Terrorismo de estado que se impuso en Argentina en la década del ’70, fue que a costa de la sangre de miles de luchadores se impuso un proyecto económico dispuesto por el imperialismo que nos disparó los valores de la deuda externa a cantidades impagables. La política de absorber la deuda de los empresarios como deuda pública la comenzaron los militares y fue continuada por los gobiernos democráticos que los sucedieron.
Este mecanismo de sojuzgamiento que utiliza el imperialismo, nos mantiene hace años pagando una deuda que no nos corresponde y que crece día a día, más pagamos, más debemos.
A pesar de los discursos de Cristina contra los buitres, ella misma se ha definido como “pagadora serial”, el kirchnerismo, según datos oficiales, ya pagó más de 190.000 millones de dólares en deuda externa. Lamentablemente para el pueblo, el resultado de esa política de entrega es la misma de siempre: baja de los salarios, despidos, suspensiones, cerca de un tercio de la población bajo la línea de pobreza.
Los candidatos patronales como Scioli, Macri y Massa tienen matices de cómo deberíamos pagar, pero están todos a favor de seguir pagando y de perpetuar esta perversa usura de la que el pueblo es rehén.
Debemos detener esta estafa, la deuda del gobierno es con el pueblo, por eso creemos que es necesario dejar de pagar ya mismo a los buitres, y organismos internacionales de crédito. Ni un peso para la deuda externa, que esa plata se destine para garantizar salud, educación, viviendas, jubilación digna, y demás reivindicaciones.