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50 años de la Noche de los Bastones Largos

Se cumplía un mes del golpe de 1966, una de las dictaduras más sanguinarias que tuvimos (un golpe con todas las letras), y nuestro país se embarcaba en uno de los períodos más turbulentos de nuestra historia. Onganía y su (contra)Revolución Argentina se proponían barrer con la organización lograda hasta el momento en los trabajadores y estudiantes, de la cual los milicos aún no habían visto nada. Para eso fue que ese 29 de Julio promulgaron el decreto 16.012, terminando de un plumazo con la autonomía universitaria y convirtiendo a las decanías en oficinas del gobierno militar. Porque la relación de fuerzas no les daba para destruir a la universidad de la forma que Videla y sus sucesores militares y civiles lo harían del 76 para acá, y sin represión no hay ajuste que pase. La respuesta no se hizo esperar y en cuestión de horas varias facultades estaban tomadas, a la espera de los bastones policiales que tampoco tardaron en llegar.
Resabios de esta historia están por todos lados en nuestra vida académica, los patovicas, los policías entrando en universidades y colegios como vimos este año, las escuelas de policía como en la UNLaM, y la lista sigue tanto adentro como afuera de la facultad. Por eso es importante recordarlo, porque no es simplemente cosa del pasado, la represión se sofistica y continúa. Esa noche Onganía y la dictadura ganaron, y el resultado de esa derrota no solo se ven en sus más de 400 detenidos. Sino que significó el exilio para estudiantes, docentes e investigadores (la Fuga de Cerebros), el cierre de cátedras, las cesantías y todo eso que ya conocemos. Pero el gobierno instalado por la vía de los tanques en el ‘66 no es recordado por sus victorias, sino por sus derrotas. Los hechos de Córdoba tres años después nos mostrarían la única forma por la cual podemos derrotar a los bastones, y es con la lucha junto a los trabajadores. Porque la historia que se abrió para el movimiento estudiantil esa noche no solo muestra que no tienen nada para ofrecernos, sino que también van a hacer todo porque no consigamos lo que necesitamos.