AÑO NUEVO, SUELDO VIEJO

Hemos transitado todo un 2022 con dos problemas latentes: la inflación y por otro la carestía de vida ya que los salarios no alcanzan. Como siempre las patronales y el gobierno nos buscan ajustar a la clase trabajadora, ya sea ocupada, desocupada o jubilada. Porque si no es con la inflación es con una devaluación del peso frente al dólar, con el impuesto a las “ganancias” de nuestro sueldo o por el impuesto a los «bienes personales».

Las empresas petroleras cotizan en dólares

Todos sabemos que las grandes empresas productoras o de refinación realizan sus movimientos y hacen contratos a valor dólar. Tanto para el mercado interno como cuando exportan lo hacen a valor internacional y de esa manera aumentan aún más sus ganancias.

¿Y a los trabajadores como nos cotizan?

Ahí está gran parte de la trampa que nos impusieron y que los gremios no quieren romper porque les llega siempre algún aporte de las empresas con la excusa de “obra social, mutual, recreación o turismo”. Ésa trampa tiene nombre: paritaria.

Hace unos días un informe de la universidad de avellaneda mencionó que los salarios privados desde 2015 acumularon hasta 2022 una pérdida de 16% de poder adquisitivo, con los públicos cayendo cerca de 23% y los informales cediendo alrededor de 37%.

Debemos reflexionar sobre porqué los trabajadores y trabajadoras perdimos en los últimos 7 años y las empresas ganaron como nunca (algunas con récords históricos).

Las paritarias que nunca le ganaron a la inflación

Para hacernos perder poder adquisitivo año a año se utilizó la paritaria como una trampa enorme. Los salarios se ajustan con porcentajes basados en el salario al inicio de la paritaria (por ejemplo Abril 2022) pero se terminan de pagar un año después. Con una inflación de más del 100% es fácil darse cuenta porque perdemos. Mientras los porcentajes van un año atrasados, el aumento de los precios se hace mes a mes, semana a semana y hasta día a día de forma acumulativa. Ahí está la trampa: la inflación es acumulativa mes a mes y los aumentos salariales no. Son del mes que fijan las empresas y los sindicatos. Ésa es la razón por la cual nunca nos alcanza. Pero nadie quiere terminar con ésa mentira. Ni el gobierno, ni las empresas ni los sindicatos.

Se puede revertir la situación

 

 

En los próximos meses se reabren las discusiones salariales. Habrá revisiones. Los sindicatos venderán que conquistaron aumentos del 10, 20 o 30%, pero sobre el salario de hace un año. Ya va siendo hora de que se realicen asambleas resolutivas en cada lugar de trabajo y que se elijan los representantes que van a la mesa de revisión salarial con el gobierno y las patronales.

Pase lo que pase, sabemos 2 cosas fundamentales:

  • La primera es que ninguna conquista obrera viene del cielo, hay que luchar y por eso se debe votar un plan de acción. Nadie nos regaló las vacaciones pagas, el aguinaldo, los aumentos ni las condiciones de trabajo que aún conservamos en la mayoría de los trabajos formales. Todo eso y más se consiguió luchando, con paros, ocupaciones de fábrica, marchas, huelgas y enfrentamientos.
  • La segunda es que la única manera de que no perdamos poder adquisitivo es que se logre que el salario básico en la industria empiece con el valor de la canasta familiar y sea indexado (aumentado) automáticamente cada 15 días acorde a la inflación. No hablamos de mejorar la situación económica de los trabajadores, sino tan sólo de no perder.

Que no nos usen las empresas y sus contratistas

Hace varios días que muchas contratistas petroleras no cumplen con los acuerdos salariales en varias provincias y lo hacen para que se aproveche cada conflicto obrero donde los trabajadores ponemos el cuerpo para renegociar sus propios contratos.

Por ello debemos confiar sólo en nuestra propia fuerza y bregar por la estatización de la industria petrolera bajo control obrero y así poder conquistar salarios dignos, más puestos de trabajo para nuestros hijos, hijas, familiares, para cuidar el medio ambiente pero sobre todo para que seamos los trabajadores y trabajadoras quienes decidamos de una vez por todas en forma democrática y con firmeza. Es el único camino para que las riquezas naturales no se vayan en forma de dólares a los bolsillos de las empresas multinacionales mientras a los trabajadores y nuestras familias nos queda empobrecernos y pagar las consecuencias del negocio de las empresas y los gobiernos de turno.

Los trabajadores dan pelea

A pesar de que muchas ramas de la industria acusan datos de crecimiento, inversiones y contratación de mano de obra, la mayoría lo hace de forma precaria. Además las empresas buscan despedir activistas de forma selectiva para marcar la cancha como está pasando en el puerto de Rosario. En otros sectores con la excusa de los avances tecnológicos (como en los peajes) o «cambios» en la estructura de la empresa (como en ABB) las patronales avanzan con despidos. Aún así y teniendo conducciones sindicales que no respetan la democracia de base ni buscan unir las luchas y reclamos, los trabajadores se abren camino. Así es el ejemplo de los empleados de AUBASA que han logrado que el SUTPA (conducido por Facundo Moyano) levante las barreras en pleno pico de transito a la costa (del 1 al 6 de Enero) incluso incumpliendo una conciliación obligatoria. La empresa, junto al gobernador Kicillof, respondieron amenazando con quitarles la personería gremial en un claro acto de persecusión.

Por su lado los portuarios de Rosario, agrupados en el SUPA, impulzaron una lucha contra 25 despidos y lograron 20 reincorporaciones pero la patronal dejó en la calle a 5 compañeros. Por eso siguen las medidas y bloqueo de portones bajo amenaza de represión.

Otro ejemplo lo protagonizan los vecinos de los barrios «La Palangana» y «La Resistencia» que fueron reprimidos por la policía y lograron liberar a casi todos los presos llamando a la unidad e insistiendo en la ocupación de tierras.

En todos los casos las empresas junto a los gobiernos actúan juntos contra los trabajadores y vecinos. Por su parte la CGT y CTA miran para otro lado. En todos los casos la lucha y la unidad son el camino. De la mano de la organización de los trabajadores en comisiones, comités de lucha y decidiendo las medidas en asamblea, desconociendo conciliaciones obligatorias y resistiendo los desalojos. Nos solidarizamos con las luchas en curso y llamamos a los trabajadores a apoyarlas porque si ganan los reclamos estaremos en mejores condiciones para pelear lo que viene.