Massa no es opción para derrotar a la “derecha”
Esta semana, Izquierda Socialista (IS) lanzó un comunicado en el que -aunque declaran respetar a quienes llamamos a votar en blanco, impugnar o no votar- convocan a emitir un voto crítico por Sergio Massa para que no gane Javier Milei. Argumentan que este último personaje es un “facho” que “encarna un proyecto ultraderechista y retrógrado”.
En toda la declaración brilla por su ausencia la centralidad de la única y verdadera salida para la crisis: la lucha obrera y popular contra el FMI y sus agentes, contra la represión gubernamental y el entreguismo y traición de los dirigentes. Una salida que debería ser el centro de todas las propuestas de un partido revolucionario y trotskista, particularmente en una situación como la actual.
Sin embargo, los compañeros de IS parecen haber olvidado que si los revolucionarios les decimos a los trabajadores que para frenar a la ultraderecha no hay que luchar contra ella, sino votar a la derecha “no ultra”, difícilmente el día de mañana podamos convencerlos de que la democracia de los ricos no es nuestra democracia. Menos aun lograríamos que concluyeran que hay que derrocarla para imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Cayendo ante el pacifismo y la legalidad patronal
Por el contrario, la declaración de IS va en el sentido opuesto. Las livianas acusaciones de “fachos” a unos candidatos con chances de ganar, no conducen a una convocatoria a organizar la autodefensa. A pesar de todo lo que nos enseñó nuestro maestro en común, Nahuel Moreno, de que “al fascismo no se lo discute, sino que se lo destruye”
Frente a las nefastas posturas de Milei respecto de la Dictadura, las privatizaciones, y demás, la declaración de IS hace más énfasis en votar a Massa que en organizar movilizaciones y exigirle a los dirigentes sindicales y populares que convoquen a planes de lucha.
Como para redondear, en el pacifismo que salpica toda la declaración, se critica a Milei por defender el libre porte de armas, en lugar de convocar a las organizaciones obreras y populares a empezar a organizar grupos de autodefensa ni bien se aprobara esa ley, para hacerle frente a la represión legal o clandestina.
Abandonando la independencia de clase
Pero lo más grave de todo, es que en lugar de dialogar tanto con los trabajadores que votaron a Massa por miedo a Milei, como con los que votaron a Milei por rechazo a Massa, la postura de IS le cede a las supersticiones de los primeros.
Sabiendo que quienes votaron tanto a un candidato como al otro están disconformes con la situación desastrosa que venimos sufriendo, los revolucionarios tenemos proponerle a ambos sectores, no dividirse en torno al apoyo a los dos agentes del FMI enfrentados, sino unirse para luchar contra ambos, ahora y después del balotaje.
En este momento de la historia, con una burguesía que casi no puede controlar su decadencia. El camino para construir una alternativa política propia de los trabajadores arranca por denunciar la trampa del balotaje. Votar al Gobierno cuyo ajuste hizo crecer a la alternativa derechista de Milei es entrar en un ciclo sin fin. Ceder a las presiones del peronismo kirchnerista, no nos permite hacernos respetar por su militancia de base, ni nos ayuda a construir esa alternativa.
Seguir el camino de Trotsky y Moreno
No se trata de enredarse en discusiones de principios para mandar la pelota afuera: acá es necesario ver la realidad de la forma en que nos enseñaron nuestros maestros.
No es el movimiento de masas el que está en crisis, sino la burguesía y sus partidos. La clase obrera no fue derrotada. Si la política es el arte de concentrar las fuerzas propias y dividir las ajenas, hay que tener consignas que unan a nuestra clase y la pongan en movimiento contra los explotadores. Caso contrario, esa eterna pulseada que es la lucha de clases puede variar, y dar lugar a una terrible ofensiva patronal. Por eso mismo llamamos a la militancia y la dirección de IS a rever esta postura y corregirla: como nos enseñó Moreno, tenemos que saber corregir nuestros errores cuando nos equivocamos. En los días que vienen, semejante rectificación es más que necesaria.