El 26 de junio, se cumplen 17 años de la Masacre de Avellaneda. En junio de 2002, en medio del desalojo de una movilización en Puente Pueyrredón, la policía bonaerense asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
Tan sólo meses después de la rebelión del 2001, en la que los trabajadores tiramos al gobierno de De La Rúa (y a 3 presidentes más durante una semana), el entonces gobierno de Eduardo Duhalde necesitaba “estabilizar” la situación. Esto quiere decir, que el pueblo no salga a las calles a pelear contra la miseria que nos imponen desde arriba. Que todo vuelva a la “normalidad”. Pero el remedio le resultó peor que la enfermedad y los hechos obligaron a Duhalde a adelantar las elecciones presidenciales.
Los responsables físicos del asesinato (los policías que dispararon y encubrieron el asesinato) han sido condenados, gracias a la movilización popular. Pero aún no ha sucedido lo mismo con los responsables políticos. El expresidente Eduardo Duhalde, el entonces Jefe de Gabinete Aníbal Fernandez, y quién era gobernador de la provincia, Felipe Solá, siguen impunes y defilando por los armados peronistas.
La lucha contra la impunidad, la lucha por justicia por Maxi y Darío, forma parte de la lucha de hoy contra el ajuste y la represión del gobierno. Este 26 de Junio iremos al Pueyrredón contra los responsables políticos de esa masacre y contra el gobierno actual que persigue y encarcela luchadores, por una causa muy similar a la que peleaban Maxi y Darío: intentar impedir que los gobiernos de turno hundan aún más en la misería a los trabajadores y el pueblo, por eso peleábamos en 2002 y por eso peleamos el 18 de diciembre de 2017. Y eso no hay asesinato o cárcel que lo puedan evitar. ¡Maxi y Dario presentes! ¡Libertad ya a todos los presos por luchar!