En la última Dictadura Militar, El 16 de septiembre de 1976, la Policía Bonaerense y el Batallón 601 del Ejército organizaron el plan de secuestro, tortura y asesinato de jóvenes estudiantes secundarios organizados, militantes de un cambio social, contra la Dictadura y el capitalismo.
Durante las décadas del ´60 y los ´70 irrumpían en el mundo y la región distintas luchas como el Mayo Francés, el Cordobazo o la Revolución Cubana. La confluencia entre el movimiento obrero y el estudiantado, la influencia de las Revoluciones Rusa y China, la resistencia vietnamita y el anti imperialismo militante expresado en la figura del Che Guevara con su consigna “hagamos 1, 2, 3 Vietnam…”. El despertar de la juventud que se organizaba en diferentes expresiones políticas contra el capitalismo y la explotación, la opresión, por el socialismo, y que venía protagonizando enormes luchas en el mundo necesitaba ser enfrentado desde el terrorismo de Estado.
La Dictadura Militar, producto de un golpe de Estado cívico-militar, para mantener la explotación capitalista y derrotar el ascenso de luchas instauró un régimen de terror con asesinatos, desapariciones y secuestros. Y llevó adelante un plan económico, político y cultural, detallado en la conocida carta de Rodolfo Walsh, «Carta abierta de un escritor a la Junta Militar», distribuida el 25 de marzo de 1977, el mismo día que un grupo de tareas de la Dictadura lo acribilló e hizo desaparecer su cuerpo.
En la noche del 16 de septiembre de 1976, en La Plata, el Ejército y la Policía Bonaerense al mando de Ramón Camps y su mano derecha, Miguel Etchecolatz secuestraron a un grupo de estudiantes de entre 14 y 17 años, que se habían movilizado por el boleto estudiantil cuando la Dictadura Militar a poco de asumir, había suprimido este beneficio conseguido un año antes.
La operación de secuestro se llamó “La noche de los lápices”, como así lo expresa un documento de inteligencia encontrado varios años después en instalaciones de la Policía Bonaerense.
Del grupo de estudiantes secuestrados, seis fueron asesinados: Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel A. Racero y Horacio Ungaro. Los cuatro sobrevivientes fueron: Gustavo Calotti, Pablo Díaz, Patricia Miranda y Emilce Moler.
Un símbolo para las luchas estudiantiles y contra la represión
En 1982, luego de la derrota en Malvinas, la movilización del pueblo argentino terminó con la Dictadura y abrió el llamado a elecciones, y se dio comienzo a una enorme lucha democrática por juicio y castigo a los genocidas. Por el testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, se pudo conocer masivamente lo que fue “La noche de los lápices”, lo que aportó la base del guión para la película del mismo nombre que varias generaciones han visto. La película fue parte de cada homenaje durante años, reproducida en escuelas, por centros de estudiantes y profesores en la lucha por el Nunca Más. Las movilizaciones constantes, las marchas masivas de los 24 de Marzo y los 16 de Septiembre entre otras lograron en 1986 la condena de Camps a 25 años de prisión.
Luego en 1987, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final dictadas por Raúl Alfonsín permitieron que Camps nunca fuera a la cárcel hasta su muerte en 1994. Etchecolattz fue condenado en 1986 pero estuvo libre también, hasta que la incansable lucha popular por el Juicio y Castigo a los genocidas logra tirar abajo las leyes de impunidad de Alfonsín. En 2006 Etchecolatz fue juzgado y condenado en el juicio en que Julio López declara como testigo; en represalia desaparece por segunda vez en su vida, esta vez ya no en Dictadura sino bajo la democracia burguesa y durante el gobierno de Néstor Kirchner.
La movilización permanente en defensa de nuestras libertades democráticas, por el juicio y castigo a los genocidas, contra los casos de gatillo fácil y la represión policial, contra la represión del Estado necesita mantenerse viva y organizada a través de los centros de estudiantes. Con plena democracia estudiantil y con una firme convicción de unirse al movimiento obrero, a los movimientos sociales y de Derechos Humanos, con absoluta independencia del Estado, el Gobierno y los partidos patronales del régimen.
El 16 de Septiembre es una fecha muy simbólica de la lucha estudiantil y es parte de todas las peleas dadas durante la última Dictadura Militar. Refleja la necesidad de una organización estudiantil que retome las banderas antiimperialistas contra las reformas y los planes de estudio dictados por los organismos de créditos internacionales al servicio de sus intereses. Por los derechos al libre acceso a la educación y a la participación plena de los estudiantes en el diseño de su futuro. Por la unidad del movimiento estudiantil con el movimiento obrero para diseñar el conocimiento y la producción del país en la lucha por una economía planificada al servicio de las necesidades del pueblo trabajador. Que se recupere el petróleo, el gas, el transporte, la energía, los minerales, ríos y puertos, todo para una sociedad socialista que se construya a través de una revolución que tome en sus manos el gobernar sin ricos ni patrones.
Para todo esto, el 16 de Septiembre necesita mantenerse vivo en homenaje a aquellas y aquellos estudiantes que encabezaron la lucha por el boleto estudiantil y contra la Dictadura Militar. Y dar una pelea contra el ajuste en educación y salud, que ahora mismo están profundizando Sergio Massa y su segundo Gabriel Rubinstein y contra los males que lo originan: el acuerdo con el FMI y
el pago de la estafa de la Deuda.
Su actualidad está presente, y es por eso que hoy….¡¡¡Los lápices siguen escribiendo!!!