Convencido de que es “ahora o nunca” el momento de avanzar con su plan, Macri fue a Estados Unidos a “»vender» el país a los inversores privados norteamericanos.”, en palabras del diario La Nación (08/11/17).
Como fiel servidor, fue de inmediato a mostrarle a su amo imperialista lo bien que estaba cumpliendo con su deber, lanzando una batería de ataques a los trabajadores que tienen como fin aumentar las ganancias empresarias y el presupuesto del Estado para el pago de Deuda Externa.
Semejante tarea no fue a hacerla solo, sino que contó con la compañía de parte importante de su gabinete, entre los que se encuentra el Ministro de Finanzas Luis Caputo (del cual saltaron en los últimos días casos de corrupción) y de tres gobernadores de otras fuerzas políticas como Juan Schiaretti (PJ) , de Córdoba; el santafecino Miguel Lifschitz (del PS) , y el entrerriano Gustavo Bordet (FPV), que de opositores no tienen nada.
Los medios resaltan el clima de diálogo del conjunto de la comitiva, es que todos son parte del “Gran acuerdo nacional” para reventarnos a los trabajadores, y someter aun más al país a las garras del imperialismo yanqui.
La CGT de rodillas
Mientras tanto en Argentina avanza la negociación de la CGT con el gobierno sobre la Reforma Laboral. Aunque se hayan empezado a deslizar críticas al proyecto y se prometa una posición oficial de oposición, es vox populi que los dirigentes sindicales traidores están dispuestos a acordar a cambio de que le garanticen el monopolio en el ámbito sindical (parte de la Reforma Sindical consiste en eliminar sindicatos) y las millonarias sumas de las Obras Sociales, que ahora, además, se unificarían.
Se está anunciando una nueva gran traición de estos impresentables que dirigen los sindicatos.
Pablo Moyano, Palazzo y, ahora, el Barba Gutiérrez, y la Central Argentina de Medios del Transporte por su parte, se muestra como el ala más crítica de la central y amenazan con abandonar la negociación con algunos cuestionamientos puntuales al proyecto, pero por ahora no son más que amenazas o visitas al vaticano y ni hablan de alguna medida de lucha.
Basta de lamentos
Por otro lado, las CTA´s sí sacaron una posición contra la Reforma Laboral, pero no impulsan nada para detenerla. En estas centrales aun priman los lamentos por el resultado electoral. El desánimo de muchos honestos compañeros que fueron convencidos de que al ajuste se lo derrotaba en las urnas, es utilizado por los dirigentes para no hacer más que declaraciones y alguna que otra charla, de la que la mayoría de los trabajadores ni se enteran.
Ejemplo de esto es como el Operativo Aprender, que es parte de la reforma educativa, paso sin que la conducción de CTERA llamara a una sola acción de rechazo o boicot.
Organizar la pelea contra la Reforma Laboral
La pelea contra la reforma laboral no puede esperar a que algunos vean como les va en la negociación y otros terminen de lamentarse, tiene que empezar ahora.
Los que dicen querer enfrentarla y están en la conducción de Centrales o Sindicatos deberían estar llamando ya mismo a asambleas, plenarios, o las instancias necesarias para discutir entre todos cómo organizamos la pelea.
Pero no hay tiempo para esperar, tenemos que empujarlos para que lo hagan, en cada lugar de trabajo y estudio tenemos que empezar a reunirnos, interiorizarnos sobre cada uno de los cambios que nos quieren aplicar, juntarnos con los trabajadores de la misma zona preparar la pelea.
Luego de los anuncios del Gobierno, los trabajadores aeronáuticos ya le hicieron dos paros, los judiciales harán lo mismo el 15/11. El Sindicato Aceitero convocó al paro aunque se dictó la conciliación obligatoria. Fábricas como Unilever de Rosario o Lodiser de CABA se organizan contra los ataques. No pueden quedar solos.
Regionales de la CGT de Córdoba y de zona Oeste empezaron a coordinar declarándose en estado de alerta y movilización; de forma similar en zonas del conurbano o ciudades como Rosario se realizaron reuniones de distintos gremios, esos son buenos puntales para impulsar acciones y medidas. Esto debería replicarse en todos lados.
El sindicalismo de izquierda también tiene que jugar un rol, llamando a todos los que quieran luchar a hacerlo juntos, independientemente de a quién hayan votado en las elecciones.
Para Macri es “ahora o nunca”, para nosotros también: tenemos que derrotar la Reforma Laboral y el paquete de reformas en las calles, con organización y lucha. Desde el PSTU pondremos todas nuestras fuerzas al servicio de esta tarea.