El intento del gobierno no es simplemente “más de lo mismo” en relación al ajuste. El anuncio de la reforma del convenio de los petroleros en el yacimiento de Vaca Muerta es una muestra. Allí firmaron un acuerdo, con el aval del burócrata sindical traidor Guillermo Pereyra, para quitar conquistas históricas de los trabajadores petroleros. Para servir en bandeja nuestros recursos al saqueo de las multinacionales pretenden imponer un nuevo régimen laboral que no solo baja el salario de los trabajadores a la mitad, que los obliga a trabajar una jornada más larga, a hacer el mismo trabajo con menos personal, sino que también aumentando el riesgo de accidentes laborales y de muerte.
No es un ataque a los petroleros de Vaca Muerta solamente. El gobierno ya anunció que reformas similares pretende aplicar en el conjunto de los gremios para hacerlos “competitivos”, es decir para asegurarles más explotación y más ganancias a los patrones. Todo esto con el verso de que así habrá más trabajo, cuando en realidad lo que vamos a tener es los mismos o más despidos y suspensiones mientras los que sostengamos el laburo lo haremos por sueldos menores y en peores condiciones. Para avanzar con este ajuste el gobierno cuenta con la inestimable complicidad de la burocracia sindical de la CGT unificada. Ante el intento de liquidar los convenios laborales, los dirigentes hacen alguna que otra tibia declaración en los medios de comunicación, mientras tanto dejan pasar las medidas y abandonan las luchas en curso a su suerte. Los dirigentes de la CTA declaran un poco más fuerte y hacen alguna medida aislada en sus gremios, pero se cuidan muy bien de impulsar algún tipo de organización que unifique las luchas.
Por su parte la oposición patronal es parte del circo. Desde Massa hasta los kirchneristas, todos tienen como única respuesta a las penurias que estamos pasando los trabajadores y el pueblo pobre pedir el voto para las próximas elecciones. Incluso sectores de la izquierda caen en la trampa poniendo por delante sus disputas electorales a la unidad para luchar.
Organicemos la resistencia desde abajo
Los trabajadores y el pueblo siguen dando heroicamente muestra de su predisposición a luchar contra estos ataques. Incluso pesar del aislamiento y el abandono de los dirigentes. Así lo hicieron los trabajadores tomando el CONICET o el Ministerio de Educación, así lo hace el valiente pueblo Mapuche enfrentando las balas de los gendarmes lamebotas de Benetton, los gráficos de AGR-Clarín y los trabajadores de centenares de fábricas que enfrentan los despidos y suspensiones.
Para poder ganar no falta predisposición. Lo que necesitamos es unir todas las luchas contra el enemigo común. Necesitamos organizarnos para pelear todos juntos contra el plan del gobierno y las patronales hasta derrotarlo. Imponer desde abajo que las centrales y sindicatos dejen de ser cómplices, por acción u omisión, del plan de ajuste. Hacerles sentir que vamos a luchar ¡con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes!
Confiando en nuestras propias fuerzas los trabajadores tenemos que organizar cada lugar de trabajo y, junto con aquellas direcciones que estén dispuestas a enfrentar en serio el ajuste, impulsar un gran plenario o congreso obrero y popular que discuta y prepare el plan de lucha nacional unificado que necesitamos para derrumbar el plan de ajuste e imponer un plan obrero y popular.
Desde el PSTU te invitamos a organizarnos juntos, en cada fábrica, oficina, repartición, facultad, escuela o barrio para preparar y dar juntos esta pelea. ¡Manos a la obra!