El pasado martes se dio a conocer la renuncia del Vicerrector de la UBA, Darío Richarte. Luego de su pedido de licencia, el lunes 17 presentó la carta de renuncia en la que explica que “En el actual estado de cosas y en los tiempos que corren, creo que no es bueno para la Universidad que su repercusión pública esté relacionada con una discusión acerca de las características personales de una o varias personas”.
¿Quién es Richarte?
El tema es que Richarte tiene “características personales” bastante particulares. Será que se refiere a que fue parte del aparato de espionaje? O a su vinculación con la corrupción kirchnerista? Veamos: desde el ‘99 estuvo como segundo a cargo en la ex SIDE, y en 2001 fue responsable de las más de 30 muertes por causa de la represión. Al frente de la UBA teníamos al “señor ocho”, como se lo conocía en la jerga del espionaje, parte de los que reprimieron estudiantes y trabajadores cuando salieron a la calle en esos años.
Este personaje nefasto, en los últimos años se refugió en su Estudio Jurídico de la calle Paraguay, atendiendo casos ligados estrechamente al Gobierno kirchnerista. Entre sus clientes más conocidos se encuentra nada menos que Boudou, actual vicepresidente de la Nación; su amigo el empresario José María Núñez Carmona implicado en casos de lavado de dinero; el ex Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina (que además es docente de Ciencias Políticas de la UBA); el ex secretario de Energía, Daniel Cameron; Matías Garfunkel y Sergio Szpolski, dueños de una cadena de medios oficialistas, entre otros.
Una espina en un año electoral
El curriculum turbio del “señor ocho” fue causa suficiente para que la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) repudiara su elección como vicerrector en 2014. A partir del voto del Consejo Superior se comenzó una campaña conjunta con partidos políticos, los centros de estudiantes dirigidos por la izquierda, organizaciones sociales, etc., pidiendo la renuncia de Richarte. Sin embargo, la falta de convocatoria y la ausencia de un llamado claro para movilizar por esta causa dejaron por fuera al movimiento estudiantil. Que en su mayoría desconocía y aún desconoce la suerte que corren los directivos de la UBA, y menos todavía, la situación del ex vicerrector. Si bien hubieron pronunciaciones correctas en los consejos directivos de las facultades de Filosofía y Letras y en Sociales, los estudiantes que estamos todos los días en las aulas, quedamos por fuera de este tema.
La crisis política que se abrió con la muerte de Nisman, colocó la discusión sobre la SIDE y todo lo respectivo a los servicios de inteligencia sobre la mesa. El kirchnerismo quedó doblegado, cuando se sumó este factor a la recesión económica y al año electoral que tiene aún sin resolver. Así es que el pedido de licencia de Richarte, ocurrió luego de esto. Y cuando vio que esto aún daba de que hablar en los medios y en la FUBA, recurrió a presentar su renuncia. Sin embargo, volverá a su cargo en la facultad de derecho, donde está resguardado por la camarilla que dirige esta facultad que recauda millones de pesos con su caja de recursos propios, que son los posgrados pagos.
Los compañeros del PTS y el PO, parte de la FUBA y de los consejos directivos de varias facultades, hablan del gran triunfo del movimiento estudiantil por esta renuncia, adjudicada a la federación y al gremio de docentes universitarios AGD. Es sin dudas un triunfo importante, sin embargo, el régimen que colocó a Richarte en ese puesto con el 70% de los votos, se mantiene intacto. Los estudiantes seguimos sin tener una representación democrática en los órganos de cogobierno de la Universidad, en donde 2000 docentes defi nen a los funcionarios. Mantienen a los más de 10000 docentes “ad-honorem”, mientras los funcionarios tienen sueldos de miles. Y sobre todo, el presupuesto y las condiciones de cursada de la Universidad están cada vez más signados por el recorte y el ajuste, expulsando a miles de compañeros año a año bajo el rótulo de “deserción”.
¡Organizarnos democráticamente para luchar!
Para lograr estas y todas las reivindicaciones que tenemos como movimiento estudiantil, es necesario que las federaciones y los centros de estudiantes se coloquen al servicio del conjunto de los estudiantes y a la cabeza de la lucha.
No alcanza con hacer correctos pronunciamientos y presentar proyectos en los consejos. Necesitamos arrancar las conquistas que el Gobierno y la oposición nos están negando mediante las herramientas que utilizamos históricamente. La federación y los centros tienen que estar al servicio de que todos los estudiantes sean parte de esta lucha. Necesitamos organizar las bases con delegados por cursos, asambleas por turno, petitorios y asambleas para enfrentar el ajuste a nuestra educación. Debemos movilizarnos junto a los trabajadores para colocar nuestros pedidos en la agenda. Por eso, el paro del 31 es un punto para volver a retomar la movilización que tenemos que construir los trabajadores, estudiantes y sectores populares, contra el ajuste, el saqueo y la represión del Gobierno y la oposición.
Por eso, desde El Viraje!, nos ponemos al servicio de esa tarea en cada facultad o secundario donde estamos. O vamos con todos los estudiantes, como movimiento estudiantil de conjunto, a demandar lo que es nuestro, o el ajuste que sufrimos hoy, se seguirá profundizando mañana.