Otra vez tenemos que escribir que los trabajadores de BedTime ganamos. Será un round más en la historia de lucha de esta fábrica, no es el último. Este triunfo tiene un sabor especial, ya que se da en un contexto electoral, con muchas promesas y una difícil realidad económica en el país. Tenemos que sacar conclusiones de estas luchas para prepararnos y enfrentar mejor lo que se viene.
Un largo camino de reclamos y luchas
La necesidad de que la clase obrera tenga un salario igual a la canasta familiar indexado con la inflación y una escala móvil de salarios es urgente. Mes a mes hacemos malabares para que nuestro sueldo alcance y no quede tan atrasado en relación a la inflación y las subas de precios, que devalúan nuestra capacidad de afrontar las necesidades de nuestras familias. Y mientras Sergio Massa y Javier Milei nos piden su voto, como si con ello se nos fuera la vida, en la fábrica se sigue luchando para mantener cada fuente de trabajo y obtener un salario acorde a nuestras necesidades, a cambio de todas las horas que dejamos a nuestras familias, trabajando para llenar los bolsillos de nuestros patrones.
Hace meses que en BedTime venimos discutiendo la suba del valor que nos pagan como plus de producción. No es una solución a nuestras necesidades, solo es una ayuda para mejorar nuestros ingresos. Hace bastante tiempo que todos los trabajadores cobramos lo mismo por producción, cuando antes se usaba como prenda de cambio para dividirnos y debilitar nuestras peleas. Actualmente, la cantidad de unidades producidas no solo se mantiene sino que se prevé que suba por la incorporación de nuevos productos y maquinarias adecuadas para realizarlos. Plata hay para tecnología y mejoras acordes a esta producción, pero a nosotros siempre nos piden paciencia. Como todas las patronales, en este último tiempo han seguido ganando fortunas, justamente porque los trabajadores seguimos perdiendo.
Un nuevo ataque patronal
Para echar más leña al fuego al seguir alargando la negociación, hace un mes la empresa decidió que todos los trabajadores debíamos tomarnos las vacaciones en diciembre y para el período de fiestas navideñas, ya que van a cerrar en esos días. Sin poder elegir ni planificar nada con nuestras familias y con la clara intención de estafarnos días de vacaciones, ya que los días de fiesta de por sí ya no los trabajamos. Por eso, con tantas idas y vueltas, y nuestros salarios que siguen bajando, sumamos el reclamo de un bono de fin de año que nos ayude a pagar los gastos de las fiestas familiares.
En el camino de estos reclamos, logramos frenar un despido de un compañero fuera de convenio, al cual logramos reincorporar blanqueado, junto a otros trabajadores, duplicando así de un plumazo su salario. Ganamos categorías para muchos compañeros. Y echamos a la gerenta de RR. HH, Patricia LaTorre, la mano operativa de la patronal que vino a intentar doblegarnos. Quedó bien claro que su salida no fue por decisión propia sino que sus intentos contra los trabajadores no dieron los frutos esperados, y por eso la sacaron.
Un triunfo en medio de otros triunfos, ya que sufríamos el hostigamiento permanente de esta gerencia, así como la persecución política y sindical a la Comisión Interna. Sabemos que van a seguir intentando rompernos, pero tenemos reservas para seguir avanzando.
La única garantía para ganar es la unidad para luchar
Cuando la patronal de la fábrica quiso imponernos estas vacaciones sin tener en cuenta nuestras necesidades, el enojo escaló y doblamos la apuesta para ir por todo. Lo único que pudo alimentar nuestra fuerza fueron las asambleas. De a uno quizás pueden doblegarnos, pero a todos juntos es mucho más difícil. Entre todos nos fuimos convenciendo que podíamos ir y ganar todo. Tuvimos que hacer dos días de paro. Y al final ganamos. Sabemos que los logros económicos siempre son insuficientes, que a pesar que subimos el valor de la producción, ganamos un bono de $60.000.-, y poder discutir cuando y de qué manera gozar de nuestras vacaciones, tampoco alcanza. Por eso, en enero volvemos a discutir. Tenemos por delante organizar la fábrica para enfrentar lo que se viene: gane quien gane, su intención será querer imponernos una Reforma Laboral que va contra nuestros derechos ganados, los convenios y la democracia sindical. El Sindicato Unión Obreros y Empleados Plásticos (UOEP) y el resto de los gremios burocratizados no nos van a defender. Por eso, seguimos sumando fuerzas en nuestras manos, porque la pelea que se viene es grande. Desde acá tenemos que ir a buscar a los compañeros de otras fábricas, al barrio que padece las consecuencias de este modelo económico, a las mujeres que luchan por sus derechos y sus vidas, y organizarnos de conjunto. Divididos pueden derrotarnos, pero a todos juntos nos tienen miedo. Cada triunfo de los trabajadores de BedTime debe estar al servicio de esta tarea.