Hace mucho tiempo que una lucha obrera no calaba tan hondo en el sentimiento popular. Los trabajadores de Pepsico son hoy, sin duda, un ejemplo de resistencia y de enfrentamiento al plan de ajuste del gobierno de Macri quien gobierna para y con los CEOs de las multinacionales como Pepsico. Y es que la situación ya no se aguanta. Por eso, los 600 despidos de Pepsico pegaron fuerte en cada vecino, en cada obrero fabril o en cada trabajador.
Todos sabemos que si no le paramos la mano a este gobierno y a las empresas, somos cualquiera de nosotros los que podemos correr la misma suerte. Por eso, rodear de solidaridad el conflicto y salir a pelear todos juntos para imponer desde abajo el Paro Nacional que la CGT y las CTAs no quieren convocar, es hoy una necesidad imperiosa para que los trabajadores de Pepsico ganen esta dura pelea.
LA CGT al servicio del gobierno ajustador de Macri
Desde el mismo momento en que los trabajadores de Pepsico quedaron cesantes supieron que no podían confiar en que el Sindicato de la Alimentación los defendiera. Es que su principal dirigente, Rodolfo Daer, tiene largo historial de entrega y traiciones a los trabajadores. Daer es parte de la conducción de la CGT, la misma que tuvo que salir corriendo de su propio acto, abucheada por la propia base de sus gremios quienes, hartos de tanto ajuste y despidos, exigieron Paro General. Y gracias a esa presión tuvieron que convocarlo. Sabiendo que el sindicato siempre esta del lado de quien mejor paga, era más que necesario que la base de la fábrica Pepsico estuviera unida en tan dura pelea: sin distinción de colores, todos estaban afuera. Para superar esta división, desde el PSTU propusimos la elección en asamblea de un Comité de Lucha que contuviera todas las fuerzas que existían dentro de la fábrica y representara a todos los compañeros y compañeras que querían recuperar su puesto de trabajo. Esta iniciativa no fue tomada por la conducción del conflicto y es así que muchos trabajadores, presionados por la campaña sucia del Sindicato y el Gobierno contra su propia lucha, arreglaron indemnizaciones que no alcanzan para nada.
La “batalla” de Pepsico
Luego del enorme paso que los laburantes dieron al ocupar la fabrica para resguardar las maquinarias, sabían que pronto se vendría el desalojo. La madrugada del 13 de julio fue eterna. El Gobierno jugaba su carta mas pesada para defender los intereses de la patronal con más de 1000 efectivos. Cuando ya de mañana avanzaron, pasaron por encima de hombres y mujeres, trabajadoras de Pepsico que estaban en la primera línea y los mismísimos trabajadores de prensa. Y lo hicieron a plena luz del día y con toda la brutalidad posible, ya que necesitan demostrar que están decididos a aplicar su plan a costa de cualquier cosa. Pero ahí mismo, y en plena campaña electoral, se les abrió otro frente de batalla: la solidaridad nacional e internacional que despertaron las imágenes de la represión fue enorme. El mismo Clarín titula “Con Pepsico, el gobierno sumó una tormenta impensada”. El pequeño grupo de trabajadores defendiendo la fabrica arriba de los techos y amenazando tirarse antes que la policía los tocara, demostró que los trabajadores tenemos la fuerza necesaria para defendernos, aunque los dirigentes nos entreguen y nos dejen solos. Y ahí otra vez, la CGT tuvo que aflojar y convocar a una reunión a los trabajadores de la fábrica: lamentablemente la CI no concurrió a esa reunión y se perdió otra gran oportunidad de desenmascar a la burocracia sindical ante los trabajadores de conjunto. ¡¡Una y otra vez debemos exigirles que nos defiendan y sino lo hacen, que sean ellos quienes deban dar explicaciones!! Para lavarse la cara, salieron con un comunicado de solidaridad ante la brutal represión sufrida y con ellos, muchas otras fuerzas que hoy se pintan de opositoras a Macri pero que en verdad, no solo no lo enfrentan, sino que han avalado con su silencio e inactividad cada una de las políticas antiobreras y antipopulares que quisieron imponer.
Unidad para derrotar a Macri y su plan
La pelea de estos obreros es profundamente política y por eso el gobierno actúa en su contra. Es por eso que la patronal de Pepsico ahora evalúa cederle el predio de la fábrica al Estado, socio en garantizarle las mejores ganancias y la mejor represión. Hoy más que nunca se impone la exigencia de que el estado estatice la fábrica y la ponga a producir bajo control de sus trabajadores, para así poder recuperar sus puestos de trabajo. La marcha que reunió a unos 30000 trabajadores y fuerzas sociales el día martes 18/07 era la oportunidad de ir a gritarle a Macri en la Plaza de Mayo, corazón político del país, que no estamos dispuestos a soportar más atropellos y que los trabajadores no quieren indemnización ni planes sociales, quieren trabajar. Y también desde allí, convocar a un gran Encuentro Nacional de Trabajadores, sin ningún tipo de sectarismo y apoyado en los mandatos de las asambleas de base, para organizar la pelea por arrancarles el paro nacional a la CGT y las CTAs que derrote el plan de hambre y represión del gobierno de Macri y sus gobernadores. No alcanza con tanta solidaridad desde afuera, porque la pelea es dura. Aunque la conducción del conflicto sigue sin ponerse a la cabeza de la necesaria organización y unidad por abajo, aun podemos revertir este curso. Si peleamos separados, gana la patronal. Es necesario unir todos los frentes de batalla contra el Gobierno