En la última semana de noviembre ante la falta de pago de la quincena y bajo la incertidumbre de la continuidad de las obras, se comenzó un plan de lucha en las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic de la Provincia de Santa Cruz.
La medida de fuerza fue tomada inicialmente por la UOCRA Calafate (Sindicato de la Construcción) y la Comisión Interna que paralizaron las obras. Se estima que en ambas represas trabajan alrededor de 3000 personas de forma directa e indirecta. También se sumo el gremio UEACARA que nuclea a supervisores, técnicos de maestría, seguridad e higiene de las represas y obradores, que denunció además el régimen laboral excesivo de 21 días por 7 de descanso. La UTE (Unión de Empresas Transitorias – Represas Patagónicas), a cargo de las represas, argumenta que no contaría con los fondos necesarios para pasajes y colectivos porque las obras quedan distantes de los pueblos cercanos.
El conflicto fue duro por las condiciones propias del trabajo y también para impedir el paso de la Policía a las obras, y por eso cortaron los accesos con máquinas, camiones y colectivos. Y mientras tanto, se desarrollaban reuniones en Buenos Aires para destrabar el conflicto y gestiones del Gobernador electo, Claudio Vidal, con las autoridades del Gobierno Chino en su embajada.
Después de una semana de pelea se logró una solución tanto para el cobro de la quincena como para que los compañeros tengan los colectivos de regreso a sus hogares, con el cambio de turno. Se firmó en el Ministerio de Trabajo una continuidad laboral después del 19 de diciembre que incluye el pago de salarios del 80% en enero y febrero, para retornar en marzo las actividades.
La lucha tuvo mucho apoyo de la población y demostró fuerza para defender los puestos laborales.
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