Apareció Mía. Nueva huérfana producto de un femicidio. Habló Alika. Y denunció a todos los que la sometieron durante años a la esclavitud sexual. Detuvieron al asesino de Noemí Maliqueo, y exigimos justicia, pero ella ya no está. Detuvieron a los asesinos de Diana Sacayán, y exigimos justicia, pero ella ya no está. Y entonces nosotras decimos el Estado es responsable, y junto con él todas las instituciones que forman parte del sistema capitalista.
Tal vez cuando decimos el Estado es responsable, vos no entiendas de qué estamos hablando. Pero esa consigna contiene todo el dolor, la humillación, el desgaste, al que nos somete este sistema a las mujeres.
Cuando salís apurada de la fábrica, después de trabajar más de diez horas, para llegar rápido a tu casa a limpiar, a cocinar, a hacer las tareas con tus hijos porque te enseñaron que todos eso es sólo tu responsabilidad. Cuando salís corriendo después de horas de estudio para atravesar toda la ciudad para buscar a tu nena en la casa de un amigo o familiar que te hace la “gauchada” porque no existen las guarderías estatales necesarias. Cuando después de horas frente a la caja registradora del súper, viendo como pasa frente a tus ojos todo eso que no podés tener porque no te alcanza la plata, te subís al tren enlatada como sardina y te manosean, te aprietan porque el Estado no garantiza condiciones de seguridad ni de calidad para transportarte.
Cuando pasa todo eso, decimos el Estado y todas las instituciones que lo componen son responsables. Y no por omisión. Por acción directa. Los gobiernos, la Justicia, la Iglesia, la policía, son todos eslabones del sistema que permiten, avalan y garantizan la opresión de las mujeres porque es la forma de sobreexplotarlas laboralmente.
Y para eso necesitan instalar todos los días la ideología machista, a través de la tele, la radio, las revistas, la escuela, la misa, el discurso del Papa, de Cristina, de Mauricio. Todos ellos diciéndote que vas a estar bien. Que a vos no te va a pasar. Y que si te pasa te la tenés que aguantar. Que la violencia machista por la cual mueren miles de mujeres en todo el mundo, por la cual miles de niños quedan huérfanos producto de los femicidios y son revinculados con los asesinos de sus madres, que todo eso es un flagelo, como si fuera un virus, y no hubiera nada que hacer.
¿No hay nada qué hacer? ¿Lo podés cambiar vos sola? No, vos sola no. Pero vos sí lo podés cambiar, junto con otras compañeras, peleando con toda la clase trabajadora, organizándote en el PSTU.
Porque te necesitamos de este lado, del lado de los que no nos vamos a callar, del lado de los que protestamos en paros y marchas, del lado de los que nos movilizamos el 3 de Junio y el 25 de Noviembre.
Porque cuando decimos Ni una menos, hablamos en serio. No nos van a llevar a ninguna más, sin que lo denunciemos y los persigamos y cada vez que lo hagan vamos a luchar para arrancarles a pedazos la justicia que no nos quieren dar.