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Elecciones municipales de la ciudad de Córdoba

El pasado 13 de septiembre, se votó intendente, Consejo Deliberante, y Tribunal de Cuentas. Tras cuatro años de gobierno radical, y en el medio de una reñida campaña con denuncias de un lado y del otro, y con dos o tres candidatos que gastaron cifras millonarias, los cordobeses pagamos el boleto más caro del país, y sufrimos las consecuencias de los despidos y suspensiones.  

Ganó nuevamente Mestre con el apoyo nacional de Macri

Es importante remarcar el bajo porcentaje con el que gana el radical Mestre, que es de un 32,25% y en 2011 había conseguido un 35.7%. Muchos se preguntan por qué ganó nuevamente ya que hizo una muy mala gestión: privatizó el servicio de recolección de residuos, y a la empresa de transporte, en infraestructura la ciudad es un desastre, sobre todo en los barrios… pero detrás de Mestre están un conjunto de partidos patronales: por un lado el PRO, que postulaba como vice intendente a Lábaque, y que colaboró con millones, y a esto hay que sumarle la manito que le dan los medios oficialistas, y De la Sota.

Mendez y sus fondos inexplicables

Tomás Méndez, famoso periodista de investigación, se presentó por primera vez a las elecciones obteniendo el segundo lugar. Muchos planteaban que esto era sorprendente, sin embargo la explicación radica en las grandes sumas que manejó provenientes del kirchnerismo, del delatotismo, de las coimas que cobraba a cambio de no publicar cámaras ocultas, etc.. Dicho por boca del candidato por el Frente para la Victoria, Giacomino, que quedó séptimo en las elecciones “tuvimos un caballo de Troya dentro de nuestra alianza” dando a entender que el Movimiento ADN (Méndez) recibió aportes de la nación.

Muy buena elección del FIT

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores llevó como candidato a Intendente a Javier Musso (PTS), acompañado por Cintia Frencia (PO) y a Daniel Baez (IS), con la posibilidad de meter uno en el Consejo Deliberante, hecho que aportaría muchísimo porque allí se votan todas las leyes de ajuste. Sin embargo el FIT, a pesar de quedar quinto, por encima del MST, y del FPV, no llegó con los votos, obtuvo 23.321, pero duplicó lo del 2011.

Las masas ya no toleran a los políticos “panqueques”

Luis Juez y Daniel Giacomino fueron duramente castigados: el primero hizo su peor elección, en el marco de que se presentó como precandidato a Senador por el frente Cambiemos y luego se presentó a intendente junto a Olga Ruitort y contra Mestre. Juez llegó a ganar la elección provincial pero no pudo asumir por el fraude de UPC, y en 2003 obtuvo el 56.14% que le posibilitó llegar a la intendencia, pero en este caso cosechó un mísero 15.81%.
Como mencionamos más arriba, Giacomino, que pasó de ser Juecista y llegar a la intendencia con el 42.5%, en este caso se quedó con un mísero 2.38% de los votos de la mano del kirchnerismo. Lo que sin dudas representa el fin de su carrera política.
Las masas que en 2001 sacaron a un presidente al grito de que se vayan todos, y tras el tucumanazo que aún se siente presente, no se bancan cualquier cosa, menos aún a los que un día son de un partido y al otro se pasan al que más dinero les da. Tampoco confían ciegamente en Mestre, por ello éste obtiene el porcentaje más bajo desde la vuelta de la democracia. Por ejemplo, su padre en 1983 ganó la ciudad con un 54.9%.

Fraude electoral

Una de las cosas que dejó muy en claro esta elección, es que la boleta única no garantiza transparencia: se podía votar sólo en tres tramos, y en el mismo casillero estaba la categoría de Intendente y Concejo. Es decir, no se podía “cortar boleta” para votar dos opciones partidarias diferentes en el Ejecutivo y el legislativo de la ciudad, lo cual le garantizaba, por el fenómeno del voto útil, mayor caudal para los partidos patronales. Justamente esto es lo que perjudicó al FIT.
Esto demuestra también el carácter antidemocrático de la elección, y la inutilidad de la boleta única. El único camino es la movilización permanente de los trabajadores para luchar contra los que nos gobernaron siempre.