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AISLAMIENTO SOCIAL SÍ,REPRESIÓN AL PUEBLO NO

A raíz de la cuarentena impuesta por el coronavirus, el gobierno nacional y los provinciales han sacado a las Policías, la Gendarmería y la Prefectura a patrullar las calles y controlar rutas y puntos de acceso a las ciudades. En barrios de Quilmes y La Matanza enviaron al Ejército a repartir comida. Amplios sectores de clase media y de trabajadores han visto bien estas medidas. ¿Es realmente útil y necesario el control de las calles por las fuerzas represivas? ¿Las FFAA y represivas pueden cumplir un rol “progresivo” bajo un gobierno “nacional y popular”?

Los medios de comunicación muestran en “cadena nacional” a un rugbier, un surfista e incluso un empresario gastronómico irresponsables llevados presos.  Respaldan así el discurso oficial de que la medida es necesaria para garantizar el cumplimiento del aislamiento social obligatorio contra la irresponsabilidad y el individualismo de sectores minoritarios.

Pero la realidad de las barriadas populares es muy distinta y se parece más bien a un virtual estado de sitio. Gracias a las filmaciones de vecinos y la circulación en las redes se multiplican por decenas las imágenes de las fuerzas de seguridad entrando como un ejército de ocupación a los barrios obreros; humillando, amedrentando, golpeando, pateando criaturas, llevándose detenidos a trabajadores que habían salido a hacer una compra o a trabajar, como los jóvenes precarizados de las empresas de delivery,  y hasta disparando contra la población. Las escenas son similares tanto en villas de CABA o barrios pobres del Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán o Mendoza. Muy distinta es la actitud de esas fuerzas represivas en los barrios ricos, donde difícilmente “incomodan” a nadie o ni siquiera entran, como en los countries. Mucho menos vimos llevarse presos a los empresarios denunciados por hacer trabajar y romper la cuarentena a sus trabajadores, pese a que sus empresas no realizan ninguna de las actividades esenciales.

¿Por qué están las FFAA y de seguridad en las calles?

Queda claro entonces que este despliegue de fuerzas represivas no tiene como finalidad principal controlar el cumplimiento de la cuarentena sino intimidar al 34%  que está bajo la línea de pobreza. Funciona como una advertencia de represión más violenta y generalizada previendo que el hambre, la falta de medicamentos y atención sanitaria se va expresar con toda crudeza en los sectores más empobrecidos. Y que la bronca y la deseperación pueden crecer y transformarse en lucha y organización. Porque no hay forma de hacer frente a las necesidades que impone la crisis del coronavirus sin aplicar medidas de emergencia, dejando de pagar la deuda externa y afectando las ganancias y propiedades capitalistas. Un camino que el gobierno del FdT es incapaz de tomar porque responde a esos mismos intereses patronales, aunque “rete” a Techint para la tribuna.  

El complemento de este despliegue intimidatorio es el envío del ejército a algunos barrios a distribuir comida. Es la continuidad de la política expresada en el repudiado discurso de Alberto en un acto militar, donde pidió “dar vuelta la página” de los crímenes de la dictadura. Y además  reivindicó a las FFAA llamando “inconducta de algunos” esos crímenes. El gobierno sabe que el odio a los genocidas y a las FFAA permanece enraizado en el pueblo argentino y que le sería muy difícil utilizarlas en la represión sin exacerbar peligrosamente ese odio. Por eso trata de hacer ese desembarco con “rostro humano”, intentando mostrar que bajo su gobierno “popular” el rol de los militares puede ser beneficioso para los trabajadores. Creemos que sería un trágico error confiar en esto. El lobo vestido con piel de cordero sigue siendo lobo.

A quiénes sirven las FFAA y represivas

Luego de la derrota de la dictadura genocida en 1982, cerrar la crisis de las FFAA y “reconciliarlas” con el pueblo fue una preocupación de todos los gobiernos, desde Alfonsín hasta la actualidad. Eso no es casualidad. Todos ellos han continuado con el sometimiento del país a los organismos financieros internacionales, a las multinacionales y gobiernos imperialistas al igual que los militares. Para poder aplicar esos planes de ajuste y saqueo de nuestras riquezas terminaron recurriendo a la represión ante la resistencia obrera y popular. Pero si bien los trabajadores perdimos muchas conquistas, sufrimos derrotas, tuvimos decenas de muertos, como los del Argentinazo o Rafael Nahuel y Santiago Maldonado más recientemente; presos por luchar como Daniel Ruiz; y miles de procesados y perseguidos como Sebastián Romero, nunca lograron imponernos todos sus planes. 

Seguramente los grandes empresarios que hoy ven amenazadas sus ganancias y temen que el pueblo se harte de sus sufrimientos y salga a imponer sus demandas, deben añorar los “viejos tiempos” en los que podían recurrir a las FFAA para imponer orden mediante los golpes militares. Porque lo que no podemos perder de vista es que tanto con dictaduras como en democracia son ellos, la clase capitalista, la que controla el Estado al servicio de sus intereses. Son el famoso “círculo rojo”, un puñado de chupasangres que podemos simbolizar en Rocca, Macri, Bulgheroni o el grupo Clarín, que se enriquecieron con todos los gobiernos junto a las multinacionales y banqueros. Tienen a su servicio dirigentes políticos como Alberto, y partidos como el FdT o Cambiemos, instituciones como el Congreso y la Justicia, a los burócratas sindicales vendidos, los medios de comunicación y los partidos reformistas. Pero cuando el pueblo trabajador se rebela y le da la espalda a este enorme andamiaje de estafa, mentira y robo, esa pequeña minoría de explotadores solo puede sostener su poder reprimiendo a sangre y fuego para defender sus privilegios. Ahí es donde se rebela la verdadera finalidad de las FFAA y de seguridad como brazo armado del Estado capitalista, tal como pudimos ver en Ecuador, Chile y Bolivia. 

Por eso nada bueno podemos esperar de la ocupación de  las calles y barrios por las fuerzas represivas. Tenemos que exigir que se retiren. Para garantizar condiciones dignas para la cuarentena en defensa de nuestras vidas, lo que necesitamos es que nadie pase hambre ni le falte atención sanitaria. Para eso las medidas del gobierno son totalmente insuficientes. Tenemos que exigir un verdadero plan de emergencia. Y tenemos que organizarnos en los barrios en comités democráticos con delegados por cuadra para lograr nuestros reclamos y cuidar la vida, la salud y seguridad del pueblo trabajador. 

Luis Maza

04 de Abril de 2020.-