En el año 1978 se había iniciado un proceso de luchas y popular contra la dictadura. En el ámbito de los derechos humanos cobraban fuerza las Madres.
En la cultura había mucho fermento en la juventud estudiantil, en particular de los miles de jóvenes que se habían inscripto en escuelas de teatro, danza, música, talleres de plástica y también nuevos elencos y artistas jóvenes como la escuela de mimo de Alberto Saba y el elenco de Ángel Elizondo. Se comenzó a gestar un movimiento contra la censura, que se extendió mucho en un movimiento que se hizo contra la prohibición de la obra “La leyenda del Cacuy” de Elizondo, con un paro de 40 elencos teatrales. El PC, tradicionalmente la fuerza dominante en la cultura de “izquierda”, estaba muy limitado por su apoyo a la dictadura.
Partiendo de contactos en sectores literarios y de plástica. El PST impulsó un movimiento llamado “El Encuentro de las Artes”, que tenía como centro la lucha contra a censura, al que se sumaron numerosos dramaturgos, actores, bailarinas, mimos, plásticos, músicos, etc. Cuando avanzó la lucha contra Somoza en Nicaragua en 1979 y se lanzó la brigada, nosotros recurrimos a todos los contactos que teníamos en el sector para dar apoyo a la brigada. Había mucho entusiasmo e hicimos encuentros clandestinos con mucha gente para proponerles apoyar y participar. También se hicieron colectas.
En la lista de voluntarios que se abrió en el partido fueron muchos los que se anotaron, y aunque pudieron ir sólo algunos, era una muestra del espíritu combativo y entusiasmo de los militantes del PST.