Mientras impulsamos el combate electoral contra Milei y el peronismo: APOYO A TODAS LAS LUCHAS OBRERAS

Las elecciones concentran la atención de la prensa. Y también del conjunto de la izquierda. Es importante responder al proceso electoral con una opción de independencia de los trabajadores. Pero mucho más importante es dar apoyo a todas las luchas obreras, las dirija quien las dirija.

La abstención es el dato clave de estas elecciones. Es posible que se repita en Buenos Aires. Un sector que votó a Milei ya le da la espalda. Pero no va al peronismo. Comprenden el desastre actual, pero recuerdan el desastre del Gobierno anterior. Ese sector no defiende a Cristina, y tomó nota de su rendición ante la Justicia que la condenó.

Pero la abstención en sí misma no es progresiva, en la medida en que no expresa un giro a la izquierda de la situación política -como lo fue el voto en blanco, unido al crecimiento de la izquierda, en las vísperas del estallido del 2001-.

Es más bien un “impasse”, un momento de transición cuyo contenido dependerá de la evolución de las luchas, de la posibilidad de articular un movimiento de masas que pase a la ofensiva y enfrente unido al Gobierno, las patronales y el ataque imperialista.

Enfrentar con el voto a Milei y al peronismo, con un programa revolucionario

Participaremos en estas elecciones, apoyando al FITU. Es la alternativa a las listas del peronismo, llenas de patrones, burócratas sindicales y “trepadores” políticos corruptos.

El FITU no representa el programa ni la estrategia del PSTU, que consiste en impulsar a la clase obrera y el pueblo pobre a descreer y rechazar esta democracia para ricos, y luchar por un gobierno de los trabajadores, basado en sus propias instituciones de democracia directa y permanente. Para cambiar las bases económicas y sociales del país, enfrentando la entrega -en este número denunciamos dos estafas: la privatización del agua y de la Hidrovía-, expropiando a todos los grandes capitalistas, dejando de pagar la deuda pública e iniciando el camino hacia una Argentina Socialista, en la perspectiva de una América Latina unificada y socialista.

Sin embargo, diferenciamos las candidaturas del FITU del resto de las opciones patronales. Lamentablemente, no se ha logrado unir todas las variantes de izquierda. En ese marco, el FITU es la alternativa más fuerte para pelear para enfrentar a Milei sin volver a caer en la trampa del peronismo.

Junto a eso, utilizaremos la campaña electoral para difundir y apoyar todas las luchas obreras. Las “conocidas”, que el FITU apoya y propagandiza, como las del Garrahan, jubilados, etc. Y las “silenciadas”, las que la prensa no nombra, y la mayoría de la izquierda ignora.

Apoyar las luchas, sin excepción

La pelea de los marítimos y  pescadores es un caso emblemático (ver página …). Enfrentan una extorsión de las multinacionales que, reunidas en Barcelona, resolvieron imponer una rebaja salarial del 30%, y la liquidación de las conquistas laborales. Aprovechan las leyes entreguistas de Milei, impulsadas por el FMI y aceptadas por el peronismo, que le regala nuestra riqueza pesquera y todos los recursos naturales.

Desarrollan un lockout para quebrar la resistencia obrera, amenazan con 1.300 despidos, han chantajeado a los trabajadores en alta mar, exigiéndoles firmen el retroceso. No lo han logrado: los compañeros se mantienen firmes junto a sus familias en defensa de sus conquistas y su dignidad. Enfrentan el ataque, reclamando de sus dirigentes medidas más contundentes, y más democracia y asambleas para resistir.

Es caso testigo. Si gana la patronal, la rebaja salarial directa será imitada por el resto del empresariado.

Los metalúrgicos, por su parte, están luchando por su Convenio. Los sindicalistas corruptos aceptaron un aumento a la baja, miserable. Pero las empresas no quieren pagar ni eso, con la complicidad del Ministerio de  Trabajo. Después de meses de inacción, esta semana la UOM realizó una  movilización de delegados. Es imprescindible discutir por fábrica un plan de lucha nacional.

Hay que dejar de lado la rutina de negociaciones salariales atomizadas, reglamentadas por las leyes y el Ministerio. Son prácticas que nos llevan de retroceso en retroceso. Y ahora son directamente suicidas. Es preciso asumir la acción directa, el reclamo de un salario mínimo igual a la canasta familiar para toda la clase trabajadora.

El activismo obrero debe apoyar todas las luchas. Seguir la solidaridad con el Garrahan y demás que son de simpatía pública. Y también con estas otras, que afectan al corazón productivo del país, a la clase obrera industrial. Ganar en cada lugar de trabajo a las bases para el conocimiento y apoyo de estas luchas.

Lamentablemente, el conjunto de la izquierda está ausente en estas últimas, tal vez porque las dirige la burocracia sindical. Desde la izquierda solo nuestro partido se ha sumado a ellas. Pero en ellas se juega el futuro de nuestra clase y de la Argentina. Hay que renunciar al sectarismo, y asumir como propia cada lucha obrera.