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Paro y plan de lucha votado en la base para recuperar nuestros salarios

Paro y plan de lucha votado en la base por un 40% de aumento para recuperar nuestro salarios y defender nuestros puestos de trabajo

Caló y compañía plantean en paritarias un  32% de aumento en dos cuotas: abril y julio; y una suma fija no remunerativa hacia fin de año. Otra variante, alentada por el Ministerio de Trabajo en varias negociaciones, sería una suma fija no remunerativa por mes hasta junio y luego incorporarla al básico en cuotas. El gobierno busca así frenar los reclamos de un 40% de aumento, como UTA o Alimentación. Con la excusa de que a mediados de año haría alguna modificación en el impuesto a las Ganancias. Pactar en cuotas y sumas no remunerativas sería aceptar, en realidad, un aumento menor al 32% que, según Caló, sería lo que perdimos por inflación. Se aproximaría al techo que intenta el gobierno: un 25%, comparando la masa salarial anual de este año con el anterior. Aún así las cámaras patronales como ADIMRA pretenden una cuota del 10 ó 12% en abril y otra similar en setiembre. Una burla que se inscribe además en el techo del 20% que señaló Héctor Mendez, presidente de la UIA, argumentando que “la mano de obra argentina es la más cara de la región, por lo cual nos saca de competitividad y nos complica para exportar”.
Nueva audiencia habrá el 21 de abril. Caló amenaza con un paro de 24 ó 36 horas “netamente gremial, por la defensa del salario”, si las patronales no ceden.

No sólo nos bajan los salarios

Tenaris Siderca Campana del grupo Techint, de Paolo Rocca, suspende 3.000 metalúrgicos hasta 24 días por mes durante 3 meses, extensivos por otro trimestre, pagando una suma no remunerativa equivalente al 85% del salario neto (de bolsillo), como en Tenaris Siat de Valentín Alsina. Hubo ya 400 despidos y sigue abierto el plan de retiros voluntarios (despidos encubiertos). Argumentan que producen al 30% de su capacidad. Pero empresas de Techint como Siderar y Tenaris aumentaron sus beneficios acumulados entre 2013 y 2014 al tercer trimestre de cada año un 115% y 47% respectivamente. Siderar informó un aumento del 55% de su utilidad neta entre ambos años. Ni hablar de los años anteriores. Y sin contar las ganancias no declaradas que fugan vía Luxemburgo, un “paraíso fiscal”, tal como denunció el propio gobierno vía AFIP. Sin embargo, integrando el directorio de estas empresas, aplica el ajuste contra sus trabajadores. Con el aval de los directivos de la UOM, cuando la patronal ni siquiera cumplió el requisito de presentar un “procedimiento preventivo de crisis” pues… ¿quién le creería? Se deberían repartir las horas de trabajo entre todos sin ninguna reducción salarial, medida que se puede aplicar con ese platal que acumuló Techint explotándolos. Rocca está asentando así un precedente: volver al trabajo “a destajo”, por unidades producidas según las ventas, suspendiendo cuando le convenga sin mostrar sus cuentas reales.

Nuestra propuesta

Rechacemos este chantaje de darnos a “elegir” entre puestos de trabajo o salarios dignos. Pretenden que aceptemos en paritarias salarios a la baja, con “aumentos” menores a la inflación real. Al estilo del SMATA que incluso firma una reducción nominal del 15% de los básicos y otras condiciones laborales para que Nissan invierta en Córdoba.
Sigamos enfrentando el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, como en el paro del 31 de marzo: que se hagan cargo las patronales, hasta tanto logremos eliminarlo. Pero no puede ser excusa para postergar aumentos en los básicos de convenio, firmando sumas no remunerativas, como en bancarios, petroleros, ferroviarios, etc. Tal como quiere el Gobierno.
Reclamemos un aumento del 40% sin cuotas, de una vez. Pues necesitamos recuperar nuestra pérdida salarial por la inflación pasada. Y ante la incertidumbre de la inflación futura, que el acuerdo sea por 6 meses, no por un año o más.
No puede ser que una cúpula de directivos decida por todos los metalúrgicos, como intentan hacer en el Congreso Nacional de Delegados en Mar del Plata, “elegidos” en Congresos seccionales -donde los hubo- sin mandatos de asambleas de base. Lo que negocien Caló y compañía, o cualquier decisión sobre parar 24 ó 36 horas y todo plan de lucha, debe refrendarse en Congresos democráticos. Las bases metalúrgicas deben votar por cuánto se sale a pelear y de qué manera.
Como secretario general de una de las CGTs, Caló debería convocar a un paro general para unificar los reclamos salariales de las distintas paritarias en una bandera común: por un 40% de aumento en los básicos de convenio; basta del impuesto “al salario”.