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Macri quiere que seamos chicas objeto

La reapertura de Tecnópolis bajo el gobierno de Mauricio Macri es una novedad. Uno de los símbolos de la gestión K, donde se invirtieron millones (inclusive parte del presupuesto educativo que no va a las escuelas y universidades), reabrió sus puertas en las vacaciones de invierno para formar parte de los circuitos más visitados. Este polémico predio, forma parte de la política de pan y circo que tanto el kirchnerismo como el macrismo han utilizado. De hecho, la feria tecnológica se encuentra cercana a una de las villas más grandes del conurbano bonaerense, conocida como Villa La Rana. Para el gobierno es plata para divertir, y no plata para vivienda digna.

El estilo PRO

El macrismo orientó esta vez, gran parte de los stands al fenómeno de las redes sociales. En el último tiempo hubo un salto en la utilización de estos nuevos medios de comunicación, y el gobierno no está fuera de ello. Twitter, Facebook, Youtube, Snapchat y un sinfín de apps son utilizadas por muchas personas hoy en día, fundamentalmente los jóvenes. Es así que el PRO nos trae un stand, que a nosotros, nos generó inquietud. Uno de los lugares inaugurados este año, se llama Club de Estilos, donde son invitados de lujo diferentes celebridades de las redes sociales, instagramers, youtubers, fenómenos de este nuevo tiempo.
La nueva gestión de Hernán Lombardi a cargo del Sistema Nacional de Medios Públicos, intenta “acercar la cultura a la gente”, obviamente que aporta únicamente la visión del mismo Gobierno. Recordemos que este mismo personaje fue ministro de turismo bajo el gobierno de De La Rúa, como tantos otros ministros y ceos que ocupan cargos en el gobierno actual. En esta apuesta del Gobierno, se destaca el Club de Estilo donde nos propone “vivir la experiencia de una It Girl, mostrando cómo las mujeres son protagonistas en las redes sociales a través de la belleza, la vida saludable, el humor, la música y los libros”.

Chica Objeto y redes sociales

Te preguntarás que es una “It Girl”. Se trata de las chicas que tienen “eso”, las que imponen estereotipos de moda sobre las pasarelas, en las publicidades, la TV, las redes sociales, símbolos de cómo debemos ser las mujeres hoy, qué debemos ponernos, a qué lugares tenemos que salir, de qué trabajar, entre otras cosas. Ninguna sorpresa, viniendo de un presidente que dice que a las mujeres nos gusta que nos piropeen.
Por otro lado, es real que el uso de las redes sociales ha pegado un salto en el último tiempo, de hecho el Ni una Menos, las teteadas masivas en todo el país, fueron fomentadas por Facebook y Twitter. Pero también han aumentado los casos en los que adultos con perfiles de adolescentes los utilizan para secuestrar jóvenes, violarlas y hasta asesinarlas como sucedió con Micaela Ortega de 12 años en Bahía Blanca el abril pasado. La propagación de estereotipos machistas como las It Girls no protege a las Micaelas ni las ayuda a defenderse de estas situaciones. Inclusive, estos estereotipos son muy lejanos para la mayoría, no nos podemos preocupar por qué ponernos, sino con qué, adónde salir, si primero hay que pagar los impuestos con sumas irrisorias. Primero tenemos que poder conseguir un trabajo, acceder a educación y salud dignas, mientras nos imponen que tenemos que estar divinas, y después nos matan por usar minifalda. Evidentemente, ser una It Girl, es para unas pocas, que provienen de la misma clase que el presidente, su esposa y su hija.

Las prioridades PRO

El agravante, es que, en este nuevo plan, el gobierno invierte millones para fomentar los estereotipos femeninos, lejanos para la mayoría de nosotras y mucho más para las mujeres que son víctimas de violencia, para niñas que no tienen acceso a una educación digna y caen en la prostitución y en las redes de trata. Esos millones deberían invertirse en educación sexual en las escuelas, en un presupuesto digno para luchar contra la violencia hacia la mujer, en casas de refugio, en hospitales públicos con presupuesto suficiente para atendernos a todas, o en paliar el tarifazo que nos hacen recaer sobre nuestras espaldas.
Es necesario redoblar nuestra lucha en nuestros lugares de trabajo y de estudio para hacer caer estos estereotipos que nos quieren imponer y comenzar a resolver nuestras necesidades reales. Las mujeres no somos objetos, somos sujetos que piensan, sienten y actúan. Mostrémoslo con nuestra lucha