La aparición y posterior confirmación del cuerpo de Santiago en el rio Chubut sin duda abrió una crisis política en la realidad nacional. A días de unas elecciones que tenía controladas, el Gobierno se vio acorralado cuando empezaba a brotar la bronca y el dolor desde los barrios, los lugares de trabajo y estudio, en las redes sociales, exigiendo salir a las calles para que haya justicia y que se vaya la ministra Bullrich. Fue un momento clave donde estuvo planteada su caída y la de la cúpula de la gendarmería asesina, lo que hubiese significado un duro golpe a todo el plan represivo que este Gobierno viene desplegando.
¿Y qué pasó entonces? O dicho de otro modo: ¿cómo logró el Gobierno contragolpear yvolver a imponer todo su operativo de mentiras y encubrimiento junto a los grandes medios? La realidad dio una respuesta: con la ayuda de los dirigentes kirchneristas que desde los organismos de DDHH, las bancadas, las organizaciones sindicales y sociales bajo su influencia llamaron a desmovilizar en los momentos decisivos. Dividieron así a todo el movimiento que se había construido en los últimos días desmontando y derrotando cada maniobra que desde el Estado y los medios se fue intentando tejer.
Contradiciendo lo realizado en los últimos meses y escudándose cobardemente en la familia Maldonado (que nunca se declaró en contra de la movilización más allá de no convocarla) volcaron todo su aparato para frenar la lucha con el argumento de que ello favorecía la represión, llegando al colmo de acusar a quienes lo hicieran de funcionales a dicha política.
Un verdadero crimen político. Jamás en la historia se pudo frenar los avances represivos generando miedo, sacando el movimiento de las calles y demonizando a quienes se plantan ante la injusticia.Eso sí que fue poco inteligente y funcional a los poderosos. Afortunadamente hubo miles y miles que no cayeron en esta trampa y no “acataron” las órdenes de la jefa y estuvieron donde había que estar junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia y las organizaciones de izquierda. Pero la confusión y el daño ya estabanhechos.
Evidentemente detrás de semejante traición existe una especulación electoral. La misma canallada que salió a la luz con las encuestas de opinión que mandó a hacer el Gobierno con este tema. Lo importante son los votos y no alcanzar la verdad y justicia. Tampoco fue un “error de cálculo” ni se trata de un debate nuevo. La propia “jefa” Cristina fue la que en su momento se sentó con los dirigentes sindicales afines (de la Corriente Federal de la CGT y de la CTA) para desmontar la construcción del paro de general y volcar todo el esfuerzo en las elecciones.
Por eso, humildemente,desde el PSTU sostenemos que el kirchnerismo no puede ser una alternativa política para derrotar el ajuste de Macri más allá de que a veces circunstancialmente nos unifiquemos en algunos puntos y momentos de la lucha. Por el contrario, estos hechos demuestran que en los momentos más críticos de este Gobierno ha salido en su rescate y junto a todas las variantes peronistas le han permitido al macrismo avanzar con su plan.
Porque al ajuste y la represión de Macri y las patronales no se la frena sólo votando. Mucho menos de la mano de quienes defienden que Macri tiene que terminar su mandato y esperar al 2019. Porque eso ha sido una desgracia para la familia trabajadora y sólo han logrado que se vaya fortaleciendo. Por todo ello llamamos al conjunto de los trabajadores, especialmente a quienes tienen expectativa en el rol del kirchnerismo, a profundizar este debate mientras nos organizamos para enfrentar los ataques ya anunciados.