En los doce años de kirchnerismo tampoco la situación de la educación pública ha mejorado: a pesar de que el actual gobierno dice ser el que más ha invertido en educación con sólo mirar la situación edilicia de la mayoria de las escuelas del pais, se ve que la educación no ha sido prioridad. La reforma educativa que ya se implementó en algunos lugares como Buenos Aires, o se está implementando como en Ciudad de Buenos Aires y Neuquén, tiene en todos los niveles, el objetivo de poner a la educación al servicio del mercado, además de incentivar el “negocio de la educación”. Así asistimos a un verdadero saqueo del conocimiento por parte del imperialismo, similar al saqueo de nuestros recursos naturales.
En 2006 se declaró obligatoria la secundaria, pero el 50% de los jóvenes no la terminan, pues aunque figure en la ley, el estado no garantiza realmente el acceso a la educación.
Para aumentar la cantidad de egresados del secundario el gobierno nacional y los gobiernos provinciales dan cada vez más impulso al plan FINES: este plan consiste en que con algunos encuentros con un profesor el alumno se prepare para un examen que tomará el mismo profesor y así rinda la materia. Tiene por objetivo la desaparición de las secundarias de adultos, que son un “gasto” pára el estado, y, lejos de solucionar el problema, lo que hace es institucionalizar una educación de cuarta para los más pobres que no pudieron seguir el secundario.
Esto se ve también en la Educación Superior que se sigue rigiendo por la Ley de Educación Superior que implementó Menem. A partir de allí aparecieron 16 nuevas universidades “Hijas de la LES”, cuyos planes de estudio pretenden responder a las necesidades productivas del país (es decir de los empresarios) y 23 universidades privadas ya que se les quitó las restricciones. El presupuesto escasea y cada vez más se financian con “recursos propios” que no son más que negocios que hacen las universidades con empresas, vendiendo sus producciones, alquilando espacios o cobrando los posgrados y cursos, para obtener dinero.
Las consecuencias para los estudiantes son la falta de oferta horaria que hace sumamente dificultoso estudiar para quienes trabajan, la ausencia de comedores estudiantiles y alojamientos para quienes viven lejos, las becas inconseguibles, los cursos abarrotados, entre tantos otras dificultades que hacen que muy pocos terminen la carrera de obstáculos que es actualmente la educación superior.
Scioli, Massa y Macri acuerdan en seguir profundizando este plan educativo al servicio de los empresarios, en contra de la educación de los trabajadores y el pueblo.
Desde el PSTU en el FIT planteamos lo contrario: Defendemos la educación pública, laica, gratuita y de calidad científica al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo. Proponemos un presupuesto educativo acorde a las necesidades, basta de subsidios a la educación privada: construcción de escuelas, becas para todos los niveles, comedores en escuelas y universidades, centros de copiado estatales, boleto educativo gratuito en todo el país, ampliación de la oferta horaria en todas las universidades, aumento de los salarios docentes para que puedan vivir con un cargo, salario y estabilidad para todos los docentes de las universidades. Ningún arancelamiento en la educación pública. No a la reforma educativa del Banco Mundial: Fuera la LES, la NESC y todas las leyes privatistas.
Además defendemos la organización independiente de los estudiantes: proponemos Centros de Estudiantes independientes de los directivos, las gestiones y el gobierno, que no sean centros de servicio o de ayuda a la cooperadora, sino herramientas de organización y lucha de los estudiantes.