Hoy 17 de octubre de 2014, a casi 6 años de su desaparición, fue hallado el cadáver de Luciano Arruga, un joven de 16 años que fue secuestrado por la policía el 31 de enero de 2009. Fue encontrado en el cementerio de la Chacarita, donde estaba enterrado como NN.
Luciano vivía en un asentamiento de Lomas del Mirador y era constantemente amenazado y golpeado por la policía para que robe para ellos, Luciano se negó y a cambio la policía lo secuestró, lo torturó y lo desapareció.
Hay testigos e infinidad de pruebas que demuestran los hechos, sin embargo, ni el Gobierno nacional ni provincial, ni la justicia, hicieron nada al respecto. Al contrario, ocultaron sistemáticamente lo sucedido y en marzo de este año, el Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Granados, levantó la sanción que pesaba sobre los 8 policías implicados en la causa.
El caso de Luciano pone al descubierto una vez más como la policía utiliza a los jóvenes, a quienes el Estado capitalista no les garantiza trabajo ni educación, para el negocio del narcotráfico y el robo organizado. El de Luciano no es un caso aislado, ya hay 200 jóvenes desaparecidos en democracia.
Y, a su vez, este caso muestra como las fuerzas represivas no generan más seguridad sino más delito organizado, y que lejos está el aumento de efectivos policiales de solucionar el problema de inseguridad.
Pero además deja al descubierto el funcionamiento del conjunto del sistema, con justicia que encubre a los ricos y deja impunes los crímenes contra los pobres, con funcionarios políticos que hacen “la vista gorda” ante las denuncias de represión.
Y los gobiernos dejan pasar la impunidad porque son parte de la mafia organizada, del narcotráfico, de la trata de mujeres para explotación sexual y de la venta de armas. Dejan pasar la impunidad porque son las mismas fuerzas represivas que luego ellos utilizan contra los que luchan y enfrentan sus planes de ajuste y saqueo.
La aparición del cuerpo de Luciano es un logro de la lucha incansable de su familia, de su hermana Vanesa, de su mamá Mónica, de todos los familiares de los jóvenes victimas del gatillo fácil y de las organizaciones de derechos humanos y partidos políticos de izquierda que las acompañaron.
Los nuevos peritajes indicarían que Luciano fue atropellado por un auto y luego atendido en el Hospital Santojanni el día de su desaparición, hospital al que se acercó la madre esa misma noche y donde le dijeron que no estaba.
Los medios de comunicación hablan de accidente de tránsito, pero más allá de que haya sido atropellado o no, esto no borra ni aminora el accionar policial, ni el de todas las instituciones (justicia, funcionarios) que no actuaron para averiguar lo sucedido ni para castigar a los responsables.
Con la aparición del cuerpo de Luciano, la familia y quienes acompañaron la búsqueda pueden realizar un duelo que les habían negado pero como dijo Vanesa en la conferencia de prensa, aún falta saber toda la verdad para que los responsables sean castigados y los jóvenes pobres, de las clases populares, no sigan falleciendo en las manos de la policía asesina y del Estado.
Seguiremos acompañando la lucha por el esclarecimiento de la muerte de Luciano y de todos aquellos jóvenes muertos por la represión policial.
– ¡Juicio y castigo a todos los responsables!
– ¡Cárcel a los policías implicados!
– ¡Que se investiguen y castiguen las complicidades políticas!
– Ninguna confianza en la justicia de los ricos. Por una comisión investigadora independiente integrada por los familiares, amigos y luchadores sociales y de DDHH.
– ¡Desmantelamiento del aparato represivo!
PSTU
17/10/2014