El veto fue confirmado. Una vez más el Congreso salió al auxilio de Milei. Pese a que la ley no amenazaba el “equilibrio fiscal” del Gobierno, era una necesidad de este derrotar la resistencia educativa que está gestando.
Pero el efecto es el contrario, el conflicto se masifica en todo el país. Es momento de sacar algunas lecciones para poder ganar y derrotar este plan de ajuste.
¿A dónde fue el CIN?
Desde abril, los rectores han aparecido como la cabeza del reclamo. Convocaron a la masiva movilización del 23 de abril. Pero posterior a eso, no hicieron nada más. Se montaron en nuestra gigantezca movilización para negociar con Milei. Aplaudieron su “voluntad de diálogo” cuando consiguieron un incremento en los fondos destinados a los gastos de funcionamiento, mientras docentes y no docentes luchaban en soledad.
No nos confundimos. No queremos las auditorías de Milei que solo buscan justificar el recorte de gastos. Pero sabemos muy bien que los rectores y sus gestiones administran sus cajas chicas con la venta de cursos, posgrados pagos, carreras aranceladas. Y todo esto bajo el amparo de la Ley de Educación Superior del menemismo, que ningún gobierno ha derogado, ni siquiera los kirchneristas. Un ejemplo muy claro, mientras se impulsaba la toma de varias facultades y universidades a lo largo del país en la noche previa a la votación en el congreso, la Facultad de Derecho de la UBA realizaba un evento privado de Campari.
El CIN y los rectores no irán a fondo con la defensa de nuestro derecho a la educación, porque lo que ellos defienden es mantener sus negocios en la universidad.
No podemos confiar en ellos. No son nuestros aliados. En cuanto logran negociar, ayudan al Gobierno a desmovilizar.
La muestra de todo esto es la actitud de las autoridades de la UNLaM, al intentar impedir la movilización y toma de las instalaciones de parte del estudiantado, hasta llegando a incentivar la violencia con patotas la noche del miércoles. Aún así, el movimiento estudiantil, y sectores docentes y no docentes, ante la tentativa de aplacar la lucha, se fortalecieron y siguen organizándose para sumarse a la batalla.
Nada conseguimos pidiendo permiso
La Ley Bases fue aprobada en el Congreso recientemente. El veto al aumento a los jubilados y ahora al aumento de presupuesto, por más flojas que fueran, demuestran una vez más que no podemos depositar nuestras expectativas de que el Congreso solucione nuestros problemas. Los votos se venden y compran por cargos, por plata. Las posiciones cambian y nunca a favor nuestro.
Mucho menos podemos esperar al 2025. Puede que en ese entonces el daño hecho ya sea muy difícil de revertir.
Tenemos que recordar que nuestra universidad es hija de la reforma del 18. Una rebelión que no pidió permiso en ningún momento a la hora de pelear, como reza en el propio manifiesto liminar: “Los actos de violencia de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas… (…) La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.”
Al cierre de esta nota, más universidades se siguen sumando mediante tomas estudiantiles en todo el país, ya son más de 40 de norte a sur de Argentina. Y es que es muy importante discutir lo que esto significa. Si bien es un método de radicalización del movimiento estudiantil que presiona en primera instancia a las direcciones universitarias al no permitir el funcionamiento normal de cada día, porque son las y los estudiantes quienes toman el control de las facultades (una especie de doble poder), permite ejercer una presión política muy grande, tanto a estas direcciones para que se coloquen contra el gobierno, como al gobierno mismo, que hoy cada vez se gana más enemigos y descontento popular.
Pero así como se impulsan más tomas en universidades y la posibilidad de que se sumen secundarios (que llamaron a tener asambleas el fin de semana), que necesario que se planteen las asambleas interclaustros, romper con la división entre estudiantes, docentes y no docentes, así como organizar la coordinación entre facultades. La única manera de hacer crecer la lucha, es garantizando masividad del conflicto, ganando a las y los estudiantes a sumarse a la pelea, y como lo hicieron varias facultades y universidades hoy, como la UNLaM es central que se hagan clases públicas, donde se pueda discutir con estudiantes que aún no están convencidos de que es necesario golpear al gobierno y traerse abajo su plan de ajuste.
¡Radicalicemos la pelea! Organización y lucha contra el plan económico de Milei
Como venimos planteando urge que desafiemos la institucionalidad que tibiamente hoy dice defender la educación pública. Y como nos enseñó el Cordobazo, debemos llenar las calles, y no pensando que sólo con la lucha estudiantil, es urgente la unidad con el movimiento obrero, la unidad con el sector docente, estatal, jubilados. Esta unidad se debe ejercer mediante la solidaridad del movimiento estudiantil con las luchas que vienen llevando Hospitales como el Garrahan, o el Laura Bonaparte quien mediante la lucha obtuvo el triunfo y revirtió el cierre, también debemos llamar a acuerpar el paro convocado para el 30 de octubre y sumarnos a los cortes de ruta, actos y movilizaciones; y así como lo hicimos los pasados 23 de abril y 2 de octubre, romper con las conducciones traidoras y pacifistas (como la CGT por ejemplo) que apuestan por la salida parlamentaria a los conflictos.
Debemos ir a buscar a la clase obrera, para gestar una unidad como la del Cordobazo. Tenemos que ir a todas las fábricas a pedir que se sumen a las tomas, que se organicen con nosotros. Ya en las movilizaciones los vemos, apoyándonos, sumándose incluso con sus herramientas de trabajo para garantizar la movilización, como los camioneros en Comodoro. Organizar en conjunto medidas que afecten la producción para tocar las ganancias de los grandes capitalistas, que son los que manejan los hilos de este plan.
No podemos confiar en la cámara de diputados, que no son más que traidores y agentes del gobierno de Milei. Golpear juntos es la única manera de frenar la avanzada de este gobierno que no va a parar hasta vender nuestro país. Debemos multiplicar las asambleas interfacultades, crear organismos de coordinación con los otros sectores para unificar la pelea. El Congreso no resolverá ninguno de estos problemas, debemos ir a buscar a Milei a la Rosada, para derrotar su plan de conjunto.
Como decíamos en la anterior declaración, la ley vetada no resuelve de fondo el problema del financiamiento. Es necesario discutir al servicio de que queremos nuestra universidad pública. Pero derrotar el veto nos pone en mejores condiciones para derrotar el ataque a la educación, que no es solamente un plan de Milei, tiene que ver con los planes de saqueo imperialista en la región. Las potencias mundiales quieren llevarse nuestros recursos naturales, y también quieren llevarse el conocimiento.
Finalmente exigimos la libertad de todos los presos por luchar que el miércoles después de la jornada frente al Congreso fueron apresados nuevamente por la polícia de Jorge Macri y Patricia Bullrich. Desde la juventud del PSTU nos ponemos a disposición para pelear por su liberación, llamamos a todos los sectores a solidarizarse con las y los estudiantes y trabajadores que luchan. Luchar no es delito.