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¡A los caídos no los vamos a olvidar!

El sábado 4 de junio, se realizó en el local de SUTEBA Tigre, un acto recordando la “Masacre de Pacheco”; un atentado contra el local del PST de esa localidad, perpetrado el 29 de mayo de 1974 por matones de la banda fascista parapolicial Triple A; en el que fueron asesinados tres militantes: Oscar Dalmacio Meza, alias “Hijitus”, de 26 años; Mario “el Tano” Zidda, de 22, y Antonio Moses, “Tony”. Además, otras tres compañeras fueron secuestradas, golpeadas y luego liberadas. El acto contó con la presencia de militantes y luchadores de aquellos años y de la actualidad, dejando en claro la continuidad de la lucha de los compañeros caídos con las peleas del presente.

Perón contra los luchadores obreros

Los compañeros asesinados en Pacheco, pertenecían a una generación de luchadores que venía combatiendo duramente al imperialismo y sus agentes, a los militares y a la dirigencia burocrática de los sindicatos. Una generación forjada en duras peleas como el Cordobazo, contra la dictadura antiobrera impuesta en 1966.
Esas luchas dejaron a los militares políticamente agotados, por lo que la patronal y el imperialismo recurrieron a un último recurso para frenar a la clase obrera: Perón. El viejo caudillo, propuso un “pacto social”, intentando lograr que los trabajadores dejaran de luchar. Pero el nuevo activismo sindical no se dejaba engañar tan fácil, por lo que Perón, los jefes sindicales, las fuerzas armadas y la derecha recurrieron a una medida más drástica: atacar a esos luchadores con los métodos criminales de las bandas fascistas. Así nació la triple A, perpetradora de la Masacre de Pacheco.

El llamado a la autodefensa

La triple A quería barrer con todos los luchadores obreros, estudiantiles y populares que venían cerrándole el paso a la penetración imperialista. Por esa razón el PST – partido del cual el PSTU es sucesor- estaba en la mira: era un partido conformado por algunos de los mejores luchadores, cuyo programa -de ruptura abierta con el capitalismo- estaba en oposición absoluta a los planes del imperialismo y sus agentes locales. De hecho, para cuando fue el ataque al local de Pacheco, el PST ya había sufrido varios atentados, amenazas y agresiones.
Tal es así que, en el funeral de los compañeros, Nahuel Moreno -dirigente del PST y fundador de nuestra corriente- llamó a toda la izquierda a unirse para defenderse y aplastar a los matones fascistas de la triple A, formando brigadas de autodefensa, planteando que no queremos la unidad para acompañar los cortejos, sino para defender en forma conjunta los locales, los periodicos y los militantes amenazados, ya que “al fascismo no se lo discute, se lo combate”. Desgraciadamente, este llamado no se pudo concretar porque las principales organizaciones no respondieron.

Lecciones para el presente

Lejos de ser un hecho del pasado, la Masacre de Pacheco es parte de las luchas del presente. Y no solo porque los instigadores de la triple A sigan en libertad o incluso en el poder, o porque el aparato represivo estatal y para estatal siga siendo igual de asesino, como lo prueban desde los asesinados el 19 y 20 de Diciembre hasta Mariano Ferreyra; sino porque esos compañeros fueron asesinados por querer ganar a lo mejor de la clase obrera para construir un partido de trabajadores que guíe a las masas en la lucha contra el imperialismo y sus agentes, en la lucha revolucionaria por una argentina y un mundo socialistas.
Por esa razón, más allá de meter presos a sus asesinos, la mejor forma de hacer justicia por estos compañeros, de mantenerlos vivos, es continuar esa tarea, la tarea de darle a la clase obrera la herramienta política que necesita para su liberación, para reconstruir el mundo sobre nuevas bases. Quienes formamos parte del PSTU y la LIT-CI tenemos el honor de luchar por ver cumplida esa tarea
Hijitus, Toni, el Tano ¡Hasta el socialismo siempre!