En el programa Animales Sueltos del 22 de mayo, el dirigente ferroviario, militante de Izquierda Socialista y candidato del Frente de Izquierda tuvo una amplia participación.
Tenemos diferencias por la forma en que Sobrero actúa en la Unión Ferroviaria, y por su falta de crítica –más bien sus elogios- a dirigentes burocráticos como Moyano, por ejemplo. Pero reconocemos que es el referente sindical más reconocido de la izquierda. Y que ese papel lo ganó encabezando luchas importantes, y solidarizándose no solo de palabra, sino poniendo el cuerpo en muchos conflictos obreros, como sucedió ahora con el de subterráneos, motivo de su invitación al programa. Nuestro debate no es entonces con Sobrero en particular, sino con las posiciones de la organización política que representa.
Lo que dijo el Pollo…
En ese programa, y preguntado sobre su opinión frente al gobierno, manifestó:: “No quiero que Macri se vaya en helicóptero”, “…El tipo ganó, tiene que gobernar. Yo no puedo decirle nada porque él ganó, sacó millones de votos y nosotros sacamos el 4%”1. Y remató: “Le voy a pedir que haga lo que dijo en la campaña”.
Estas declaraciones son verdaderamente lamentables, exactamente lo contrario de lo que los trabajadores esperan y necesitan de un dirigente obrero que se presenta como revolucionario.
…y su significado
Claro que Sobrero criticó al gobierno. Pero eso hoy en día no significa nada. Hasta los mayores chupamedias del gobierno, como Majul, Feidman o Lanata, se ven obligados a criticarlo. Y los dirigentes sindicales más traidores, como los Daer, Caló o Gerardo Martínez, no paran de denunciar al gobierno. Ni hablar de los dirigentes cristinistas.
Justamente, esos dirigentes sindicales y políticos lo critican, para explicar renglón seguido que hay que votar a otro en el 2019. Y remarcan: “hay que respetar las normas de la democracia, Macri tiene que terminar su mandato, porque ganó”. Es decir, los trabajadores estamos obligados a esperar aunque eso signifique quedarnos sin trabajo, pasar privaciones, ver retroceder el salario, o comernos garrotazos o cárcel cuando salimos a luchar. La gran traición de esos dirigentes no radica en que no lo critiquen, sino en que llaman a respetar la falsa democracia y sus plazos.
Esta discusión viene desde que Macri asumió. Algunos decíamos que era imprescindible decir que Macri no iba a cambiar, y que la única forma de no llegar al desastre que hoy estamos viviendo –y a la catástrofe que se viene- era tirarlo abajo. Y criticamos a Izquierda Socialista y al FIT porque se negaban a decir esto.
Pero aparecía como un debate de “ritmos”. La respuesta era “todavía las masas no lo ven así”. No coincidimos con ese enfoque, de decir a los trabajadores solo lo que los trabajadores ya vieron por su cuenta, pero la discusión se daba en ese terreno.
Pero este año todo cambió. Millones de trabajadores y gran parte de la población no aguantan más, y querrían ver a los dirigentes políticos o sindicales encabezando una lucha para tirar abajo al gobierno. Millones quieren que Macri se vaya cuanto antes.
Entonces, callar que es necesario echar a Macri, no es solo un error. Significa defender que Macri complete su mandato como sea. Significa decir a los trabajadores que, en defensa de la “democracia”, tenemos que aguantar todo, y esperar al 2019. Esa fue una de las razones por las cuales no participamos de los actos del FIT del 1 de mayo. Cuando las condiciones –no solo la bronca por la miseria, los ataques, la represión, sino la convicción de que hay que echarlo- están más que maduras para proponer una lucha decidida para tirar al gobierno, esos actos eran actos para que Macri siga gobernando, para defender la gobernabilidad.
La “vuelta de tuerca” de Sobrero
El Pollo simplemente fue coherente con la posición de su partido y del FIT. Si no se puede decir que Macri se tiene que ir, pero millones quieren echarlo, hay que decir que se tiene que quedar. ¿Por qué? Porque Macri fue más votado que el FIT. Con ese razonamiento, las cosas solo podrán cambiar cuando el FIT sea votado por la mayoría de la población, en comicios nacionales constitucionales.
Hasta ahora, el FIT centraba su campaña en que las cosas cambiarían con más diputados de izquierda en el Congreso. Pero ahora, no solo hace falta que el FIT crezca, sino que gane las elecciones.
Es el precio de aceptar la lógica de la democracia patronal y sus trampas. Estas posiciones son coherentes con el curso de adaptación a esa democracia corrupta del PO o el PTS. Izquierda Socialista se pone a la vanguardia de ese curso con estas lamentables declaraciones del Pollo.
Llamamos a dirigentes y militantes de Izquierda Socialista a romper con esta adaptación, al igual que al resto del FIT. Llamamos a toda la izquierda a decir la verdad: lo que los trabajadores, el pueblo pobre y la Argentina necesitan, es un plan de lucha y un nuevo argentinazo, hasta terminar en primer lugar con este gobierno, y con las multinacionales y el FMI a los que representa.
1 Se refiere a la votación del FIT.