2018 empezó con nuevos ataques a la salud y a la educación. La CGT y ambas CTA dieron ventaja a Macri al no llamar a la huelga general. Tampoco hay plan de lucha de docentes y estatales, ni siquiera ante cierres de escuelas (por ejemplo, en Tigre o las 39 escuelas rurales) o despidos, como en el Hospital Posadas.
Para las mamás y papás trabajadoras/es, es un alivio no perder el turno en el hospital o empezar las clases sin muchos paros. Sin embargo, los problemas seguirán y las huelgas también.
Macri prometió en campaña: “Porque son un ejemplo para los chicos todos los maestros van a ser respetados, cuidados y bien remunerados. Ése es mi compromiso”. Y algo parecido para trabajadores/as de salud.
Nada que ver con el escaso aumento que ofrece hoy y el hostigamiento contra quienes luchan. Vidal y los demás gobernadores los acusan de abandono. Nunca dicen cuántas clases, cuántas vidas se pierden por falta de presupuesto: techos que se llueven, agua contaminada, pozos ciegos que rebasan, aparatos que no funcionan, ambulancias que no llegan. ¿No lo saben?
Culpan a los/as trabajadores/as de la baja calidad educativa y de atención de salud. Según el INDEC, 1 de cada 3 habitantes del país es pobre. ¿Puede haber educación o salud de excelencia con hambre?¿Quién es responsable? ¡El gobierno! Reparte millones entre los buitres de la deuda y los ricos, aplica las Leyes de Educación que subsidian y benefician al sector privado, impone la CUS (Cobertura Universal de Salud), una privatización encubierta, y manda unos pocos pesos a educación y salud públicas o a generar trabajo.
Cambiemos y sus aliados parlamentarios, repiten que “sobra personal en el estado”. Si sobraran empleos estatales no haríamos colas infinitas por una vacante escolar o un turno de hospital. ¡Es una mentira para reducir puestos!
“Los maestros y estatales son vagos, faltan mucho” es una de las excusas para atacar los convenios laborales y estatutos docentes. En esos gremios, entre el 70 y el 80% son mujeres. Muchas son madres solas o tienen a sus maridos desocupados; todas cumplen su horario laboral y luego, hacen comida, lavan ropa, cuidan hijos. Con años de luchas conquistaron días pagos para cuidar a los hijos enfermos, día femenino, licencias con goce de sueldo más largas por embarazo y por nacimiento. Por impacto de las marchas “NiUnaMenos” algunos convenios y estatutos, incorporaron la licencia por violencia de género. ¡Ayudemos a defender esos logros! ¡Es lo que reclamamos para las compañeras de la alimentación, textiles, metalúrgicas, del transporte y de los demás gremios!
Cuando hay paros de escuelas u hospitales lo cotidiano se complica. De médicos/as y enfermeros/as dependen nuestras vidas y a maestros/as le confiamos lo mejor que tenemos: nuestros/as hijos/as. Apoyar sus luchas es defender el derecho a una salud y educación impartidas desde el estado, gratuitas, sin injerencia de la Iglesia y al servicio de los/as trabajadores/as y el pueblo. Y es defender los derechos de la mujer y de la familia obrera. Cuando ganan, ganamos todos/as los/as trabajadores/as.