Por una salida alternativa al plan de Milei, por un plan económico de los trabajadores

Vivimos momentos muy convulsos, una realidad que cambia semana a semana. Después de tener más de un millón de personas en las calles enfrentando los recortes a la educación, se aprueba en la Cámara de Diputados la Ley Bases, casi sin pena ni gloria. Una semana después, el paro general de la CGT paraliza el país. La plata no alcanza y en el aire se ve mucha incertidumbre y confusión.

La Ley Bases y la traición de la CGT

La media sanción en diputados representa un salto de calidad en medio de un ajuste muy violento. Un día después la CGT anunciaba en su acto del 1ro de mayo que no iban a entregar ningún derecho. Habría que preguntarles qué estaban haciendo el día anterior mientras se votaba la ley.

Pero nada de esto es al azar. Lo que sucede es que la CGT se está sentando a negociar la reforma laboral con Milei. Los dirigentes sindicales se colocan en contra de una reforma laboral… que no se discuta con ellos. Quieren asegurarse sostener sus privilegios, aún cuando eso se lleve puestas las conquistas laborales de décadas de lucha.

Pero lo que es peor. Hoy el 50% de la clase trabajadora se encuentra en la informalidad. La reforma laboral de la Ley Bases, en ese sentido, es más una legalización de una situación que ya existe ¿Qué derecho defendió la CGT para quienes son hoy la mitad de nuestra clase?

El Paro del 9 y cómo hay que seguir

Por eso, el resultado del paro de tiene mucha importancia. ¿Es posible frenar la ofensiva del gobierno?

Al cierre de esta edición está culminando el paro. Casi la totalidad del transporte público adhirió[1]. Los colectivos que anduvieron, iban vacíos, En esta situación se ven perjudicados muchas trabajadoras y trabajadores precarizados, que son apretados para ir a trabajar (por la patronal, y no por los sindicatos).

Por eso era muy importante garantizar el paro con asambleas y piquetes en las puertas de las empresas y accesos. Lamentablemente son contados los lugares en donde esto se dió.

Pese al boicot y la desconfianza en la burocracia, el paro fue contundente. La industria se paralizó, junto con los puertos y yacimientos, escuelas, trenes, aeropuertos. Los medios hablan de pérdidas de casi medio billón de pesos. El gobierno sufrió un golpe por la medida, que la CGT tuvo que realizar presionada por la situación.

Esto demuestra que la clase obrera tiene la fuerza para derrotar al gobierno, y que si no lo hizo aún es por la traición de los dirigentes.

Para derrotar el plan es fundamental que contestemos en la misma medida de los golpes que recibimos. Por eso tenemos que prepararnos, para cuando voten la ley en el Senado y para las próximas batallas que vengan, hasta que derrotemos a Milei y compañía. No podemos confiar en que los senadores se opongan al proyecto. Nada bueno puede salir de ese Congreso. Necesitamos un plan de lucha hasta vencer.

En diciembre de 2017 aprobaron la reforma previsional. Pero la batalla frente al congreso contra Macri los dejó debilitados para avanzar con su reforma laboral, Hay que retomar urgente ese camino.

Tenemos que pelear por la unidad de todas las luchas incluyendo contra la criminalización de la protesta, los tarifazos, las pésimas condiciones en hospitales y escuelas. Combatir el problema del hambre, falta de medicamentos, vestimenta y útiles escolares, organizando expropiaciones masivas y mecanismos democráticos de entrega de los mismos.

Para eso tenemos que superar a estas direcciones sindicales. Debemos empezar a prepararnos por abajo, utilizando los sindicatos y comisiones internas en la medida que nos sirvan, y apelando a nuevas herramientas si estas son necesarias. Necesitamos plenarios abiertos de delegados y activistas con mandatos de base en cada ciudad, región o provincia.

Necesitamos una Segunda y Definitiva Independencia

Tampoco podemos luchar sin un proyecto. Milei ganó porque ni el peronismo ni ninguna otra variante política, tampoco la izquierda, supieron presentar una alternativa que presente soluciones de fondo. No se trata solo de oponerse y luchar, los trabajadores tenemos que disputar el poder con un plan.

Milei propone su “Pacto de Mayo”, que no es otra cosa que el Consenso de Washington, reeditado. Que los más ricos ganen más y los más pobres tengan cada vez menos.

Los trabajadores necesitamos nuestro propio pacto. Como hicieron Moreno, Belgrano, Castelli, y San Martín, la clase trabajadora necesita encabezar la pelea contra el imperialismo, y conquistar una Segunda y Definitiva Independencia. Como en 1810, unir a todos los pueblos de América Latina contra el enemigo colonizador.

Solamente así frenaremos la reforma laboral, nos haremos dueños de nuestros recursos naturales, y podremos conquistar una vida mejor como la que merecen nuestras familias. Tenemos que construir una dirección que esté a la altura, como lo estuvieron los libertadores de nuestro país. Al servicio de esa tarea está el PSTU.


[1] Menos las líneas pertenecientes al grupo DOTA se encuentran en circulación, amparándose en que debían garantizar un 50% del servicio.