. No hay que olvidar que Mariano Arcioni, Gobernador de Chubut, intentó instalar la megaminería en su provincia y la respuesta fue el levantamiento popular conocido como el Chubutazo.
Aunque polemicen entre ellos, sus diferencias son solamente por repartirse esa «torta» y en el ritmo al cual hacerlo. Pero coinciden en la entrega total de nuestros recursos a las multinacionales.


Los métodos de lucha
Jujuy no solamente es una muestra de lo que preparan los de arriba. Nos muestra también por dónde pasa el camino para enfrentarlos.

Si bien comenzó como una pelea salarial, la coordinación desde abajo se impuso para unificar a docentes y estatales, con la lucha democrática contra la Reforma Constitucional, el enfrentamiento al saqueo de los recursos y la preservación del medio ambiente en los espacios en que habitan los pueblos originarios. Cuando el conflicto superó los límites de una lucha sindical, las medidas se extremaron. Se procedió a realizar cortes en los yacimientos, afectando las ganancias de quienes manejan realmente los hilos. Los mineros bajaron y se sumaron a las movilizaciones. Se unificaron en la lucha estatales, mineros, los pueblos originarios 1 , estudiantes, por un reclamo conjunto. El punto más alto de esto fue el llamado de la huelga general en la provincia, así como un paro docente y estatal nacional. Y la solidaridad de varias organizaciones y gremios de todo el país. Sin embargo, la CGT se negó a convocar un paro nacional en apoyo a jujeñas y jujeños.
La represión se recrudeció, pero no faltó enfrentamiento. Los trabajadores se defendieron con lo que tenían a mano. Enfrentaron a la policía, pero también tuvieron política para quebrar su disciplina. Circulan muchos videos en que manifestantes explican a los policías los problemas que tendrán con la reforma. Sin retroceder un milímetro en enfrentarlos se dan el objetivo de pasar de bando a parte de la base policial. Esto es fundamental para derrotar la represión, lo que requiere algo más que piedras y pirotecnia para lograr enfrentar el armamento que poseen las fuerzas represivas.

Entonces: ¿qué es lo que falta?
Aún con toda esta heroica resistencia la Constitución no cayó. Quizá la conclusión más
importante que debamos sacar de todo este proceso es por qué.
Lo primero que tenemos que señalar es que Jujuy no es una isla. Y como dijimos, es un laboratorio de lo que se viene. Por eso se hace necesario, no solamente que rodeemos de solidaridad a Jujuy. Sino también que repliquemos ese ejemplo en todo el país. A su vez hace falta poner en pie una coordinación por abajo entre todos los sectores en lucha. Las direcciones sindicales están muy por detrás de las necesidades. Hay que formar comités, asambleas, multisectoriales que discutan y definan cómo seguir peleando. Es decir, una centralización provincial de la lucha, para fortalecerla. Junto a eso, que la clase obrera con sus organizaciones y métodos de lucha, no solo participe, sino que dirija el combate. Pero lo más importante es que necesitamos una herramienta política de los trabajadores y el pueblo, que plantee una salida de fondo al saqueo y la miseria. Quizá esta Constituyente caiga. Pero el plan económico del FMI y las multinacionales seguirá. A menos que construyamos una organización política que enfrente a estos buitres y sus títeres, más allá de las elecciones y plantee un plan alternativo, así como un método revolucionario para lograr recuperar nuestros recursos y comenzar a construir una Argentina socialista.
Desde el PSTU estamos al servicio de esa construcción y te invitamos a que te sumes a encararla con nosotros.