Así fue el acto por los 22 años del PSTU

Una celebración emocionante del principio al fin. El acto que conmemoró los 22 años del PSTU este día 30 de julio reunió a 1.800 personas de varias partes del país y los rostros que llenaron el gimnasio del Tenis Club en la capital paulista no dejaban dudas: aquel era un acto obrero, negro, femenino y LGBT. Un acto que reunió a obreros de la construcción civil, metalúrgicos, profesores, estudiantes, activistas como los del movimiento SOS Empleo de Rio de Janeiro, habitantes de ocupaciones como Jardim União de San Pablo, William Rosa de Contagem (Minas Gerais) y Capão das Antas de San Carlos (SP).

Encuentros y reencuentros

Temprano por la tarde, antes mismo del inicio del acto, la emoción ya preanunciaba lo que vendría. Delegaciones de varias partes del país, algunas después de días de viaje, llegaban con mucha animación, empuñando la bandera del PSTU y cantando consignas. Abrazos calurosos sellaban el reencuentro de camaradas de regiones de punta a punta del Brasil.
Los militantes y activistas fueron recibidos con un bloque cultural que comenzó con la presentación del grupo Convicção Negra [Convicción Negra]. Hubo además una declamación de Brecht por el CAS (Colectivo de Artistas Socialistas), y el cordel del natalense Nando Poeta, aplaudido de pie por las centenas de obreros, jóvenes y militantes que ya casi llenaban el gimnasio.
“Nuestro PSTU/muestra la vitalidad/de la revolución en el mundo/ en la búsqueda por libertad/ En este acto mi partido/sale más fortalecido/para luchar por igualdad”, son algunos de los versos de Nando.
Se hicieron presentes además el Partido do Samba, y la declamación potente, negra y emocionante de Liberto Solano Trindade, hijo del poeta Solano Trindade. “A mi partido, en el cual milito hace más de 15 años, deseo que exista siempre en nuestro corazón, en el corazón del pueblo”, afirmó, siendo muy aplaudido.
La parte cultural fue finalizada de forma apoteótica por los versos del grupo de rap Gíria Vermelha, que transformaron el gimnasio en un gran quilombo. [1]

[1] Quilombo: el concepto se empleaba para nombrar el sitio donde se reunían los esclavos de raza negra. Así, un quilombo era una zona que ocupaban los esclavos al alcanzar la libertad, luego de escapar de las minas y las plantaciones que controlaban los esclavistas procedentes de Portugal. Un ejemplo de este tipo de quilombo fue el Quilombo dos Palmares.

Precandidaturas

Poco antes del inicio del acto, estuvo la presentación de algunas de las varias precandidaturas lanzadas por el partido en el país para las elecciones de este año. Precandidaturas como la de Altino, presidente licenciado del Sindicato de los Metroviarios de San Pablo; de la obrera zapatera Vera Lúcia, precandidata a la prefectura de Aracajú; de Cyro Garcia, precandidato en Rio de Janeiro; del actual concejal del PSTU en Belém, ahora candidato a la prefectura de la capital paraense, Cleber Rabelo y de Vanesa Portugal, una alternativa de clase y socialista en las elecciones de Belo Horizonte.
Estuvieron presentes también el precandidato en San José dos Campos, Toninho Ferreira, y el obrero de la construcción civil en Fortaleza, Gonzaga. “Esos candidatos son militantes que están acostumbrados a hacer piquetes, a enfrentar tropas de choque, a meterse en las ocupaciones, a meter el dedo en la cara al patrón, esos son los precandidatos del PSTU a prefecto, y vamos a gritar bien alto en estas elecciones: Fuera Temer, Fuera Dilma y el PT que gobernaron para los patrones, fuera Cunha y este Congreso corrupto, que no representan a los trabajadores y a la mayoría del pueblo brasileño”, dijo Altino.

Acto político

La música “Vermelho”, tocada por la Banda Cida y la Matilha marcó el tono de lo que sería el acto político abierto por Ángel Luis Parras, de Corriente Roja, sección de la LIT-CI en el Estado español.
En un discurso muy amplio, Parras, “Cabezas”, habló sobre la actualidad del marxismo y de la lucha por el socialismo y de la importancia del PSTU: “Son 22 años de un partido que reafirma que su razón de existir es la lucha por la revolución y el socialismo por la clase obrera”, afirmó, recordando el duro período en que el PSTU se fundó y se construyó, en pleno “vendaval oportunista” que arrastró a gran parte del conjunto de la izquierda revolucionaria para el reformismo.
La actualidad del marxismo, sin embargo, viene siendo comprobada por la propia bancarrota del capitalismo. “A cada paso el sistema capitalista muestra su contradicción más fundamental: el carácter social de su producción y la apropiación individual de esa producción; es esa contradicción que hace con que en un polo cada vez más reducido se concentre la riqueza y que en otro polo, cada vez más amplio, crezca la miseria”, explicó.
Refutando sectores de la izquierda que restringen su lucha a los límites de la democracia burguesa, Cabezas afirmó que “nosotros defendemos la única democracia real que la humanidad conoce: la democracia obrera, la de los que producen la riqueza social, la democracia que fue puesta de pie por los soviets y por el gobierno de la clase trabajadora en la revolución de 1917 en Rusia”.
Parras también polemizó con la tesis de que hay un retroceso de la conciencia en la clase trabajadora, justificativa para la adaptación a sectores reformistas y al rebajamiento del programa. “La conciencia obrera no brota espontáneamente, es producto de la confrontación, de la acción consciente y tenaz de una dirección revolucionaria que la dispute en cada una de las luchas y que luche por un programa socialista, no para un futuro incierto sino para el presente”, dijo.
Por fin, Cabezas, hizo referencia a la reciente ruptura de un sector de militantes del PSTU: “Disolver o romper un partido revolucionario en nombre de la unidad con esa izquierda que apoya a partidos y gobiernos burgueses, que apenas espera actuar en las elecciones y elegir diputados, y relega la lucha por el socialismo a un futuro incierto, es un crimen político”.

Fuera todos

El presidente del Sindicato de los Metalúrgicos de San José dos Campos (SP), Antônio Macapá, atacó la falsa polarización entre el gobierno de Dilma y del PT y la oposición burguesa liderada por el PSDB, así como la capitulación de muchos sectores de la izquierda al Partido de los Trabajadores (PT). “Asistimos en el último período a la bancarrota de un proyecto de colaboración de clases en el Brasil, la bancarrota del PT, un partido que para llegar al poder resolvió hacer una alianza con la burguesía y que, en el poder, gobernó para los banqueros, empresarios, latifundistas, en detrimento de la clase trabajadora”, afirmó.
Macapá también echó por tierra el discurso del “golpe” contra Dilma, afirmando que la pérdida del lastre social que la presidente del PT mantenía hasta entonces, y la incapacidad de continuar aplicando los ataques que venía haciendo fueron el real motivo que provocó su caída. “En la asamblea de la GM en que pregunté quien quería que Dilma se quedase, nadie levantó el brazo”, relató. “Está planteada la gran tarea de sacar a Temer, pero que no sea para que vuelva Dilma; nosotros continuamos diciendo: es fuera todos ellos”, afirmó.

Organizar a los más explotados de la clase

Vera Lúcia, dirigente del PSTU y obrera zapatera, hizo un discurso que levantó el gimnasio completamente lleno. “Este partido que existe hace 22 años no sucumbió a la democracia burguesa y al parlamento porque este partido tiene una estrategia que es tomar el poder junto con la clase trabajadora”, afirmó.
“Queremos una sociedad donde todos puedan tener el derecho de ser diferentes: hombres, negros, mujeres, homosexuales, transexuales, y que podamos vivir plenamente toda nuestra diferencia”, defendió, pero destacando que eso solo va a ser posible destruyendo el capitalismo, con la clase obrera al frente.
“Nuestros aliados son los más explotados de la clase obrera”, reafirmó Dayse Oliveira. En un discurso emocionante, Dayse recordó la lucha contra el gobierno Pezão en Rio de Janeiro y la importancia del SOS Empleo, movimiento que viene construyéndose y creciendo en todo el Estado, uniendo principalmente a obreros despedidos del Comperj [complejo petrolero] y de los astilleros.
“El PSTU es el partido de los favelados [villas de emergencia], de las amas de casa, de las mujeres negras, porque la mujer negra es la cara de la revolución”, reafirmó, siendo muy aplaudida.
“¿Quién no se emocionó con la lucha de las jóvenes secundarias, con la lucha de las madres que tuvieron a sus hijos asesinados por la policía?”, preguntó Ana Pagu, de la Secretaría de Mujeres del PSTU. “Porque si es verdad que la clase obrera es vanguardia de la revolución, también es verdad que ella esta formada por negros, mujeres, LGBT”, afirmó.
Polemizando con el estalinismo, que pone la lucha contra la opresión como algo que divide a la clase, Pagu afirmó: “nuestro socialismo no combina con racismo, machismo y homofobia”.
En este mismo sentido, Wilson Silva, histórico militante de movimiento negro, actuando hace más de 30 años contra el racismo y la LGBTfobia, y por la construcción de un partido revolucionario, dijo: “Somos aquellos que tenemos una certeza en la vida: nosotros vamos ‘aquilombar’ los LGBT’s, vamos a ennegrecer la lucha de las mujeres, vamos a hacer una lucha contra el racismo y que sea una lucha contra toda opresión”.
En un discurso absolutamente emocionante, Wilson fe categórico: “Aquí nosotros tenemos un enemigo muy definido: fue aquel que creció con la casa grande, no hay pacto aquí con quien es de la casa grande”.
Pero el acto también fue un acto de la juventud. Julio Anselmo, de la juventud del PSTU, recordó las importantes luchas protagonizadas por los estudiantes, principalmente los estudiantes secundarios que ocuparon las escuelas en Rio de Janeiro y en San Pablo. “La juventud también es parte de los sectores más atacados, sobre todo la juventud negra de las periferias.
Muchos pueden creerlo burdo o anticuado, pero yo estoy con Lenin, y el comunismo es la juventud del mundo y es esa juventud junto con la clase obrera que puede cambiar el mundo”, discursó.

Venga al PSTU

Zé María tuvo el papel de cerrar el acto de esta noche que ya se tornaba histórica. Habló sobre el importante momento en que vivimos, cuando hay una ruptura de la clase trabajadora con el PT y la búsqueda, incluso en medio de muchas confusiones, de una alternativa. “Aquí estamos nosotros que cerramos filas para construir en este país un partido de los obreros, de los negros, de las mujeres, un partido obrero, revolucionario y socialista”, dijo.
“La dirección para quien quiere construir la revolución en este país es el PSTU y tenemos una fe inquebrantable en este proyecto”, defendió, enfatizando que “no por una genialidad de su dirección, muy por el contrario, somos muy frágiles, y tal vez nuestro mejor mérito sea la conciencia de nuestra fragilidad”. Explicó que “nuestra fe inquebrantable se apoya en nuestra determinación de construir este partido en la clase obrera, en sus sectores más explotados, entre los negros, mujeres, LGBT’s”.
Para Zé María, esa confianza también se apoya en la columna de cuadros del partido. “Es con base en eso que vamos a superar esta fase y salir más fuertes; confíen en ustedes, compañeros, confíen en la lucha de la clase trabajadora, y nadie va a atarnos”, dijo.
Dirigiéndose a los que no eran militantes del PSTU, Zé María hizo una invitación: “vengan a militar con nosotros”.
“Nuestro partido no tiene nada que ver con las otras organizaciones, y no queremos ser iguales a ellas. No ofrecemos ventajas, muy por el contrario, vamos a sacar tiempo de ustedes, del que ustedes podrían estar con su familia, estar ‘noviando’ un poco más, tomando una cerveza, para desarrollar actividades para organizar el partido y las luchas de nuestra clase”, dijo, destacando, sin embargo, que “este partido puede dar una compensación que ningún otro puede: luchar por liberar a la clase y a todos los excluidos del hambre, de la violencia, de la opresión, de la humillación que marca la vida de cada uno y cada una que vive en esta sociedad”.
De puños levantados, los activistas cerraron el acto cantando la Internacional. Era posible notar lágrimas en muchos antiguos y nuevos militantes. Y la certeza de que la lucha por la construcción de un partido que haga la revolución y acabe con la explotación y la opresión, aunque sea difícil y llena de tropiezos, es algo a lo cual vale la pena dedicar nuestras vidas.