Poco más de un mes lleva el conflicto de los trabajadores de GM contra la empresa, que suspendió-despidió a 350 compañeros con el aval del sindicato (SMATA) y la complicidad del Gobierno nacional y de la provincia de Santa Fe.
En estos 40 días de conflicto, con la auto organización, han logrado cosas importantísimas con su lucha y para todos los trabajadores del país, ya que la lucha de GM implica que uno de los batallones pesados del movimiento obrero argentino entró en la pelea directa contra Macri.
Sin embargo, como los trabajadores mismos plantean, para asegurar esas conquistas y que la lucha siga avanzando hasta el triunfo, es necesario barrer con los delegados traidores del SMATA que firmaron el acuerdo y conquistar delegados que defiendan los intereses de los trabajadores.
Por eso, como está planteado en el boletín de lucha de los trabajadores, o “tiran el acuerdo o dejan de ser delegados”.
La necesidad de una nueva dirección
Esta conclusión política plantea la pelea en otro nivel, que es la posibilidad –y la necesidad- de barrer a la burocracia de la fábrica y de ir construyendo y poniendo en pie una nueva dirección para los trabajadores de GM, organizada desde las bases, que defienda los intereses de los trabajadores y se apoye en la democracia obrera para tomar las decisiones en asamblea.
Pero no sólo es estratégica para la lucha de General Motors, si no que es la necesidad de todo el movimiento obrero que necesita una nueva dirección para enfrentar de manera consecuente al gobierno de Macri y derrotarlo.
Quedó demostrado cuando los trabajadores corrieron a la burocracia del palco el 7 de marzo porque se negaba a ponerle fecha al paro. Y quedó demostrado en el propio paro del 6, que la burocracia pretendía que sea un paro “dominguero” sin movilización.
Por eso, los trabajadores de GM tomaron en sus manos el paro y garantizaron lo que tenían que hacer y no hicieron los delegados del SMATA: que el paro se cumpla, transformándolo en paro activo con el piquete en los accesos de la planta y movilizando.
La unidad de los suspendidos con los trabajadores de planta
Por otro lado, esta conclusión política de los suspendidos empalma con el mismo sentimiento de los trabajadores de planta que ya no quieren aguantar más un cuerpo de delegados cómplice de la patronal. Vocero de la empresa y cómplice desde hace varios años de despidos, retiros “voluntarios”, lesiones, de un servicio médico “carnicero” y que aprieta y señala a quien se atreva a levantar la voz.
En este sentido, fue emocionante y aleccionador cuando en la última asamblea general se presentó la propuesta de destituir al cuerpo de delegados, siendo esta la propuesta más votada y mas aclamada en forma unánime por los casi 1000 trabajadores que participaron.
Trabajar sobre esta perspectiva es hoy por hoy la máxima expresión de la unidad de los de adentro con los suspendidos, ya que implica construir desde abajo el próximo cuerpo de delegados que va a organizar a todos los compañeros desde adentro mismo de la planta, que es desde donde se puede derrotar el acuerdo GM SMATA junto a la pelea por bajar los ritmos de producción que quiere la empresa, echar al servicio médico y definir el aumento salarial que se necesita en asamblea.