Milagros Vivanco apareció el lunes 31 de julio, por la mañana, después de ser intensamente buscada durante todo el fin de semana, por familiares y organizaciones sociales. El colectivo Ni Una Menos debe convocar a una pelea nacional y continuada contra la violencia hacia la mujer.
La adolescente había desaparecido el viernes anterior a las 16, cuando salió de su casa en el barrio Gran Neuquén Norte para ir a una reunión en la iglesia. Su familia relata que apareció descalza y desnuda corriendo por la barda, luego de haber escapado de quienes la tenían retenida, y contó que en el lugar habían quedado otras mujeres. Luego de eso, la fiscalía salió a desmentir a la familia, diciendo que la niña había aparecido vestida y que debían esperar su testimonio luego de ser atendida por los médicos y que no se descartaba ninguna hipótesis.
Este hecho se da en el marco de una escalada de violencia para las mujeres en la ciudad de Neuquén, ya que en los últimos días se hicieron públicas varias denuncias de mujeres jóvenes que relataron que las habían querido secuestrar, subiéndolas a un vehículo por la fuerza.
Desde el PSTU-Lucha Mujer denunciamos que todas estas situaciones sólo son posibles con la complicidad del aparato policial y del sistema judicial, que por acción directa u omisión e inoperancia, permiten y sostienen el aparato de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Es así como actúa la justicia y la policía, re victimizando a las víctimas de violencia de género, culpabilizándolas o poniendo en duda sus dichos y sus testimonios. Hace mucho tiempo que venimos denunciando que la ruta del petróleo es la ruta de la trata de mujeres. Si Milagros relató que había escapado de una red de trata y que en el lugar aún quedaban mujeres atrapadas, la justicia debe instrumentar rápidamente acciones que lleven a su liberación.
#NiUnaMenos no es un slogan de campaña. Y a días de los dichos del Ministro Bullrich, con los cuales banaliza y desestima la inmensa lucha que venimos llevando adelante las mujeres, cada vez más asumida como propia por sectores obreros y populares, partidos políticos y organizaciones gremiales, desde los ya históricos 3J de los últimos dos años y con el 8M, primer Paro Internacional por los Derechos de las Mujeres, denunciamos la necesaria complicidad del estado y sus gobiernos en la perpetuación de la violencia hacia las mujeres. Desde la Patagonia, y a días del femicidio de Fernanda Pereyra, en Rincón de los Sauces, ciudad emblemática por ser principal foco del negocio de la comercialización del cuerpo de mujeres y niñas, asociado al negocio del petróleo de Vaca Muerta, exigimos que el Estado provincial y nacional destine los fondos necesarios para que se lleven a cabo todas las acciones necesarias para garantizar la vida y la integridad física de las mujeres.
Por una lucha nacional y permanente
Como lo demostraron los casos de Litzi Ayala Mamani y Nadia Rojas, de la zona sur de CABA, quienes estuvieron días desaparecidas y aparecieron luego, gracias a la campaña, cortes y marchas impulsados por la Red de docentes, familias y organizaciones del Bajo Flores, el único camino para lograr esos objetivos es la protesta organizada y la movilización.
Pero los atropellos y violencias contra la mujer se repiten a lo largo y ancho del país. Necesitamos una nueva jornada nacional de lucha, para frenar los femicidios y violaciones; por la aparición de las pibas secuestradas con fines de trata y el desmantelamiento de las redes; por el aborto legal seguro y gratuito, por la reincorporación de las trabajadoras despedidas. Tenemos que parar las fábricas , escuelas y oficinas, tenemos que llenar las plazas de trabajadores, estudiantes y familias, como hicimos el 19 de octubre pasado, en el Paro por los Derechos de las Mujeres, desafiando la inacción de la CGT y las CTAs.
¡No queremos seguir siendo «daños colaterales» del Plan Macri! Las organizaciones comprometidas con la pelea por los derechos femeninos debemos exigir al colectivo Ni Una Menos que convoque ya a la organización de un nuevo 19 de Octubre y de un plan de acciones permanentes.