Esta semana el gobierno dejó más que claro para quien gobierna: las empresas petroleras que controlan el gas exigieron que se les “compense por el desfasaje cambiario del dólar” y Macri respondió volcando sobre nuestras espaldas ese pedido. Primero intentó que los usuarios paguen por dos años el aumento en sus facturas, pero ante el descontento popular decidió que los $200.000 millones los pondrá el Estado, es decir nosotros.
No hay mejor descripción de lo que significa el romance con el FMI que ésta decisión, los trabajadores tienen congeladas las paritarias, muchos están suspendidos o despedidos. Los servicios de luz y gas envían boletas que superan los 4000 pesos, el transporte aumenta de nuevo, las horas de espera en los hospitales son muchas porque no hay personal, los medicamentos están inalcanzables… pero la compensación es para los empresarios.
Así de claro es el plan del gobierno y el FMI, el presupuesto que se discutirá en el congreso el próximo 24 sólo prevé aumentos para pagar los vencimientos de deuda externa (lo que nos “prestó” el fondo para pagar deuda anterior), compensaciones a las empresas y reducción del gasto público. Es decir, nada para las escuelas, hospitales, planes asistenciales, jubilaciones y despidos masivos a empleados estatales. El presupuesto 2019 destinará en el plan para combatir la violencia machista sólo $10 por año por mujer y $200 millones para refaccionar la casa rosada.
Un presupuesto de todos los gobernadores
Aunque algunos sectores del peronismo se ubiquen como opositores, todos los gobernadores se han sentado a la mesa para acordar con el gobierno cómo implementar un presupuesto que sólo traerá más penurias para el pueblo.
Ante promesas de algunas concesiones, desde Alicia Kirchner (Sta. Cruz) hasta Juan Manuel Urtubey (Salta) las provincias ajustarán más sus cajas estatales para que Macri pueda llegar al 2019 y aplique el plan del FMI. A pesar de las quejas, aseguran que votarán el presupuesto, lo que significa niveles de mayor ajuste como en Santa Cruz que los docentes pasan meses sin cobrar o como en Neuquén con la reforma jubilatoria que intentan imponer con represión.
La salida no es electoral…no podemos esperar al 2019
Más allá de las explicaciones de los diarios o noticieros, el ajuste se siente en las casas obreras y populares. Cada día que pasa es de más hambre y eso no puede esperar al año que viene. No hay más margen en la vida cotidiana para esperar que las vertientes del peronismo “armen sus listas” o que Cambiemos piense en un recambio.
El pasado 25 de septiembre hicimos una muestra de la fuerza que tenemos con el parazo general que recorrió el país, ese es el camino a profundizar y no la salida electoral. No hay nada que esperar y ya deberíamos estar preparando un paro de 48hs junto a un plan de lucha para echar a Macri y el FMI.
La CGT tiene que dejar de sentarse con el FMI para sostener a Macri y salir a pelear en serio por los derechos de los y las trabajadoras. Es muy lejos un paro general en noviembre, ¡rompan con el gobierno y organícenlo ya mismo!
El nuevo Frente Sindical por el Modelo Nacional que encabeza Moyano, junto al 21F dicen querer enfrentar este plan, cuestionando a la propia CGT. Si en verdad quieren ir en ese sentido que organicen ya mismo asambleas en los lugares de trabajo, coordinando con todos los sectores en lucha, no para ir a Luján como plantean sino para organizar la lucha contra Macri y su plan desde abajo. La unidad del movimiento sindical no es para ponerle candidatos obreros a las internas del PJ sino que debería ser para convocar a una asamblea nacional de trabajadores que organice la lucha y tome las riendas del país.
Los principales partidos de izquierda, como el PO, el PTS y la IS, lamentablemente están más preocupados por la campaña electoral del año que viene, que en impulsar la unidad en la lucha. Por eso hicieron sus actos por separado, un año antes de las elecciones.
El 24 todos al Congreso
La batalla más inmediata que tenemos para derrotar a Macri es la del presupuesto el próximo 24 de octubre, tenemos que salir de a miles a tirarlo abajo. Tenemos que luchar por conseguir trabajo para todos, salud y educación de calidad. Basta de pagar la deuda, de “compensar” a los empresarios y especuladores financieros.
La lucha debe ser contundente y masiva, el presupuesto 2019 no debe pasar y para eso no podemos confiar en ese Congreso, el mismo que votó la reforma previsional y que impidió el aborto legal. No podemos quedar a mitad de camino ni sólo hacer vigilias como en agosto, aprendamos de nuestras propias experiencias y organicemos jornadas como las de diciembre, que no pase el presupuesto depende de la fuerza de la lucha.
Los sindicatos educativos llaman a parar y movilizar el 24 a Congreso y eso deben hacer todos los sectores en lucha, los estatales, trabajadores de astilleros, los jóvenes estudiantes, las mujeres y los movimientos sociales. Llevar todas las luchas a una sola batalla común y masiva para que sepan que no pasarán.
Hay que ser conscientes de que no alcanza sólo con ir, el gobierno quiere pasar el ajuste con represión y criminalizando a los luchadores. Hay que responder a la altura de semejante ataque. Desde cada asamblea debemos coordinar y preparar la autodefensa para defender nuestros derechos. No podremos derrotar el presupuesto y echar a Macri sin derrotar la represión. Por eso, si tenemos que seguir el camino de las jornadas de diciembre pasado, la pelea por la libertad a Daniel Ruiz debe estar presente más que nunca en esta convocatoria. Porque se trata de un preso político de Macri que los medios quieren ocultar, un símbolo de la resistencia obrera y popular que se encuentra injustamente detenido por el solo hecho de manifestarse ese histórico 18D.
Bajo esta bandera también debemos pelear por la libertad Milagro Sala, Jones Huala y los presos por luchar. Por el desprocesamiento de Arakaki, Ponce y los dirigentes estatales que luchan junto a los trabajadores de Astilleros, contra la persecución a Sebastián Romero y a todos los luchadores.