En 2013 los trabajadores de la educación de esta provincia ganamos un conflicto de 70 días con paros y cortes de ruta junto con los petroleros. Por la presión de esa gran lucha fuimos el primer gremio que conquistó la licencia por violencia de género en las paritarias de 2014.
Pero entre julio y agosto de este año tuvimos que salir a parar de nuevo por el salario insuficiente y por un 16% por zona, obtenido en 2013 y que el gobierno K de Bussi nos adeudaba desde entonces.
Reclamamos además por el cese de la precariedad laboral, la anulación del altísimo “impuesto a las ganancias”, el rechazo a la reforma educativa – que retrasa la alfabetización de los niños y los priva de gabinetes psicopedagógicos – y los edificios escolares: falta de gas, agua, luz, ventanas rotas, etc. ¡El Gobierno castiga a los trabajadores mientras subsidia el barril de petróleo a las multinacionales que contaminan, roban nuestras riquezas y se llevan la vida de muchos compañeros en accidentes, por culpa de la negligencia patronal!
La dirección provincial Verde de ATECH (Celeste Nacional) traicionó el esfuerzo de 30 días de asambleas y huelgas; acordó el pago de un 5% de aumento en diciembre y un 10% restante para el primer trimestre del 2016.
Por el desgaste y las amenazas de descuento decidimos volver a las aulas.
Fue otra confirmación de que para conquistar condiciones laborales dignas y una educación estatal, gratuita, científica y laica, debemos seguir la pelea por nuestros derechos y por una nueva conducción democrática y combativa.
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