Desde la importación del virus del COVID 19 allá por marzo, se han ido incrementando los casos de manera exponencial. Con el correr de los días, el Gobierno Nacional de Alberto Fernández junto al Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, han ido cumpliendo con los pedidos de las empresas de dejar de lado el Aislamiento Social. Lo único que quieren es seguir llenándose los bolsillos con la apertura de la actividad económica, aunque cada día hay más trabajadores infectados. Por eso, si bien ellos hablan de una cronología de fases (Fase 1, Fase 2, etc.), desde estas páginas sentenciamos que asistimos a una “Fase Empresarial”. La prioridad no es la salud de la población, sino las ganancias de las empresas.
Vamos a descender unos metros bajo tierra, para saber qué pasa dentro del Subterráneo de Buenos Aires y cómo se ha vivido este proceso.
Metrovías aprieta.
El Subte, al tratarse de un servicio de transporte, fue considerado como actividad esencial desde el principio. Los trabajadores nunca dejaron de prestar servicio, pese al peligro de contagio que ello implica.
La actitud de la Empresa concesionaria, Metrovías S.A., fue y sigue siendo completamente mezquina. Trabajadores de Estaciones de las líneas B y E han denunciado la falta de provisión de elementos de protección, de cronogramas de desinfección y de contratación de personal. Los reclamos generaron un conflicto gremial, el cual terminó con tres delegados de la línea E detenidos en una comisaría. Esto sólo se puede interpretar como un castigo por defender a sus compañeros. Metrovías fue clara al mostrar qué les pasa a quienes salen a luchar, con el fin de meter miedo.
Luego fue por más, presionando con llamados telefónicos y pedidos de certificados médicos a los/as compañeros/as que estaban con las licencias correspondientes por Decreto Presidencial. Es decir, mayores de 60 años, con enfermedades crónicas y con hijos/as en edad escolar. Continuó apretando a quienes iban a trabajar, ya sea con suspensiones o intentando modificar el esquema de trabajo de emergencia. Esto generó un conflicto en la Línea C, que se vio afectada con la detención del servicio por parte de Metrovías, pero culpando a sus trabajadores. Y como si fuera poco, se niega abrir las paritarias cuando todo este tiempo no ha parado de ganar.
El Gobierno premia a los villanos.
Esta actitud de la patronal fue totalmente avalada por el Gobierno. Alegando pérdidas por la pandemia, y con un acuerdo firmado por la UTA (Unión Tranviarios Automotor), Metrovías logró evadir aportes patronales a la ANSES por el 40% del salario de los trabajadores y mantener las paritarias cerradas. Es decir, los dueños de Metrovías, los Roggio, siguen aumentando sus ganancias a costa de los derechos de sus trabajadores.
La situación es cada vez más angustiante, ya que los contagios crecen sin cesar. Superan los 100 casos en todas las líneas y lamentan la pérdida irreparable de 2 compañeros de la Línea D y uno de la C.
¿Y la dirección sindical?: “cri cri”
Frente a esta situación, la dirección sindical de AGTSyP (Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro) tuvo una política con la cual queremos polemizar. En primer lugar, salió a hacerse cargo de ser un servicio esencial con la política de “Yo no puedo quedarme en casa”. Esto nos parece un grave error, ya que por ejemplo Roberto Pianelli, como Secretario de Salud Laboral de la CTA, está en inmejorables condiciones de organizar la pelea desde la Central para reducir las jornadas laborales y obligar a las empresas y hospitales a que garanticen el traslado de sus trabajadores. Luego fue aceptando las diferentes presiones de la empresa con el argumento de que “por estar en crisis mucho no se puede hacer”. Este manejo de la dirección sindical ha generado cierto malestar entre los compañeros y una reaparición del gremio de la UTA firmando acuerdos por bonos e incluso por el aguinaldo.
Más que nunca es necesario organizarse
Sabemos que muchos, viendo la actitud pasiva de la dirección de AGTSyP, están desmoralizados y ven al sindicato como una herramienta insuficiente e incluso les dan ganas de desafiliarse. Pero en este momento, eso sólo beneficiaría a Metrovías.
Nos parece que el camino lo muestran los Metroviarios de San Pablo en Brasil. La empresa estatal quiso recortarles el salario en un 10% y quitar otros derechos. Ante la amenaza de huelga con piquetes y bloqueos por parte de sus trabajadores encabezados por su sindicato, la empresa y el gobierno dieron marcha atrás con su actitud, haciendo una propuesta que envió a la conducción del sindicato a las 12 de la noche. Esta fue aceptada mediante la realización de una asamblea virtual a esa hora, que contó con 1794 trabajadores que votaron levantar el paro.
Los trabajadores necesitan conversar cuáles son sus necesidades y qué medidas tomar en una asamblea general. Y ahí decidir qué exigirle al sindicato para que lleve adelante los reclamos de todos.
Es evidente que el protocolo para protegerse del virus es insuficiente, que es necesario discutir las paritarias y que no pueden seguir persiguiendo a quienes toman medidas de lucha.
¡Asamblea general virtual de todos los trabajadores para empezar a discutir sus necesidades!
¡Mayores cuidados garantizados por la empresa y controlados por los trabajadores para no contagiarse!
¡Pase a planta permanente de todos los contratados!
Ante el aumento de precios de los alimentos y la inflación general, ¡reabrir la paritaria!
¡Aumento de salario, recuperarlo sin sumas en negro!
¡Ninguna persecución a los que se defienden de los atropellos de Metrovías!